La antigua medina de al-Ándalus que acoge un pueblo de Toledo

Navalmoralejo acoge en su territorio las ruinas de este lugar que creó Abd-al-Rahman III y del que todavía se pueden ver algunas construcciones.

Feb 3, 2025 - 08:31
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La antigua medina de al-Ándalus que acoge un pueblo de Toledo

En la provincia de Toledo encontramos un sinfín de enclaves históricos, donde los vestigios han logrado sobrevivir al paso del tiempo para mostrarnos algunas de las características culturales y arquitectónicas de nuestro pasado. Muchos de sus pueblos son prueba de ello.

Es precisamente uno de los municipios toledanos en el que encontramos las ruinas de lo que un día fuera una gran villa y de la que a día de hoy solo podemos ver muros de piedra que nos hacen imaginar como fue la vida allí. Para conocerlo, viajaremos hasta Navalmoralejo, un pueblo con apenas cincuenta habitantes y un encanto único.

Historia de la Ciudad de Vascos

En 'Las Cucañas', un paraje ubicado a menos de siete kilómetros de Navalmoralejo, encontramos esta villa histórica, que fue una antigua medina del Al-Ándalus y que se estima que fue habitada entre los siglos IX y XII. Se trata de una creación de la dinastía omeya, concretamente del mandato de Abd-al-Rahman III, quien ordenó su fundación entre los años 930 y 950 d.C.

Debido a su ubicación en las inmediaciones del río Tajo, una línea fronteriza que separaba a los musulmanes de los cristianos, se consideró un enclave estratégico y le permitió aumentar su fortuna. Se consideró un centro metalúrgico importante que extraía el metal de los Montes de Toledo. Aunque en la actualidad solo podemos ver sus ruinas, esta villa fue una de las más relevantes de su tiempo.

La Ciudad de Vascos

Enclavada en un terreno escarpado en el vasto campo de Toledo, encontramos los restos de esta ciudad de aproximadamente tres kilómetros. En su momento estuvo separada por una gran muralla, y en la parte exterior de esta se pueden apreciar los restos de un arrabal, dos cementerios, unas tenerías y unos baños árabes.

De los muros hacia dentro se extendía un entramado de diferentes manzanas formadas por calles con viviendas, alcantarillados, zocos, mezquitas, tiendas, una alcazaba y todo lo necesario para vivir. Las profesiones más destacadas de la época eran alfareros, herreros, curtidores y soldados que se encargaban de la protección.

Llama la atención el complejo sistema hidráulico que utilizaban, encauzaban los manantiales de la sierra por los arroyos, de manera que podían alimentar el embalse y un abrevadero ubicados en las inmediaciones del poblado. De hecho, los baños y el alcantarillado también se abastecían de estos elementos.

La Ciudad de Vascos demuestra a la perfección cómo era una villa en aquella época y cómo vivían sus pobladores. Pero lo cierto es que para los expertos, la historia de su creación es algo misteriosa, ya que no se sabe a ciencia cierta cuándo y por qué quedó deshabitada, cuál era su nombre original y de dónde surge el actual, pero hay numerosos estudios y teorías que tratan de averiguarlo.

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