"Es poco probable que un nuevo Gobierno en Alemania afecte a la economía antes de 2026"

El 23 de febrero, Alemania tiene una cita con las urnas. Tras la crisis política desatada el pasado mes de noviembre, después de que el canciller Olaf Scholz (SPD) destituyera al ministro de Finanzas, Christian Lindner (FDP), debido a fuertes discrepancias fiscales, el país germano celebrará elecciones de forma anticipada en medio de una renqueante situación económica y con grandes desafíos por delante. Pero el nuevo Gobierno no lo tendrá fácil.

Feb 1, 2025 - 06:59
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"Es poco probable que un nuevo Gobierno en Alemania afecte a la economía antes de 2026"

Las encuestas dan como favorito al líder de la oposición Friedrich Merz (CDU), donde una alianza bipartidista entre la CDU/CSU y el SPD de centroizquierda o los Verdes obtendría la mayoría de los escaños, pero dos pequeños cambios en las preferencias de voto podrían cambiar este escenario.

"En primer lugar, cualquier avance de la AfD a expensas de la CDU/CSU (o del SPD o los Verdes) podría erosionar la ventaja de una coalición bipartidista liderada por Merz. En segundo lugar, cualquier avance de la franja de izquierda que llevara al BSW y al partido de izquierda por encima de los umbrales para ganar escaños en el parlamento (5% del voto popular o victorias por mayoría simple en al menos tres distritos electorales) conduciría a un parlamento más fragmentado", explican desde Berenberg.

En más, si los tres partidos que actualmente se encuentran cerca del umbral del 5%, es decir, el liberal FDP del ex ministro de Finanzas, Christian Lindner, y los dos partidos de izquierda BSW y el Partido de Izquierda, logran entrar en el Parlamento, aumentaría el riesgo de que Merz tuviera que formar una coalición de tres en lugar de dos partidos tradicionales para obtener la mayoría de escaños, por ejemplo una alianza CDU/CSU-SPD-FDP o incluso una alianza CDU/CSU-SPD-Verdes.

De hecho, si ambos partidos de extrema izquierda entran en el parlamento, los partidos marginales (AfD, BSW, partido de izquierda) podrían fácilmente conseguir un tercio de los escaños. "De ser así, podrían vetar todos los cambios a la constitución, incluyendo cualquier cambio significativo al freno de la deuda, como elevar el techo del déficit o eludir el freno de la deuda mediante fondos especiales", añaden desde la firma germana.

TRES ESCENARIOS DE REFORMAS

Con este telón de fondo, los estrategas de Berenberg ven tres escenarios para las reformas posteriores a las elecciones en Alemania.

1. Como escenario base, esperan que los tres principales partidos tradicionales, CDU/CSU, SPD y Verdes, obtengan una estrecha mayoría de dos tercios de los escaños. De ser así, una coalición liderada por Merz entre la CDU/CSU y un partido de centroizquierda (probablemente el SPD) llegará a un acuerdo con el otro partido de centroizquierda para reformar el freno de la deuda y crear más espacio, especialmente para el gasto en defensa e inversión.

"Para que la CDU/CSU, fiscalmente prudente, acepte un acuerdo de este tipo, el centroizquierda tendría que aceptar reformas pro crecimiento en el gasto social, así como una política energética y migratoria más racional. Un acuerdo de este tipo pondría a Alemania de nuevo en la senda del crecimiento, en nuestra opinión".

2. Si el FDP, de línea dura en materia fiscal, llega al Parlamento y se necesita la mayoría de dos tercios para reformar el freno de la deuda, "los cambios probablemente serán más limitados y posiblemente no irán más allá de un importante aumento del fondo especial para el ejército de, digamos, 200.000 millones de euros. A cambio, el centroizquierda puede estar menos inclinado a aceptar reformas generalizadas del lado de la oferta que favorezcan el crecimiento".

3. En un escenario de riesgo extremo (por ahora improbable), los partidos marginales obtendrían conjuntamente un tercio de los escaños y bloquearían así una reforma a fondo del freno de la deuda. "En este caso, el canciller Merz todavía podría lograr algunos cambios positivos (cierta desregulación, reducción lenta de los impuestos a las empresas, cambios modestos en las políticas de bienestar social, energía y migración), pero el paquete de reformas en general sería significativamente menor", remarcan desde la firma.

¿CUÁL SERÁ EL IMPACTO EN LA ECONOMÍA?

Por lo tanto, y aunque parece probable que las elecciones en Alemania darán lugar a nuevo Ejecutivo, no habrá una mayoría clara en cualquiera de los dos lados del espectro político. "Creemos que los grandes desacuerdos entre los partidos probablemente ralentizarán las reformas y sesgarán los resultados hacia el statu quo", advierten en Oxford Economics.

"Es poco probable que el cambio de gobierno afecte significativamente a la economía antes de 2026, por lo que seguimos esperando que la economía tenga dificultades para crecer este año. A partir de entonces, la incertidumbre seguirá siendo alta", comentan los analistas británicos.

Una opinión compartida con David Kohl, economista jefe de Julius Baer, para quien "un nuevo gobierno liderado por conservadores podría tener la oportunidad de abordar algunos de los problemas económicos adversos de Alemania, como la escasez de inversiones y los altos costos laborales. Sin embargo, el alcance del cambio político podría fácilmente resultar decepcionante y persisten desafíos, como la reducción de la fuerza laboral, la escasez de personal calificado y las cargas regulatorias. Esperamos que el retorno al crecimiento económico en 2026 y la moderación de los acuerdos salariales generen fuerzas desinflacionarias".

En general, y pese a que los partidos parecen estar dispuestos a reconocer el alcance de los desafíos de Alemania y a afrontarlos. Pero, "tal como están las cosas, no confiamos en que los planes publicados tengan un impacto importante. Y vemos un amplio margen para que se reaviven las luchas internas en la próxima coalición", reiteran en Oxford Economics.

Asimismo, y puesto que cada vez parece más factible que se produzca algún tipo de reforma relacionada con el freno de la deuda o un nuevo instrumento extrapresupuestario para sortearlo, la falta de detalles y las probables demoras en la implementación, lleva a los expertos a anticipar que será más una cuestión de 2026.

No obstante, "la buena noticia es que nuestras bajas expectativas y el débil punto de partida de la economía hacen que los escenarios con riesgos al alza sean más probables. (...) Es probable que el próximo gobierno federal sea más constructivo que la coalición saliente y que se produzcan algunos avances en la resolución de los principales desafíos estructurales de Alemania", reconocen en Oxford Economics.

En cuanto a la renta variable, si bien las inminentes elecciones anticipadas pueden generar incertidumbre a corto plazo para los inversores, también ofrecen una oportunidad para cambios estructurales más radicales y un mayor gasto público a largo plazo.

"Seguimos siendo optimistas respecto de las acciones alemanas a pesar de la abrumadora agenda de la administración entrante. Nuestro sesgo cíclico encaja bien con la composición sectorial del DAX, que está dominada por industrias sensibles a la economía que están preparadas para beneficiarse de un repunte del crecimiento global", concluye Kohl.