Entrevista a Alberto Fraguas y José Manuel Naredo sobre la Alianza de movimientos sociales Más allá del crecimiento

Hemos de darnos cuenta que con el colapso del socialismo real ha colapsado también el relato un tanto simplista de la izquierda que interpretaba la historia como una sucesión de modos de producción, espoleada por la lucha de clases que nos llevaría por fuerza desde el capitalismo hacia el comunismo…hemos de revisar también si un término económico tan simple como el de capitalismo sirve para definir bien el mundo en el que nos ha tocado vivir.

Feb 1, 2025 - 22:57
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Entrevista a Alberto Fraguas y José Manuel Naredo sobre la Alianza de movimientos sociales Más allá del crecimiento

conferencia

Por Mónica Di Donato

Publicada en el Nº 168 de la Revista Papeles

La sostenibilidad como enfoque está claramente agotado. Vivimos tiempos llenos de incertidumbres con crisis concatenadas y poliédricas. Hay que deconstruir el re- lato del permanente crecimiento económico sin límites y de la competencia como factor intrínseco de la naturaleza humana. En ese sentido, la plataforma Alianza, que acaba de nacer, se propone impulsar un camino de reflexión y pedagogía desde la sociedad civil organizada que sea capaz de resolver críticamente el dilema entre “lo que hacemos” y “lo que debemos hacer”, entre “lo posible” y “lo necesario”, en equilibrio entre los objetivos a corto y largo plazo. De la mano de Alberto Fra-guas, promotor de la iniciativa, y de Jose Manuel Naredo, una de las voces más acreditadas dentro del panorama político y económico crítico español, que participó en la presentación de la Alianza, exploraremos el contexto de fondo y los elementos claves que inspiran esta renovada preocupación hacia la construcción de un nuevo modelo ecosocial de convivencia que trascienda la ideología dominante.

Alberto Fraguas Herrero es ecólogo y coordinador de Ecología Política de ATTAC Madrid (https://attac.es/) y Jose Manuel Naredo es economista, estadístico y libre- pensador (http://elrincondenaredo.org/) miembro del Consejo Científico de Attac España.

Monica Di Donato (MDD): Hace unos dias intervinisteis en la presentación de la Alianza Más allá del crecimiento, conformada por 24 organizaciones muy relevantes de la sociedad civil. ¿En que contexto debemos enmarcarla?

Alberto Fraguas y José Manuel Naredo (AF-JMN): La actual situación está pla- gada de incertidumbres. Las crisis económicas, sanitarias, ecológicas, se conca- tenan entre sí con conflictos bélicos de telón de fondo y todo ello con el cambio climático como multiplicador de amenazas. Una situación ante la que empieza a generalizarse la sensación de falta de respuestas adecuadas por parte de instituciones públicas y también privadas.

Las timoratas reacciones internacionales ante estas guerras, alguna claramente genocida, la torpe gestión de desastres naturales (que se han hecho artificiales), los nefastos resultados de la última COP29 sobre cambio climático y un demasiado largo etcétera están demostrando una inacción intolerable por parte de los gobiernos a la hora de buscar soluciones reales y no tanto subterfugios con mucha carga “lampedusiana” (es decir, que parezca que todo cambia para que nada cambie), que son los que parecen confundirse con remedios aplicados.

Esta es la reflexión que está calando en la gente y en sus organizaciones, derivando y retroalimentando un debate profundo que, por otra parte, ya lleva unos años instalado en determinadas organizaciones y academias e incluso gobiernos, sobre si es factible seguir por este camino que nos lleva hacia el precipicio.

Hasta ahora la reacción del sistema económico ha sido lanzar iniciativas de prevención y corrección, más a modo de “anticuerpos“, para supuestamente inmunizar de los efectos crecientes del sistema económico en la biosfera; una reacción para soportar y mantener el sistema dentro de unos cauces rentables que denominó sostenibles. Se crea así la idea del desarrollo sostenible, la economía circular, la transición ecológica, etc. que, más que aportar soluciones, son gestos ceremoniales y propagandas de imagen verde para desactivar la crítica. Si nos atenemos a los hechos, tras casi cincuenta años operando con estas proclamadas «propuestas sistémicas de adaptación sostenible», nos encontramos a nivel planetario con los peo- res indicadores de la historia. Más gases de efecto invernadero, más extractivismo, más deforestación, más daños a la biodiversidad y a la salud, más problemas derivados del agua, más emigración ambiental, más desigualdades, más pobreza.

Y esto es de lo que son conscientes las organizaciones que forman la alianza Más allá del crecimiento. Creemos que hay que dar una “vuelta de tuerca” a este desarrollo sostenible puesto que no parece que funcione. Después de tanto tiempo hay que concluir que está agotado y, en suma, que se comporta como un oxímoron.

Por tanto, hay que profundizar en otras soluciones más desde las raíces que soportan el actual modelo económico, soluciones que surjan a partir de una escala de valores diferente, donde el “crecimiento económico” deje de ser el indicador de calidad de vida y la economía atienda a objetivos comunes, al bienestar social y ambiental. Para reconducir esta deriva hacia horizontes ecológicos y sociales más saludables es imprescindible cuestionar y cambiar las reglas del juego económico que actualmente acentúan el deterioro ecológico y la polarización social y territorial, para fo- mentar una economía más integrada en la biosfera que contribuya a la estabilidad ecológica y reestablezca la armonía entre personas y países (sobre todo del Norte y Sur y/o entre el bloque occidental capitaneado por EEUU y el de los BRICS).

A todo esto, la crítica hacia el panorama actual y el afán de reconducirlo en el sentido antes indicado, es lo que nos une en la Alianza. Un camino complejo donde hay que revisar en esta puesta en común el propio equilibrio entre objetivos eco- sociales a corto y largo plazo.

MDD: ¿Qué aspectos diferenciales tiene con respecto a otras iniciativas actuales en ambitos ecosociales?

AF-JMN: Hay una frase que repetimos bastante en la Alianza y es que: «no se trata de ver quien tiene razón, sino en ver qué podemos hacer juntas y juntos». Siguiendo esto no nos hemos preocupado mucho francamente en qué nos diferencia sino más bien en lo que nos une.

Creo que, si hay algo que es propio de la Alianza, es que se trata de una plataforma compuesta por un número nada desdeñable de movimientos sociales que representan una amplia gama de corrientes y sensibilidades críticas presentes en la sociedad civil. Y hay que subrayar que son estos movimientos los que sintetizan los sentimientos de solidaridad, amistad… o generosidad que con distintos matices mantienen la cohesión social y posibilitan la vida al margen de los afanes de lucro y las peleas por el poder que alberga y potencia la actual sociedad piramidal. Son estos sentimientos y estos movimientos que los poderes políticos, económicos y mediáticos acostumbran a ignorar y ningunear, los que esta plataforma trata de agrupar y reforzar, ya que son los pueden potenciar los cambios mentales e institucionales que enderecen el panorama actual hacia horizontes más prometedores. Aunque esté en sus inicios, la plataforma ya está conformada por organizaciones de diferentes ámbitos cuyas distintas sensibilidades esperamos que se potencien mutuamente como la economía (Economistas Frente a la Crisis, Economistas sin Fronteras); las organizaciones ecologistas (Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace); de la energía (Plataforma por un Nuevo Modelo Energético); técnicos y científicos (Fundación Nueva Cultura del Agua, Rebelión Científica, Asociación de Agricultura Ecológica); sindicales (CCOO, UGT); de los derechos civiles (Demospaz, Asociación Mareas Blancas); consumidores (CECU); de la justicia social (Plataforma contra los tratados de libre comercio, Plataforma Renta Básica Univesal), de la cooperación (Alianza por la Solidaridad); de la economía solidaria (cooperativas como ECOOO y la Garbancita Ecológica) con otras de carácter más transversal (ATTAC, Foro Transiciones, Futuro Alternativo y fundaciones como Al- ternativas, Transición Verde, Espacio Público y CONAMA), por el momento.

Llevamos muchos años en el activismo ecologista en sus distintas formas, y creemos que hemos cometido algún error en cuanto a ser demasiado endogámicos, a hacer ecologismo en entornos ecologistas y sensibilizar al que ya está sensibilizado, y no hemos pensado lo necesario en cómo extender nuestros enfoques cuando lo importante, y más ahora que nunca, es ampliar el debate llevando las propuestas hacia el resto de la sociedad, pensando que nuestros mensajes han de ser horizontales e inclusivos. Hemos de considerar que todo el mundo salvo que tenga intereses mezquinos o inconfesables asociados a psicopatías o sadomasoquismos singulares (que siempre hay) deseará vivir en un entorno ecológica y socialmente acogedor que habrá que cuidar, que a nadie que esté en su sano juicio le gustará estar en zonas degradadas o encontrar la calle plagada de personas carentes de alimentación y vivienda. Así, nuestros mensajes y propuestas han de situarse por encima de las creencias religiosas, políticas o deportivas que dividen a la gente y creemos que la Alianza puede contribuir a ello.

En suma, que hemos de buscar nuevas hegemonías sobre la base de análisis de la realidad más amplios e integradores para reorientar los cambios que se vienen dando hacia los horizontes ecosociales más deseables para la mayoría.

MDD: ¿Cómo ir avanzando en ese nuevo modelo? ¿qué herramientas necesitamos?

AF-JMN: Lo primero que debemos entender es que esto, obviamente, no es un partido político que nace para pelear con los otros por el poder, sino una plataforma recién constituida de movimientos sociales críticos del statu quo, que trata de potenciar sus discursos y sus acciones mediante una puesta en común, enriquecién-dolos con el intercambio de ideas y sensibilidades, amplificando su audiencia y haciendo más visible su existencia. La plataforma inicia un proceso en el que las guías o “propuestas preconcebidas en fila” no son válidas, sino que irán surgiendo de esta puesta en común.

El objetivo es ir mudando de paradigmas, ¡nada menos!, para cambiar la mentalidad y la sociedad en el sentido antes indicado y para eso hace falta mucha reflexión y pedagogía, hacia fuera y hacia dentro de las organizaciones de la Alianza. Evidentemente esto no está reñido con hacer comunicados o emprender acciones sobre temas concretos e inmediatos. Hemos de asumir las incertidumbres que surgirán en el equilibrio de objetivos a corto y largo plazo.

MDD: ¿Qué riesgos hay de diseñar programas contrahegemónicos dentro del capitalismo? ¿Cómo resignificamos dimensiones como utopía, libertad, democracia o paz?

AF-JMN: Hemos de darnos cuenta que con el colapso del socialismo real ha colapsado también el relato un tanto simplista de la izquierda que interpretaba la historia como una sucesión de modos de producción, espoleada por la lucha de clases que nos llevaría por fuerza desde el capitalismo hacia el comunismo. Y si la meta deseable del comunismo se ha diluido hasta el punto de que la derecha utiliza hoy el término como insulto descalificador, hemos de revisar también si un término económico tan simple como el de capitalismo sirve para definir bien el mundo en el que nos ha tocado vivir. Quizás habría que empezar por definirlo mejor para vislumbrar también mejor los nuevos horizontes y poner nombre a las propuestas más o menos utópicas de sociedad hacia las que queremos avanzar rescatando aquella idea de la «utopía necesaria» para tender hacia una sociedad más equilibrada en términos ecosociales.

Para ello, hemos de adoptar un enfoque más amplio y más maduro que trascienda la metáfora de la producción y la idea usual de sistema económico, para darnos cuenta de que el banco de pruebas de la historia, más que una sucesión de modos de producción que nos ha llevado al capitalismo, nos muestra una deriva de modos de dominación que, lejos de sucederse, evolucionan y se solapan entre sí. El viejo clientelismo, dominante en la antigua Roma, goza hoy de buena salud de la mano de esas organizaciones jerárquicas que son las empresas y los partidos políticos e incluso la esclavitud y la servidumbre, entendidas como control absoluto sobre las personas, siguen existiendo por muy ilegales que sean bajo el disfraz de trabajo asalariado o autónomo libremente consentido por las partes, disfraz que marca toda una serie de grados de dominación y dependencia que aprietan cada vez más a la gente. A la vez que todas ellas conviven con relaciones de dominación machistas y racistas, además de con las viejas y renombradas relaciones y sentimientos clasistas y elitistas.

La Alianza tiene la ventaja de contar con movimientos críticos que tratan todas estas dimensiones desde distintos ángulos, lo que ayudará a tomar conciencia de ellas y del modo en el que interaccionan. Así, frente a las teodiceas simplistas del cambio social que han venido desembocando en reduccionismos y despotismos diversos, la puesta en común de la Alianza reclama enfoques más maduros que reconozcan las imperfecciones y absurdos de la sociedad en que vivimos para construir sobre ellas una convivencia más sana y razonable. Ello tomando plena conciencia de que por mucho entusiasmo con el que se abracen las utopías y los ideales sociales e individuales más puros, nunca podrán realizarse plenamente porque habrá alguna persona o fuerza impersonal que los parasite o socave, a las que siempre habrá que combatir y frenar. Por ejemplo, hay que advertir que la democracia no es un sistema que pueda instalarse llave en mano y funcione al margen del comportamiento de las personas, sino que puede albergar, en función del afán de intervención y participación de la sociedad civil, desde una ciudadanía libre e igualitaria, hasta el despotismo y la desigualdad más absolutas.

En cualquier caso, no hace falta precisar utopías y mundos ideales a prometer para tomar conciencia de los graves despropósitos que generan la actual crisis de civilización y para sentir la necesidad de corregirlos, como tratan de hacer los movimientos que se integran en esta Alianza.

En este contexto pretendemos ir ampliando nuestra capacidad de intervención social y extendiendo la idea que un nuevo modelo de integración ecosocial implica generar mejor calidad de vida para la gran mayoría de la gente. Si somos capaces de trasladar a la ciudadanía la idea de que nada se pierde, sino que por el contrario todas y todos ganamos y que la protección ambiental es la misma que la social, que la lucha por llegar a fin de mes tiene que ver con la lucha por evitar el actual despilfarro de los recursos, quizás se puedan resistir las embestiduras de los poderes hegemónicos del sistema que son los que expolian estos recursos, poderes que son muy reales y potentes, y a los que el nuevo modelo que se plantea les resultará muy incómodo pues en la base del mismo está lo que esquivan como son el equilibrio ecológico y la equidad social, raíces del mismo árbol.

MDD: ¿Cuál es el papel que reserváis al Estado en ese nuevo modelo?

AF-JMN: No cabe definir a priori ningún modelo de Estado. Lo que si cabe es consensuar su papel, resaltando que esta Alianza tiene que analizar la ardua tarea de rescatar y sanear un Estado hoy parasitado por los lobbies y redes de poder imperantes, para conseguir que represente de verdad a la ciudadanía. Este objetivo más inmediato reclama un saneamiento político y económico en gran escala, que condene las habituales prácticas corruptas que asocian la picaresca empresarial con políticos conseguidores, junto con la evasión fiscal y penal de los más ricos y poderosos. Un saneamiento que arroje luz sobre la opacidad en la toma de decisiones que sirven al actual capitalismo clientelar que impone, con sus comisionistas a bordo, megaproyectos y contratas tanto o más lucrativos para algunos, como de escaso interés para la mayoría. Hay que subrayar que el decrecimiento de la corrupción, del despilfarro en contratas y megaproyectos absurdos y/o sobrevalorados, de la evasión fiscal y de otras prácticas de despilfarro interesado, podría liberar enormes recursos hacia aplicaciones económicas, ecológicas y sociales más razonables a consensuar.

Lo anterior no quita para que pensemos también en reorientar el actual modelo de Estado, ya que ofrece un marco institucional propicio al caciquismo clientelar imperante. Recordemos que, si como establece la Constitución y confirma la práctica política española, el poder ejecutivo controla directamente todos los órganos regu- ladores y desincentiva la participación social y las consultas e iniciativas populares, nos encontramos con que la Transición ha desembocado en una refundación oligárquica del poder en la que, como proponía Franco, todo ha quedado «atado y bien atado» para que ciertas elites sigan parasitando y manejando el Estado a voluntad. Como decía un eslogan del 15M, «lo llaman democracia y no lo es».

Frente a este panorama habría que establecer un marco institucional que evite la concentración y la discrecionalidad opaca del poder en pocas manos y configure y potencie instrumentos de regulación y participación neutrales e informados que orienten y filtren la toma de decisiones importantes. En suma, que habría que invertir mucho más en promover la implicación y la participación ciudadana en los asuntos públicos, que en operaciones, contratas y proyectos absurdos o sobre dimensionados a los que se acostumbra a dar barra libre presupuestaria.

Precisamos, pues, un Estado donde las decisiones sean más compartidas y que fomente una economía más basada en cuidados y derechos que en beneficios y lucros, que apoye iniciativas con menor huella de deterioro ecológico. Un Estado en suma que facilite la autotransformación de la sociedad, es decir que la sociedad pueda cambiarse a sí misma, y que sea soporte de garantías de bienestar social desde la reafirmación de los bienes naturales como bienes comunes.

MDD: ¿Queréis dar como cierre de la entrevista un último mensaje sobre el papel y el tono o el talante que consideráis que deben presidir la Alianza?

José Manuel Naredo: En lo referente a propósitos, sentimientos y reglas de comportamiento que creo que deben presidir esta Alianza (y siempre en la idea de la «utopía necesaria»), me voy a permitir como remate de lo anterior esta nueva vuelta de tuerca al tema en forma algo más poética:

Que esta Alianza sirva

Para multiplicar entornos ecológica y socialmente acogedores

que promuevan la afinidad y la solidaridad como valores

potenciando relaciones intelectuales y afectivas

que generen simbiosis placenteras y creativas.

Entornos amistosos carentes de jerarquías, servidumbres y catecismos

en los que se aparquen toda clase de ismos

para hacer que afloren afinidades y sentimientos enriquecedores

que nos conecten ya libres de ataduras y conflictos poco alentadores.

Hagamos que los entornos gratificantes prosperen

como antídotos contra la crispación social y la modorra mental

que los poderes establecidos acostumbran a atizar

arrinconando la mezquindad y los malos humores

que generan enfrentamientos, heridas y sinsabores.

Porque, para evitar el naufragio al que nos arrastran

y vislumbrar un mundo mejor:

hemos de hacer que predomine la España generosa, bella y amigable

sobre aquella otra que hoy impera, fea, mezquina, hortera y pesetera.

J.M.N.

Monica Di Donato es investigadora en el área Ecosocial de FUHEM