Ricardo López Murphy: “La presión para reducir las retenciones va a ser enorme por la sobrevaluación del peso”

El diputado de Encuentro Federal alerta sobre los efectos del atraso cambiario, la continuidad del cepo y el nivel de reservas; anticipa que aspira a competir en la Capital y defiende a Talerico tras el ataque de Milei

Jan 19, 2025 - 11:39
Ricardo López Murphy: “La presión para reducir las retenciones va a ser enorme por la sobrevaluación del peso”

Cuando se apaga el grabador, Ricardo López Murphy hace una mueca con los labios y frunce el ceño. Está sentado en su despacho, con los brazos cruzados. El séptimo piso del anexo “C” del Congreso luce casi vacío, una postal del receso político por las vacaciones de verano. Afuera el calor supera la barrera de los treinta grados y el sol caldea el asfalto de la avenida Callao. El diputado exhala un suspiro silencioso de cansancio y comenta: “Habrá notado que yo no uso malas palabras; y tiendo a no autoelogiarme”.

Durante la entrevista con LA NACION, López Murphy (Encuentro Federal) parece resaltar sus matices con el presidente Javier Milei, su expupilo. Además de desglosar sus diferencias en el manejo del lenguaje, delinea un diagnóstico distinto al del jefe del Estado sobre la salud de la economía. Por caso, advierte sobre los efectos del atraso cambiario y el nivel de reservas. “La presión para reducir las retenciones va a ser enorme por la sobrevaluación del peso”, subraya.

A su vez, rechaza el plan para sacar las PASO, defiende a su aliada María Eugenia Talerico y dice que “no es conveniente para la institucionalidad” que Milei haya vuelto a prorrogar el Presupuesto. En la antesala electoral, anticipa que aspira a ser candidato en la Capital.

-Milei dice que logró reducir la inflación, bajar el riesgo país y conseguir equilibrio fiscal. ¿Esperaba esos resultados del plan o hay inconsistencias?

-La crisis que él hereda era catastrófica. Frente a eso, se aplicó un programa muy importante que logró, por un lado, evitar una catástrofe inflacionaria y de pagos del sector privado. Además, pudo recomponer el funcionamiento del sistema monetario. Por supuesto, eso es lo positivo. Pero hubo cosas que a mí no me hubiera gustado que se hicieran.

-¿A qué se refiere? ¿Nota desbalances en el programa?

-Me hubiera gustado un enfoque más integral, de largo plazo, y que las reformas sobre los regímenes previsional, de financiamiento de la salud o el impositivo hubieran venido en un mismo paquete inicial. Eso le hubiera dado previsibilidad a la economía.

Uno percibe que la corrección inicial tuvo mucho de comprimir el gasto. O sea, con caída de los salarios y las jubilaciones, y un énfasis menor en la reforma estructural del Estado. Es cierto que el Gobierno viene diciendo que va a afrontar ese tema, pero yo creo que hubiera sido bueno lanzar ese programa inicial con una ley de responsabilidad fiscal, una reforma de la carta orgánica del Banco Central, una reforma de la ley de administración financiera y con presupuestos desde el comienzo del gobierno.

No es apropiado creer que la inflación ha terminado

-Apenas se conoció el último dato del Indec, el BCRA anunció la baja del 2% al 1% mensual el ritmo de ajuste del dólar oficial. ¿Qué efectos podría tener?

-Tampoco estuve de acuerdo. La tasa de inflación no había bajado en los términos en que el mismo Gobierno había anunciado -2,5%- para proceder a un escalón inferior. En segundo lugar, estamos con un proceso delicado de sobrevaluación de la moneda que tiene implicancias en materia de empleo, exportación e inversión. Ya hay un problema de sobrevaluación y si usted lo agrava, hace más difícil su solución.

Yo no hubiera dado ese paso porque va a requerir más tiempo resolver la complejidad de la situación inflacionaria. El desorden de precios relativos y el caos organizativo que se recibió requiere tiempo para corregirse. Acelerar ese proceso o forzarlo es contraindicado.“Macri y Milei expresan fuerzas políticas diferentes”, dice López Murphy

-Sin embargo, el Gobierno festejó esta semana el “fin de la inflación”. ¿Milei aún no ganó esa batalla?

-Bueno, la inflación mensual en la Argentina equivale a la inflación anual en los Estados Unidos. No es apropiado creer que la inflación ha terminado. Hemos logrado un avance significativo, que no debe ser subestimado, pero tampoco exagerado.

-¿La demora en ajustar el atraso cambiario podría derivar en una crisis?

-La cuestión estructural de la reforma previsional, del régimen de transferencia de recursos a las provincias -que está ligada al régimen impositivo-, o la necesidad de eliminar privilegios, debieron haber venido con una ley de responsabilidad fiscal.

Yo sugerí en la discusión del Presupuesto copiar la legislación que impuso [Luis] Lacalle Pou en la ley inicial de su gobierno en Uruguay, que implicaba límites al crecimiento del gasto, la deuda y la estimación de los desequilibrios. Yo creo que la experiencia de otros países revela que el enfoque fiscal debe ser más amplio del que se utilizó en esta oportunidad. Eso no desconoce lo realizado, sino que le da otra dimensión.

-Insisto con esto: ¿el atraso cambiario puede provocar una crisis o es improbable?

-No es bueno. La clave para que la Argentina sea exitosa es que crezcan las exportaciones, el empleo privado y la inversión. Un tipo de cambio sobrevaluado hace más difícil esa tarea.

-Milei dice que la recesión ya “terminó”. ¿En qué sectores ve inconvenientes? ¿El agro y la industria son los más afectados?

-Es notoria la dificultad en la agroindustria, la industria o el turismo. Esos sectores están siendo sometidos a una situación delicada. En particular, porque no se ha acumulado el nivel de reservas adecuado -son negativas-. El énfasis de crecimiento tiene que estar en los ejes de exportación, inversión y empleo privado, y en aumentar el nivel de reservas y reducir el volumen de deuda.

No es institucionalmente conveniente que el país funcione sin presupuesto

-¿El Gobierno tiene margen para sacar las retenciones?

-La presión para reducir las retenciones va a ser enorme por la sobrevaluación, la caída de los precios y la crisis climática.

-En abril pasado, usted advertía que el país requería “funcionar con un presupuesto y marchar a la eliminación del control de cambios”. ¿Milei puede darle sostenibilidad al equilibrio de las cuentas y generar confianza sin tomar esas medidas?

-Sigo creyendo que el país necesita presupuesto, entre otras cosas, porque es lo que establece nuestra Constitución. El diseño de [Juan Bautista] Alberdi era que el Congreso controla el dinero -el banco federal-; la disposición de gastos -no hay tributación sin representación-; la deuda y los impuestos. Entonces, discrepo con que estemos dos años sin presupuesto o que se pueden prorrogar impuestos. Y sería muy sano que esa discusión presupuestaria se afrontara.

La Argentina necesita un presupuesto superavitario, no equilibrado, porque parte de su generación de riqueza es extraer recursos exhaustibles.

-Milei convocó a sesiones extraordinarias. ¿Van a exigir que mande el Presupuesto antes de sentarse a discutir los proyectos del Ejecutivo?

-En general, usted necesita en el Congreso una actitud de cooperación. Para eso, usted debe hablar con los bloques y generar ese clima. Al menos, hasta a donde me llega la información, esa discusión no se ha verificado.

El reclamo del presupuesto es natural y le daría una formidable credibilidad al país. Yo estoy de acuerdo que el presupuesto debe ser superavitario. Y no hay nadie, salvo la gente muy loca, que crea que en la Argentina es posible seguir financiando los gastos con emisión de dinero o crecimiento de la deuda. Nos ha ido muy mal haciendo eso.

-¿Dice que Milei está haciendo eso?

-No es institucionalmente conveniente que el país funcione sin presupuesto.

-¿Es entendible la demora en levantar el cepo?

-Todos nuestros vecinos no tienen control de cambios; tampoco los países desarrollados. Esa es una patología que venía del kirchnerismo. No hay que copiar las patologías que fueron tan negativas y empobrecedoras para el país. El camino es ir saliendo del control de cambios.

Reconozco que usted puede buscar un camino gradual para hacerlo y hay un proceso en ese sentido. Propuse que la alternativa de que volvamos a la carta orgánica de los noventa, donde el Banco Central no tenía las facultades de “Papá Noel” que le dio el kirchnerismo.Ricardo López Murphy, en su despacho del anexo del Congreso

-¿Y avala el plan del Gobierno para eliminar el cepo?

-Es opinable cómo se sale. Yo prefiero salir cuanto antes, porque el control de cambios da lugar a tipos de cambios artificiales. Por ejemplo, no me parece bien que tengamos un tipo de cambio diferente para exportaciones o importaciones. Yo tomaría el mismo.

El cepo es una patología que venía del kirchnerismo; no hay que copiar las cosas que nos empobrecieron

-¿El FMI espera la salida del cepo?

-Yo propongo un camino de normalidad. El Fondo Monetario aplica las reglas que se usan en todos los países. Hay que ver las circunstancias, pero no es bueno tener reservas negativas ni persistir en mecanismos de control artificial.

Ficha limpia, Talerico y su candidatura

-Milei firmó el proyecto de ficha limpia. ¿Ratifica su apoyo a la iniciativa?

-Yo sostuve en el recinto que la cuestión de preservar las exigencias de carácter penal en los candidatos se debía a una cuestión de seguridad nacional. El riesgo que tienen los países es que cuando sus liderazgos en el aparato político, en las fuerzas de seguridad o la Justicia tienen fisuras o son corruptos es por donde se puede meter el crimen organizado.

Establecer una alta demanda de integridad en los candidatos es un factor que contribuye a la seguridad nacional y a la legitimidad del sistema político.

-Lo criticaron por no asistir a la frustrada sesión de noviembre.

-Yo no asistí a la última sesión para tratar de pasar ficha limpia porque tenía una obligación con la que me había comprometido hace mucho tiempo.

-¿Hubo “un pacto” de Milei con el kirchnerismo, como denunció Pro, o LLA no colaboró para no frustrar la continuidad de Martín Menem como titular de la Cámara?

-Hubo mucha resistencia, pero es importante que entendamos que necesitamos extremar los requerimientos. Nuestro sistema tiene enormes garantías para los reos. Entonces, si usted fue dos veces condenado es porque no hay caso.

-¿Está de acuerdo con eliminar las PASO?

-No. El régimen de las PASO resolvió los problemas de debilidad y fragilidad del sistema político argentino. Hace treinta o cuarenta años en las internas del radicalismo había setecientos mil o un millón de votantes. Eso hoy sería imposible. Al haber ido a boleta única sacamos el 90% del gasto de este sistema. Por lo que no veo un sistema alternativo eficaz.

-¿Y se inclinaría por votar a favor de suspenderlas por única vez, como propone Pro?

-En general, prefiero que no hagamos cambios en el régimen electoral en el año que hay comicios. Es una cuestión de sentido común. Si hay que hacer modificaciones, hay que plantearlas en el 2026.

-¿Por qué percibe que Macri y Milei no harán una alianza electoral? ¿Acaso el votante de Pro no lo empujará a Macri a acordar?

-Expresan fuerzas políticas diferentes. El partido de Macri se parece más a lo que fue el régimen político de Lacalle Pou o [Sebastián] Piñera que a las fuerzas como Vox, de [Viktor] Orban, o las que son afines al partido del Presidente. En España o Hungría esas fuerzas no concurren unificadas a las elecciones. Esa es mi hipótesis.

-¿La “tradición institucionalista” es valorada por el votante antikirchnerista o ya no, porque Milei resuelve el asunto económico?

-Es cierto que la democracia representativa está siendo cuestionada en todo el mundo. En parte, porque los liderazgos no han sido eficaces o por los problemas de corrupción. Pero, como [Winston] Churchill, sigo creyendo que la democracia representativa es un mal sistema, pero es el mejor de las alternativas con las que disponemos.

En general, la elección se debe polarizar cuando usted elige autoridades ejecutivas. Las legislativas son un momento para expresar los matices. Me parece que eso es lo que va a ocurrir este año en la Argentina.

-Días atrás, salió a respaldar a María Eugenia Talerico, que fue apuntada por los libertarios después de la filtración de la lista de la AFIP. ¿A qué vincula la ofensiva?

-Talerico me ha acompañado en las listas. La he respaldado. Me parece la figura más descollante que ha surgido de la generación posterior a la mía.

-¿Concuerda con Talerico en que un pacto Pro-LLA sería un “enchastre”?

-Concuerdo con ella en que preservar la institucionalidad, la integridad, librar una lucha terminante contra la corrupción y elegir funcionarios de gran calidad forma parte de la agenda que tenemos en la Argentina.

-Resalta esas coincidencias con Talerico. ¿Qué contradicciones nota en el modelo de Milei?

-Bueno, yo no propondría a [Ariel] Lijo.

-Usted pide “no copiar patologías del kirchnerismo”, ¿Milei lo está haciendo?

-No propondría a Ricardo López Murphy, diputado nacional

ni a funcionarios cuestionados por el fiscal Diego Luciani. Ahí le paso dos filtros muy precisos.

-¿Tampoco propondría a Andrés Vázquez, titular de la DGI?

-Bueno, todo lo que ha sido cuestionado o tuvo que ver con la historia anterior lo critico. Me llama la atención que el vice de los Kirchner [por Daniel Scioli] sea hoy funcionario destacado del gobierno. Eso está en las antípodas de lo que he defendido y combatido durante más de veinte años.

-¿Cuáles son los riesgos que ve en el discurso antagónico de Milei? Hace foco en el lenguaje y las formas.

-Es un discurso que viene de una tradición filosófica distinta a la mía. Yo vengo de las expresiones del liberalismo clásico, como Lacalle Pou, Fernando Henrique Cardoso o Julio María Sanguinetti. Es el liderazgo tradicional de creer en una economía abierta, una sociedad plural y un Estado que asegura el monopolio de la fuerza. A mí no se me ocurriría decir que tenemos que ir a un país sin Estado. Admito que el Presidente ganó diciendo eso, pero yo vengo de otra tradición política.

-¿Hay lugar en este tablero político para edificar una alternativa al kirchnerismo y Milei?

-Yo creo que el país requiere que haya una expresión que refleje esta visión que valora la necesidad de una reforma económica que nos estabilice, nos integre al mundo y reponga el orden público, pero que también tenga esa mirada más consistente con el preámbulo de la Constitución Nacional, que pide asegurar a la paz interior y contribuir a la unión nacional. Esa no es una visión de amigo-enemigo, si no de convivir en la diversidad.

-¿Esa “expresión” debería estar integrada por radicales y peronistas? ¿Quiere reeditar JxC?

-En el fondo JxC expresaba una alternativa al kirchnerismo y a las visiones parecidas a la de Vox u Orban.

Macri y Milei expresan fuerzas políticas diferentes

-¿Le llama atención la actitud de Patricia Bullrich? Usted la apoyó en la interna de JxC.

-Son personas maduras. Es legítimo que hayan tomado una opción diferente. Yo siento que hay una fracción de la sociedad que no se siente atraída ni por el programa kirchnerista ni por el del Presidente. Eso necesita representación.

-¿Aspira a competir como candidato en la ciudad de Buenos Aires en las próximas legislativas?

-Voy a serlo. Más adelante veremos el lugar [diputado o senador] y si se dan las condiciones para una coalición.“Va a requerir más tiempo resolver la complejidad de la situación inflacionaria”, dice el diputado de Encuentro Federal

Política exterior, gobernabilidad y dolarización

-¿Falta pragmatismo y mesura en el manejo de la política exterior de Milei? ¿Le inquietan las amenazas de “purgas” al cuerpo diplomática?

-La política exterior tiene que estar guiada por la defensa del interés del país, negociar con todo el mundo y tratar de generar la mayor cantidad de oportunidades para que crezcan las exportaciones y el empleo. Además, hay que defender los organismos multilaterales porque somos un país pequeño, frágil y débil. Eso nos resguarda de los desbordes de las potencias en un mundo en el que han ocurrido atrocidades, como la invasión de Rusia a Ucrania.

-En materia de defensa o inteligencia, ¿hubo avances o retrocesos durante la gestión de Milei?

-Yo creo que las relaciones exteriores, la defensa, la inteligencia y la seguridad forman un paquete. Hoy el mundo es muy difícil. Y la Argentina necesita un replanteo de sus leyes para permitir la utilización de todos sus medios de la manera más eficaz posible.

-El Pro habló de una “visión autoritaria” del Gobierno. ¿Concuerda?

-Yo creo que el presupuesto debe ser votado por el Congreso. Lo vengo reclamando desde diciembre de 2023. Me opuse de la actitud de [Sergio] Massa, Cristina Kirchner y [Alberto] Fernández de no votar el presupuesto en 2023, que contó con el consentimiento de Milei. Eso fue un error.

-¿Ve o no una actitud autoritaria del Gobierno?

-A mí no me parece apropiado no tratar el presupuesto.

-¿Qué siente cuando Milei se burla de usted de forma irónica con el latiguillo “fenómeno barrial”?

-Yo dije que una fuerza con baja representación parlamentaria iba a crear problemas de gobernabilidad. Y efectivamente los estamos teniendo. Por eso, no hay presupuesto.

Planteé una cuestión de sentido común: no se podía dolarizar sin dólares y que iba a ser complejo funcionar de acuerdo a nuestra institucionalidad con fuerzas políticas que tenían una representación parlamentaria menguada.

-¿Le preocupa que Milei diga que su gobierno es “el mejor de la historia?

-Tengo la tradición judeo-cristiana de “los últimos serán los primeros”. No soy de autoelogiarme. A veces, no lo puedo evitar en términos de decir: vean lo que predije y lo que ocurrió. Eso no quiere decir que yo sea perfecto.

La muerte de su hija y el vínculo con Milei

-Usted atravesó un año muy difícil en 2024 por el fallecimiento de su hija, Analía. ¿Esperaba las muestras de afecto que recibió desde todos los sectores de la política?

-Pasé un momento muy difícil y valoro la solidaridad en el dolor y el infortunio. Habla bien de la sociedad que las diferencias políticas no hayan bloqueado la expresión de afecto y compasión.

-¿Recibió algún mensaje del Presidente, con quien usted tenía una relación, más allá de las diferencias políticas que tuvieron?

-Recibí un mensaje de la secretaria general de la Presidencia [Karina Milei].

-Usted viajó para votar a favor de la ley bases y, no obstante, Milei lo criticó.

-Yo recibí mensajes de ella y del jefe de Gabinete [Guillermo Francos], con quien tengo una relación que se extiende hace muchos años, de la ministra de Seguridad y buena parte del gobierno. Y como recibí de todo el espectro político, aún con gente con la que tengo una rivalidad extraordinaria.

-¿Karina Milei le transmitió un mensaje del Presidente?

-Me hizo llegar un mensaje de pésame y me pareció un gesto civilizado.

-¿Esperaba que el Presidente dijera algo públicamente?

-No espero nada de nadie. Y, además, no pretendo que el problema trágico del fallecimiento de mi hija sea un episodio político.“Hay una fracción de la sociedad que no se siente atraída ni por el programa kirchnerista ni por el del Presidente”, señala López Murphy