Montero se fija como reto «reconectar al PSOE con la sociedad» y reivindica un mayor autogobierno para Andalucía
Superado el capítulo más importante de la compleja fase interna, la nueva secretaria general del PSOE andaluz, María Jesús Montero, afronta ya su principal y más difícil desafío: darle la vuelta a unos resultados electorales y a unas encuestas que mantienen en Andalucía una mayoría absoluta consolidada del PP de Juanma Moreno. Cada uno de los actos que protagoniza la vicepresidenta en Andalucía reflejan que su proclamación ha sido un revulsivo para los dirigentes socialistas de todas las sensibilidades y para los 40.000 militantes. Pero ahora queda por ver cómo se va a trasladar al electorado y si se puede conseguir disputar espacios que ha ido recuperando, de forma progresiva, el Partido Popular Andaluz desde su llegada a San Telmo en 2018. «Tenemos que reconectar con la sociedad andaluza. Abrirnos y escuchar con empatía. Tener más presencia en los territorios y lugares e invitar a la sociedad civil y a quienes tengan ideas y proyectos», describió la vicepresidenta del Gobierno en su primera comparecencia pública en la sede del PSOE andaluz de la calle San Vicente de Sevilla, en la que anunció una ronda de reuniones con sindicatos (a quienes concedió un papel relevante en todo este proceso), empresarios, la cultura, las universidades o el movimiento feminista. Como punto de partida de esta ronda de contactos, María Jesús Montero volvió a situar su reivindicación del andalucismo (abriendo una disputa abierta con Juanma Moreno por este espacio) aunque dándole la vuelta al planteamiento. El presidente del PP-A viene centrando su discurso en el rechazo a medidas como el acuerdo de financiación singular catalana o los «agravios» en materia de inversión pública o financiación autonómic a. El planteamiento es reclamar que haya desigualdades entre comunidades, ni pactos bilaterales y que todo se negocie de forma multilateral. Esa base es además uno de los principales argumentos contra María Jesús Montero como vicepresidenta y parte activa de todos los acuerdos con los grupos nacionalistas en el Congreso. Montero, en cambio, quiere avanzar una línea que ya esbozó el equipo de Juan Espadas pero con menos proyección pública y nacional de la que puede incorporar María Jesús Montero : avanzar en el autogobierno siguiendo el modelo de la reforma de los estatutos de 2007 cuando el acuerdo en Andalucía fue tener lo mismo que quien tenga más y seguir los pasos de quien más avance, que en aquel momento (como ahora) fue Cataluña. «Hay que sacar a Andalucía de la actitud lastimosa y quejumbrosa de Moreno. No dedicarnos a mirar de reojo qué hacen otros ni conformarnos. Hay que reivindicar el máximo autogobierno y aprovechar las posibilidades del Estatuto de Autonomía que el que tiene más potencial de España. El autogobierno le sienta bien a Andalucía» , explicó la presidenta en alusión a que los recursos de inconstitucionalidad que se plantearon al Estatuto catalán lo dejaron al final por debajo del andaluz, pese a que en su momento prácticamente se copiaron los principales aspectos, y al hecho de que desde su aprobación no se hayan incorporado nuevas competencias pese a que así estaba previsto. Al margen de ese marco general, María Jesús Montero asume en su discurso público que uno de los grandes déficits que tiene en estos momentos el PSOE en Andalucía es el desgaste que en parte de la población tiene la gestión del Gobierno que los socialistas atribuyen a las «campañas de descrédito» de la Junta de Andalucía. De ahí precisamente que para el PSOE la compatibilidad de cargos (vicepresidenta del Gobierno, vicesecretaría general a nivel federal y líder del PSOE andaluz) sea un «valor añadido». «Son complementarios y me siento capacitada. Estar en el Gobierno es un valor para Andalucía y es bueno para Andalucía» , apuntó para a continuación apuntar a la compatibilidad de cargos de Javier Arenas en su etapa como presidente del PP-A y ministro. Las iniciativas que pueda poner en marcha el Gobierno central con carácter general o de forma específica para Andalucía en los próximos meses serán de hecho la base de s u relato político en las materias que el PSOE sitúa como estratégicas en el ámbito político : la vivienda, los servicios públicos como la sanidad o la educación y la generación de oportunidades para la juventud. Se tratará en todo momento de fijar un contraste que sustente la existencia de dos modelos distintos, con un planteamiento similar al que se ha puesto de manifiesto en las últimas semanas en el ámbito de la vivienda, en el que los esfuerzos se centrarán en situar al PP andaluz como «nítidamente de derechas» tratando de quebrar la posición más moderada que ha abanderado Juanma Moreno públicamente e internamente dentro del partido: « Es educado, pero no es moderado . Es un gobierno de derechas, de un PP-A cuyos diputados votan en el Congreso en contra de todas las medidas sociales. Es indistinguible lo que hace Moreno en Andalucía de Carlos Mazón en Valencia o Isabel Díaz Ayuso en Madrid». El PSOE se juega buena parte
Superado el capítulo más importante de la compleja fase interna, la nueva secretaria general del PSOE andaluz, María Jesús Montero, afronta ya su principal y más difícil desafío: darle la vuelta a unos resultados electorales y a unas encuestas que mantienen en Andalucía una mayoría absoluta consolidada del PP de Juanma Moreno. Cada uno de los actos que protagoniza la vicepresidenta en Andalucía reflejan que su proclamación ha sido un revulsivo para los dirigentes socialistas de todas las sensibilidades y para los 40.000 militantes. Pero ahora queda por ver cómo se va a trasladar al electorado y si se puede conseguir disputar espacios que ha ido recuperando, de forma progresiva, el Partido Popular Andaluz desde su llegada a San Telmo en 2018. «Tenemos que reconectar con la sociedad andaluza. Abrirnos y escuchar con empatía. Tener más presencia en los territorios y lugares e invitar a la sociedad civil y a quienes tengan ideas y proyectos», describió la vicepresidenta del Gobierno en su primera comparecencia pública en la sede del PSOE andaluz de la calle San Vicente de Sevilla, en la que anunció una ronda de reuniones con sindicatos (a quienes concedió un papel relevante en todo este proceso), empresarios, la cultura, las universidades o el movimiento feminista. Como punto de partida de esta ronda de contactos, María Jesús Montero volvió a situar su reivindicación del andalucismo (abriendo una disputa abierta con Juanma Moreno por este espacio) aunque dándole la vuelta al planteamiento. El presidente del PP-A viene centrando su discurso en el rechazo a medidas como el acuerdo de financiación singular catalana o los «agravios» en materia de inversión pública o financiación autonómic a. El planteamiento es reclamar que haya desigualdades entre comunidades, ni pactos bilaterales y que todo se negocie de forma multilateral. Esa base es además uno de los principales argumentos contra María Jesús Montero como vicepresidenta y parte activa de todos los acuerdos con los grupos nacionalistas en el Congreso. Montero, en cambio, quiere avanzar una línea que ya esbozó el equipo de Juan Espadas pero con menos proyección pública y nacional de la que puede incorporar María Jesús Montero : avanzar en el autogobierno siguiendo el modelo de la reforma de los estatutos de 2007 cuando el acuerdo en Andalucía fue tener lo mismo que quien tenga más y seguir los pasos de quien más avance, que en aquel momento (como ahora) fue Cataluña. «Hay que sacar a Andalucía de la actitud lastimosa y quejumbrosa de Moreno. No dedicarnos a mirar de reojo qué hacen otros ni conformarnos. Hay que reivindicar el máximo autogobierno y aprovechar las posibilidades del Estatuto de Autonomía que el que tiene más potencial de España. El autogobierno le sienta bien a Andalucía» , explicó la presidenta en alusión a que los recursos de inconstitucionalidad que se plantearon al Estatuto catalán lo dejaron al final por debajo del andaluz, pese a que en su momento prácticamente se copiaron los principales aspectos, y al hecho de que desde su aprobación no se hayan incorporado nuevas competencias pese a que así estaba previsto. Al margen de ese marco general, María Jesús Montero asume en su discurso público que uno de los grandes déficits que tiene en estos momentos el PSOE en Andalucía es el desgaste que en parte de la población tiene la gestión del Gobierno que los socialistas atribuyen a las «campañas de descrédito» de la Junta de Andalucía. De ahí precisamente que para el PSOE la compatibilidad de cargos (vicepresidenta del Gobierno, vicesecretaría general a nivel federal y líder del PSOE andaluz) sea un «valor añadido». «Son complementarios y me siento capacitada. Estar en el Gobierno es un valor para Andalucía y es bueno para Andalucía» , apuntó para a continuación apuntar a la compatibilidad de cargos de Javier Arenas en su etapa como presidente del PP-A y ministro. Las iniciativas que pueda poner en marcha el Gobierno central con carácter general o de forma específica para Andalucía en los próximos meses serán de hecho la base de s u relato político en las materias que el PSOE sitúa como estratégicas en el ámbito político : la vivienda, los servicios públicos como la sanidad o la educación y la generación de oportunidades para la juventud. Se tratará en todo momento de fijar un contraste que sustente la existencia de dos modelos distintos, con un planteamiento similar al que se ha puesto de manifiesto en las últimas semanas en el ámbito de la vivienda, en el que los esfuerzos se centrarán en situar al PP andaluz como «nítidamente de derechas» tratando de quebrar la posición más moderada que ha abanderado Juanma Moreno públicamente e internamente dentro del partido: « Es educado, pero no es moderado . Es un gobierno de derechas, de un PP-A cuyos diputados votan en el Congreso en contra de todas las medidas sociales. Es indistinguible lo que hace Moreno en Andalucía de Carlos Mazón en Valencia o Isabel Díaz Ayuso en Madrid». El PSOE se juega buena parte de su batalla ideológica en los próximos meses en este argumento que hasta el momento ha conseguido frenar el PP-A de Juanma Moreno. No obstante, el pacto del Ayuntamiento de Sevilla ha abierto una grieta inesperada que los socialistas están dispuestos a aprovechar en los próximos meses. « Ha mercadeado con los derechos de la mujer, de los inmigrantes, de los colectivos LGTBI con el acuerdo entre PP y Vox en Sevilla» , advirtió para a continuación respaldar públicamente a Antonio Muñoz y a su grupo municipal en su trabajo frente a este pacto. Con la comparecencia de hoy la campaña política de María Jesús Montero por Andalucía ha arrancado formalmente. Y de ahí que la vicepresidenta haya intentado que todos los demás capítulos internos que quedan por escribir (la conformación del Grupo Parlamentario, el nuevo papel de Juan Espadas, que aseguró que será «relevante» o quién será su número dos) queden relegados a un segundo plano: «Es un momento de poco debate interno, porque es el momento de que el PSOE se rearme para dar respuesta a los problemas que tiene la ciudadanía encima de la mesa». En el acto celebrado en la sede del PSOE andaluz, Montero volvió a estar arropada por la mayoría de los secretarios provinciales , por representantes de distintas sensibilidades, por el ex secretario general Juan Espadas, por el Grupo Parlamentario y por el grupo municipal del Ayuntamiento de Sevilla encabezado por el ex alcalde Antonio Muñoz.
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