Los romanos ya practicaban cirugías estéticas hace 2.000 años. Y el resultado eran enormes cestas de grasa
Aunque las operaciones estéticas llevan décadas siendo populares, la pandemia global provocada por el COVID-19 tuvo un efecto secundario curioso: el auge de las solicitudes de operaciones estéticas. Fue tal el fenómeno que llegó a bautizarse como el ‘ZOOM Boom’ (debido a que nos veíamos más a través de la cámara y queríamos arreglar lo que pensamos que son imperfecciones. Al margen de las operaciones más sencillas, poco a poco han ido apareciendo las que permiten cambiar el color de los ojos o las que nos hacen crecer hasta 15 centímetros. Pero como con tantas otras cosas, esto de las operaciones plásticas no es nada nuevo. De hecho, los antiguos romanos ya se hacían liposucciones para quitarse rollos de grasa abdominal. ¿Egipto o Beverly Hills? La historia de la cirugía plástica es curiosa. Uno de los procedimientos más antiguos es el detallado en un texto médico egipcio llamado 'Edwin Smith Papyrus'. Se trata de un tratado del 1600 a.C. que se llama así debido al egiptólogo estadounidense que lo encontró y, en él, se detallan los tratamientos para la reparación de una nariz rota mediante cirugía. En el 800 a.C., en India, también se practicaban técnicas de reconstrucción de nariz. Si alguien cometía adulterio, se le cortaba la nariz, pero como era una vergüenza, se empezó a poner de moda quitar piel de otras zonas de la cara para crear una nariz falsa. Y en China parece que se realizó la primera reparación labial. En Xataka Los "incel" han comenzado a operarse para ser más guapos y masculinos, y así tener más sexo Cirugía plástica de hace 2.000 años. Los antiguos griegos y los romanos también realizaron avances quirúrgicos en materia de cirugía plástica. De hecho, fueron los griegos quienes más avanzaron en ciertas técnicas, dejando los procedimientos por escrito y, tras ellos, los romanos tomaron el testigo, perfeccionando lo anterior. Un nombre destacado es Aulus Cornelius Celsus, un erudito romano que formuló y plasmó su propia opinión sobre la anatomía y la cirugía plástica a partir tanto del conocimiento previo como de su experiencia. Es una figura tan importante que su descripción de la oftalmología y la cirugía plástica oftálmica es la más antigua que se conserva. De hecho, y debido al incendio de la Biblioteca de Alejandría en el que se perdieron numerosos textos antiguos, el trabajo de Celso es el que ha ayudado a divulgar ese conocimiento antiguo. Obesidad romana. Estas operaciones eran, predominantemente, prácticas. Si alguien se sometía al cuchillo, lo hacía por necesidad, al menos en la mayoría de ocasiones. Una de las operaciones que también realizaban, y que no tenían la reconstrucción como objetivo, era la liposucción. Concretamente, la abdominoplastia. Se trata de la cirugía que elimina grasa abdominal para perfilar la silueta. Arnold van de Laar es un autor que, en 2022, publicó un libro llamado 'El arte del bisturí'. En él, explora diferentes prácticas que realizaban los médicos y cirujanos antes del descubrimiento de la anestesia en el siglo XIX y comenta que, en la antigua Roma, la obesidad era un problema relativamente común, sobre todo entre las clases más altas. Y abdominoplastia. Era este estrato social el que mejor acceso tenía no sólo a cualquier tipo de producto alimenticio, sino a una mayor cantidad. Tanto es así que generó la leyenda de que era extremadamente habitual vomitar durante las comidas para seguir llenando el buche, algo que se estima que no era tan frecuente. En su libro, van de Laar expone el caso de un hijo de un comandante del ejército que se sometió a una operación para eliminar su grasa abdominal y, así, poder entrar en el ejército. Abrir por la mitad a una persona era tremendamente peligroso porque las infecciones estaban a la orden del día, pero lo que parece que realizaban era una intervención entre la pared abdominal y la piel, retirando la grasa en el proceso. Una abdominoplastia, vaya. Someterse a eso debía ser un acto de fe Estético… y práctico. No debió irle mal, ya que desarrolló una carrera militar y política que lo colocó como cónsul de Calígula. Como apuntan en ABC, estas prácticas no debían ser casos aislados. En el Talmud (la obra que recoge las leyes, tradiciones, costumbres, narraciones, historias y leyendas judías) se expone un caso de un funcionario al servicio de Roma en la provincia de Judea. Se realizó la misma operación y el 'trámite' no tiene desperdicio: "le dieron una poción para dormir, lo llevaron a una habitación de mármol donde le abrieron el vientre y le quitaron cestas llenas de grasa". Al igual que el caso anterior, aparte de la estética, primaba la funcionalidad: la protuberante barriga le molestaba durante las relaciones sexuales. Ejemplo de una reconstrucción de nariz en el siglo XVIII No para t
Aunque las operaciones estéticas llevan décadas siendo populares, la pandemia global provocada por el COVID-19 tuvo un efecto secundario curioso: el auge de las solicitudes de operaciones estéticas. Fue tal el fenómeno que llegó a bautizarse como el ‘ZOOM Boom’ (debido a que nos veíamos más a través de la cámara y queríamos arreglar lo que pensamos que son imperfecciones.
Al margen de las operaciones más sencillas, poco a poco han ido apareciendo las que permiten cambiar el color de los ojos o las que nos hacen crecer hasta 15 centímetros. Pero como con tantas otras cosas, esto de las operaciones plásticas no es nada nuevo. De hecho, los antiguos romanos ya se hacían liposucciones para quitarse rollos de grasa abdominal.
¿Egipto o Beverly Hills? La historia de la cirugía plástica es curiosa. Uno de los procedimientos más antiguos es el detallado en un texto médico egipcio llamado 'Edwin Smith Papyrus'. Se trata de un tratado del 1600 a.C. que se llama así debido al egiptólogo estadounidense que lo encontró y, en él, se detallan los tratamientos para la reparación de una nariz rota mediante cirugía.
En el 800 a.C., en India, también se practicaban técnicas de reconstrucción de nariz. Si alguien cometía adulterio, se le cortaba la nariz, pero como era una vergüenza, se empezó a poner de moda quitar piel de otras zonas de la cara para crear una nariz falsa. Y en China parece que se realizó la primera reparación labial.
Cirugía plástica de hace 2.000 años. Los antiguos griegos y los romanos también realizaron avances quirúrgicos en materia de cirugía plástica. De hecho, fueron los griegos quienes más avanzaron en ciertas técnicas, dejando los procedimientos por escrito y, tras ellos, los romanos tomaron el testigo, perfeccionando lo anterior.
Un nombre destacado es Aulus Cornelius Celsus, un erudito romano que formuló y plasmó su propia opinión sobre la anatomía y la cirugía plástica a partir tanto del conocimiento previo como de su experiencia. Es una figura tan importante que su descripción de la oftalmología y la cirugía plástica oftálmica es la más antigua que se conserva. De hecho, y debido al incendio de la Biblioteca de Alejandría en el que se perdieron numerosos textos antiguos, el trabajo de Celso es el que ha ayudado a divulgar ese conocimiento antiguo.
Obesidad romana. Estas operaciones eran, predominantemente, prácticas. Si alguien se sometía al cuchillo, lo hacía por necesidad, al menos en la mayoría de ocasiones. Una de las operaciones que también realizaban, y que no tenían la reconstrucción como objetivo, era la liposucción. Concretamente, la abdominoplastia. Se trata de la cirugía que elimina grasa abdominal para perfilar la silueta.
Arnold van de Laar es un autor que, en 2022, publicó un libro llamado 'El arte del bisturí'. En él, explora diferentes prácticas que realizaban los médicos y cirujanos antes del descubrimiento de la anestesia en el siglo XIX y comenta que, en la antigua Roma, la obesidad era un problema relativamente común, sobre todo entre las clases más altas.
Y abdominoplastia. Era este estrato social el que mejor acceso tenía no sólo a cualquier tipo de producto alimenticio, sino a una mayor cantidad. Tanto es así que generó la leyenda de que era extremadamente habitual vomitar durante las comidas para seguir llenando el buche, algo que se estima que no era tan frecuente.
En su libro, van de Laar expone el caso de un hijo de un comandante del ejército que se sometió a una operación para eliminar su grasa abdominal y, así, poder entrar en el ejército. Abrir por la mitad a una persona era tremendamente peligroso porque las infecciones estaban a la orden del día, pero lo que parece que realizaban era una intervención entre la pared abdominal y la piel, retirando la grasa en el proceso. Una abdominoplastia, vaya.
Estético… y práctico. No debió irle mal, ya que desarrolló una carrera militar y política que lo colocó como cónsul de Calígula. Como apuntan en ABC, estas prácticas no debían ser casos aislados. En el Talmud (la obra que recoge las leyes, tradiciones, costumbres, narraciones, historias y leyendas judías) se expone un caso de un funcionario al servicio de Roma en la provincia de Judea.
Se realizó la misma operación y el 'trámite' no tiene desperdicio: "le dieron una poción para dormir, lo llevaron a una habitación de mármol donde le abrieron el vientre y le quitaron cestas llenas de grasa". Al igual que el caso anterior, aparte de la estética, primaba la funcionalidad: la protuberante barriga le molestaba durante las relaciones sexuales.
No para todos. En El Confidencial citan el estudio 'La cirugía en la Antigua Roma', de Luis Monteagudo García, en el que se detallan algunas de estas intervenciones. Parece que el usuario promedio de este tipo de operaciones eran jóvenes adinerados que, debido a los opulentos banquetes, no cumplían los estándares militares y no podían alistarse ven el ejército, por lo que recurrían a estos procedimientos.
Si bien no era una operación barata y, además, implicaba que el que se sometía a ella soportara el dolor, los cirujanos romanos utilizaban los utensilios y prácticas como la cauterización con destreza.
No sólo los romanos. Aunque los avances romanos en el campo de la cirugía fueron notables, como comentábamos al principio, se trata de una práctica que otras culturas milenarias habían realizado antes que ellos. También, evidentemente, siguió evolucionando poco a poco, con avances tan significativos como el del médico y cirujano árabe Al-Zahrawi, quien describió lo que se cree es el primer intento de mamoplastia, así como su manejo el hilo de seda para realizar suturas, un avance significativo frente a la cauterización.
En definitiva: está todo inventado, aunque puede que las operaciones para ganar un palmo de altura… eso seguro que no lo hacían los romanos. Quizá en la Edad Media con el potro sí se podía conseguir el efecto, pero evidentemente era mucho más doloroso.
Imágenes | Science Museum, TheDraco, Dall-E
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La noticia
Los romanos ya practicaban cirugías estéticas hace 2.000 años. Y el resultado eran enormes cestas de grasa
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Xataka
por
Alejandro Alcolea
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