Lo que el ojo no ve, pero adivina

De ilusión también se vive, no cabe ninguna duda, pero no de la utopía. El fútbol está lleno de tópicos y mentiras o, ahora que los políticos han puesto de moda el término, de relatos falsos o convenientes en busca del comprador fácil. Pero del Mallorca ya hablaremos.Esta semana una entrada muy dura, lo dejo … Continuar leyendo "Lo que el ojo no ve, pero adivina"

Feb 3, 2025 - 09:36
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Lo que el ojo no ve, pero adivina

De ilusión también se vive, no cabe ninguna duda, pero no de la utopía. El fútbol está lleno de tópicos y mentiras o, ahora que los políticos han puesto de moda el término, de relatos falsos o convenientes en busca del comprador fácil. Pero del Mallorca ya hablaremos.

Esta semana una entrada muy dura, lo dejo así porque no la ví, sobre Mbappé, no en vano jugador del Real Madrid, ha devuelto al primer plano, del que jamás debió salir, la mendIcidad arbitral que sufre la Liga de Fútbol Profesional, o sea sus 42 afiliados, en base al mal uso de una herramienta, el VAR, que vino para quedarse para remediar fallos CLAROS de los árbitros y se utiliza como un gran hermano fiscal más digno de «lo que el ojo no ve», que de cazar a los tramposos que persigue.

Vaya por delante que si en lugar de ser el futbolista y el club en cuestión, absolutamente nadie hubiera perdido un solo segundo de su tiempo para cuestionar su reglamento. Pero el problema grave del fútbol español, por encima incluso de la protección que el propio presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Rafael Louzán, ha ofrecido a los dos grandes, ocasionalmente tres, reside en la permanente trampa que burla la ley.

Uno de esos «driblings» es el famoso argumento de la «protección» al jugador. Fíjense en el singular. No es defender a los futbolistas, a todos, sino a estrellas concretas, llámense Vinicius, sobre todo, Kilian, Maradona o Di Stéfano. Si le rompen la pierna a uno del Valladolid, qué lástima. La semana pasada Alex Baena envió a Valjent, del Mallorca, al hospital con una entrada bestial en tiempo de descuento y con 4 a 0 en el marcador. Este mismo infractor sin castigo ni de falta, repitió con éxito y sin sanción con el lateral castellano Luis Pérez esta misma jornada.

Como los pimientos de padrón, los árbitros del VAR unas veces pican y otras non. Los amantes de los números deberían calcular o conocer el coste de tamañas inconsecuencias porque, máquinas aparte, pagar al actor principal, su ayudante y un técnico, sale a 5.000 euros por cabina o, lo que es lo mismo, 50.000 a la semana en Primera y 30.000 en Segunda. Una pasta que, vistos los resultados se podría ahorrar y no sería necesario buscar patrocinios en Arabia.

Para no repetir que a través de una pantalla no es interpretable ni la intensidad de una acción y, mucho menos, su intencionalidad, díganme en qué empresa recolocan a los trabajadores despedidos por bajo rendimiento o jubilados. El CTA destina a las cabinas a los colegiados descendidos por malos o los que han cumplido la edad reglamentaria. Lo importante es que sigan cobrando. ¿Por qué?.