La Policía de Bulgaria, acusada de impedir el rescate de tres adolescentes migrantes que murieron congelados
Organizaciones de derechos humanos denuncian en un informe que la policía de fronteras se negó a rescatar a los menores y obstaculizó los esfuerzos de los activistas por salvarlos Ofensiva de 15 países para expulsar inmigrantes y solicitantes de asilo a centros fuera de la UE Dos organizaciones de derechos humanos han denunciado que las autoridades búlgaras ignoraron las llamadas de socorro y frenaron los esfuerzos de los activistas para rescatar a tres adolescentes egipcios, que murieron a temperaturas bajo cero cerca de la frontera entre Bulgaria y Turquía a finales de diciembre. Las dos ONG han elaborado un extenso informe con pruebas, al que ha tenido acceso The Guardian, con fotografías, testimonios y geolocalizaciones que supuestamente demuestran la incapacidad de las autoridades búlgaras para salvar a los tres menores de edad, que pidieron ayuda mientras luchaban por sobrevivir bajo el frío y perdidos en los bosques de Burgas, en el sureste de Bulgaria. Las organizaciones No Name Kitchen (NNK) y Collettivo Rotte Balcaniche (CRB) afirman que su informe, Vidas heladas, refleja solo la punta del iceberg de un problema sistémico de brutalidad contra las personas migrantes en las fronteras europeas. La frontera de Bulgaria –miembro de la Unión Europea– con Turquía es un lugar de paso frecuente para las personas que quieren solicitar asilo en Europa. En los últimos años, se han producido abusos de los derechos humanos ampliamente documentados, incluidas denuncias de devoluciones ilegales de solicitantes de asilo a Turquía. Es un terreno intimidante, rocoso y montañoso, con temperaturas invernales bajo cero y viento helado. Llamadas de auxilio NNK y CRB afirman que en la mañana del 27 de diciembre de 2024 recibieron el primer aviso de que se habían hecho llamadas a una línea de auxilio creada por un grupo de organizaciones sociales. Las llamadas se referían a tres adolescentes “en riesgo inmediato de muerte” y enviaban localizaciones GPS. Los activistas hicieron varias llamadas al número oficial de emergencias 112. También trataron de comunicarse con los muchachos. La policía de fronteras búlgara supuestamente impidió los intentos de rescate de las organizaciones, a pesar de que les mostraron un vídeo que mostraba a uno de los chicos en la nieve. Los adolescentes, identificados posteriormente como Ahmed Samra, de 16 años, Ahmed Elawdan, de 17, y Seifalla Elbeltagy, de 15, fueron hallados muertos más tarde. Ahmed Samra tenía “huellas de patas de perro y de botas alrededor del cuerpo”, lo que, según el informe, “indica que la policía de fronteras ya lo había encontrado, tal vez vivo o muerto, pero decidió abandonarlo en el frío”. Los activistas que más tarde volvieron al lugar aseguran que alguien había borrado todo rastro de las huellas. Uno de los que descubrió el cadáver en la nieve afirma que la imagen había quedado “grabada a fuego” para siempre en su memoria. El cuerpo de uno de los chicos había sido parcialmente devorado por un animal. Acoso a los activistas El informe detalla el acoso sistemático al que fueron sometidos los equipos de rescate de las organizaciones en diciembre, coincidiendo con un drástico descenso de las temperaturas, así como el vandalismo contra uno de sus coches. Según el documento, los guardias fronterizos les obligaron a abandonar el vehículo y más tarde lo encontraron con las ventanillas destrozadas. Alguien había puesto tornillos en el motor para estropearlo. Los agentes también confiscaron los pasaportes y teléfonos de un equipo de rescate, y tomaron sus huellas dactilares y fotografías. A una activista la obligaron a desnudarse en comisaría para registrarla. Según su testimonio, la separaron de sus compañeros y la desnudaron delante de dos agentes de la policía de fronteras, y se quedó sentada desnuda mientras le registraban sus bolsas. “Tenía la regla y me pareció muy desagradable e innecesario que me obligaran a quedarme desnuda. El propósito final de los agentes parecía intimidarnos y asustarnos y para que no volviéramos a participar en una tarea de rescate”, dice. Durante otro intento de rescate, un grupo se vio obligado a caminar unos 10 kilómetros hasta la ciudad más cercana mientras la policía de fronteras les seguía en su vehículo. En los últimos años, varias organizaciones de derechos humanos han alertado de lo que consideran un fuerte aumento de los ataques contra quienes muestran solidaridad y apoyan a migrantes y solicitantes de asilo en Europa. El pasado mes de septiembre, las autoridades búlgaras volvieron a estar en el punto de mira después de que el medio de investigación Balkan Insight descubriera indicios de que se estaba intimidando a los agentes de la agencia fronteriza de la UE, Frontex, para que guardaran silencio sobre los abusos contra los derechos humanos que habían presenciado en la frontera búlga
Organizaciones de derechos humanos denuncian en un informe que la policía de fronteras se negó a rescatar a los menores y obstaculizó los esfuerzos de los activistas por salvarlos
Ofensiva de 15 países para expulsar inmigrantes y solicitantes de asilo a centros fuera de la UE
Dos organizaciones de derechos humanos han denunciado que las autoridades búlgaras ignoraron las llamadas de socorro y frenaron los esfuerzos de los activistas para rescatar a tres adolescentes egipcios, que murieron a temperaturas bajo cero cerca de la frontera entre Bulgaria y Turquía a finales de diciembre.
Las dos ONG han elaborado un extenso informe con pruebas, al que ha tenido acceso The Guardian, con fotografías, testimonios y geolocalizaciones que supuestamente demuestran la incapacidad de las autoridades búlgaras para salvar a los tres menores de edad, que pidieron ayuda mientras luchaban por sobrevivir bajo el frío y perdidos en los bosques de Burgas, en el sureste de Bulgaria.
Las organizaciones No Name Kitchen (NNK) y Collettivo Rotte Balcaniche (CRB) afirman que su informe, Vidas heladas, refleja solo la punta del iceberg de un problema sistémico de brutalidad contra las personas migrantes en las fronteras europeas.
La frontera de Bulgaria –miembro de la Unión Europea– con Turquía es un lugar de paso frecuente para las personas que quieren solicitar asilo en Europa. En los últimos años, se han producido abusos de los derechos humanos ampliamente documentados, incluidas denuncias de devoluciones ilegales de solicitantes de asilo a Turquía. Es un terreno intimidante, rocoso y montañoso, con temperaturas invernales bajo cero y viento helado.
Llamadas de auxilio
NNK y CRB afirman que en la mañana del 27 de diciembre de 2024 recibieron el primer aviso de que se habían hecho llamadas a una línea de auxilio creada por un grupo de organizaciones sociales. Las llamadas se referían a tres adolescentes “en riesgo inmediato de muerte” y enviaban localizaciones GPS. Los activistas hicieron varias llamadas al número oficial de emergencias 112. También trataron de comunicarse con los muchachos.
La policía de fronteras búlgara supuestamente impidió los intentos de rescate de las organizaciones, a pesar de que les mostraron un vídeo que mostraba a uno de los chicos en la nieve. Los adolescentes, identificados posteriormente como Ahmed Samra, de 16 años, Ahmed Elawdan, de 17, y Seifalla Elbeltagy, de 15, fueron hallados muertos más tarde. Ahmed Samra tenía “huellas de patas de perro y de botas alrededor del cuerpo”, lo que, según el informe, “indica que la policía de fronteras ya lo había encontrado, tal vez vivo o muerto, pero decidió abandonarlo en el frío”.
Los activistas que más tarde volvieron al lugar aseguran que alguien había borrado todo rastro de las huellas. Uno de los que descubrió el cadáver en la nieve afirma que la imagen había quedado “grabada a fuego” para siempre en su memoria. El cuerpo de uno de los chicos había sido parcialmente devorado por un animal.
Acoso a los activistas
El informe detalla el acoso sistemático al que fueron sometidos los equipos de rescate de las organizaciones en diciembre, coincidiendo con un drástico descenso de las temperaturas, así como el vandalismo contra uno de sus coches. Según el documento, los guardias fronterizos les obligaron a abandonar el vehículo y más tarde lo encontraron con las ventanillas destrozadas. Alguien había puesto tornillos en el motor para estropearlo.
Los agentes también confiscaron los pasaportes y teléfonos de un equipo de rescate, y tomaron sus huellas dactilares y fotografías. A una activista la obligaron a desnudarse en comisaría para registrarla. Según su testimonio, la separaron de sus compañeros y la desnudaron delante de dos agentes de la policía de fronteras, y se quedó sentada desnuda mientras le registraban sus bolsas. “Tenía la regla y me pareció muy desagradable e innecesario que me obligaran a quedarme desnuda. El propósito final de los agentes parecía intimidarnos y asustarnos y para que no volviéramos a participar en una tarea de rescate”, dice.
Durante otro intento de rescate, un grupo se vio obligado a caminar unos 10 kilómetros hasta la ciudad más cercana mientras la policía de fronteras les seguía en su vehículo.
En los últimos años, varias organizaciones de derechos humanos han alertado de lo que consideran un fuerte aumento de los ataques contra quienes muestran solidaridad y apoyan a migrantes y solicitantes de asilo en Europa.
El pasado mes de septiembre, las autoridades búlgaras volvieron a estar en el punto de mira después de que el medio de investigación Balkan Insight descubriera indicios de que se estaba intimidando a los agentes de la agencia fronteriza de la UE, Frontex, para que guardaran silencio sobre los abusos contra los derechos humanos que habían presenciado en la frontera búlgara.
Piden una investigación
A la luz de la muerte de los adolescentes, NNK y CRB han pedido una “investigación independiente y formal” sobre “la violencia sistémica y la negligencia de las autoridades búlgaras”, y “el trato degradante a las personas en tránsito”.
“No debería ser responsabilidad de activistas concienciados llegar hasta las personas que se encuentran en el bosque: la policía de fronteras está formada y se le paga para hacerlo”, dice un activista. “Es absolutamente estremecedor que tres menores de edad hayan muerto congelados en el bosque pese a las muchas llamadas de auxilio al 112. Representa un gran fracaso del sistema. No solo para las fuerzas policiales búlgaras, sino para la UE en general y todos sus Estados miembros”.
Interior rechaza las acusaciones
El Ministerio del Interior búlgaro rechaza estas acusaciones y afirma que sus agentes en las fronteras reaccionaron oportunamente a las llamadas y enviaron patrullas “inmediatamente”. Según su versión, los cadáveres se encontraron en lugares distintos a los indicados.
El ministerio también señala que continúan las investigaciones sobre estos casos, y añade que la policía de fronteras no “permite ni tolera ninguna expresión de comportamiento inhumano o irrespetuoso de los agentes hacia cualquier persona. Y esto se aplica a todos los ciudadanos y a todos los nacionales de terceros países que entran de forma irregular en el territorio del país”.
“En 2024, la Dirección General de la Policía de Fronteras de Bulgaria llevó a cabo 515 operaciones de búsqueda y rescate con el objetivo de prestar asistencia médica a ciudadanos de terceros países que habían entrado en el país de forma irregular”, dice Interior. “Nuestros agentes reaccionaron a todas esas señales a tiempo, teniendo en cuenta que cuando una persona está expuesta a condiciones meteorológicas extremas la rapidez es clave”.
Traducción de Emma Reverter.