¿Si fuera racista podría hacer esto? Karla Sofía Gascón ya salió a dar la entrevista más falsa de la vida y nadie le creyó

Cuando las disculpas llegan tarde, suenan vacías. Y cuando vienen acompañadas de contradicciones, risas nerviosas y referencias absurdas, terminan por convertirse en combustible para la indignación. Eso es lo que pasó con la reciente entrevista de Karla Sofía Gascón, en la que intentó defenderse del escándalo que la envuelve por sus viejos (y no tan viejos) tweets racistas, transfóbicos y polémicos.

Karla Sofía Gascón usó la carta de “¡ustedes no entienden mi comedia” para justificar sus polémicos tweets

Desde el inicio, la actriz quiso dejar claro que no es racista. “No he hecho nada malo en este mundo, ¿qué tengo que ocultar?”, dijo con la seguridad de quien cree que su simple palabra debería ser suficiente para absolverla. Sin embargo, cada intento de justificación se convirtió en un desastre más grande. Su defensa pasó por los lugares comunes de siempre: “Tengo una esposa musulmana”, “perdí a un hermano” y “trabajé con personas racializadas”, como si eso automáticamente anulara sus comentarios ofensivos.

El problema de los tweets “ajenos”

Uno de los momentos más absurdos llegó cuando Gascón aseguró que la mayoría de los tweets que la tienen en problemas no fueron escritos por ella. Peor aún, intentó lavarse las manos diciendo que usa su cuenta de Twitter en “tercera persona”, como si eso justificara su publicación sobre George Floyd. Y si esto no fuera suficiente, cuando le preguntaron directamente sobre su tweet defendiendo a Hitler, su respuesta fue un delirio total: “Lo escribió un personaje de ficción”.

Tampoco asumió responsabilidad por sus comentarios sobre Selena Gomez ni por su crítica a los Oscars, donde usó términos como “cine independiente y reivindicativo” para burlarse de la diversidad de los ganadores de esa noche. Lo curioso es que Emilia Pérez es justo eso, una película que encaja dentro de esa categoría, por lo que su tweet no solo la deja en evidencia, sino que la pone en una posición incómoda ahora que podría estar presente en la ceremonia que ella misma criticó.

Cuando el entrevistador le hizo notar la contradicción, su respuesta fue que muchas veces usa “chistes o ironías o exageraciones para destacar algo” y luego intentó desviar el tema hablando de la discriminación positiva y la necesidad de paridad en los procesos políticos. Casi como si pidiera entre líneas que solo se hable de su actuación y que lo demás se olvide.

El papel de víctima y las lágrimas tardías

A lo largo de la entrevista, Gascón se mostró desconcertada por la falta de apoyo: “¿Por qué nadie me defiende?”, preguntó como si esperara que el mundo olvidara sus palabras con solo un par de excusas. En los minutos finales, llegó el momento de lágrimas, con sollozos y mensajes de perdón a su hija, pero el público no compró su arrepentimiento.

Cuando le preguntaron si renunciaría a su nominación al Oscar, su respuesta fue la misma línea que repitió durante toda la entrevista: no piensa hacerlo porque su trabajo actoral es lo que se está valorando. Insistió en que no ha cometido ningún crimen y que todo es parte de una campaña en su contra. Pero la Academia parece pensar diferente, ya que ni siquiera la siguen en redes.

Lo que sigue: la incertidumbre

Gascón asegura que Netflix y su agencia aún no han tomado una decisión sobre su futuro, pero su destino profesional parece estar en el aire. Sus respuestas evasivas, su falta de autocrítica y su actitud desafiante dejan claro que, aunque ella se sienta “más fuerte” con el odio que recibe, la industria no olvida tan fácil.

Al final, la entrevista no hizo más que confirmar lo que muchos ya pensaban: no hay disculpa genuina, solo excusas recicladas. Y aunque ella diga que “perdona a los que la han criticado”, la pregunta es: ¿quién la va a perdonar a ella?

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