Nine Sols, una historia de venganza vestida de Metroidvania
Muchos estamos esperando la llegada de Silksong, pero por fortuna el mercado cuenta con muchos otros metroidvania que podemos disfrutar, … Sigue leyendo → La entrada Nine Sols, una historia de venganza vestida de Metroidvania aparece primero en Akihabara Blues.
Muchos estamos esperando la llegada de Silksong, pero por fortuna el mercado cuenta con muchos otros metroidvania que podemos disfrutar, como es el caso de Nine Sols. Un juego que te atrapa por su jugabilidad e historia, aunque también te hace rabiar por sus jefes.
El camino de la violencia
Cuando Nine Sols llegó a Xbox Game Pass decidí darle una oportunidad. Los metroidvania son de mis juegos favoritos (no me cansaré de decirlo) y este llamó mi atención. Admito que al inicio me costó por su apartado gráfico y llegué a pensar que era demasiado genérico, pero todo cambió a medida que avanzaba en la historia.
Nuestro protagonista es Yi, una especie de gato humanoide quien se salva de la muerte a manos de su maestra. A partir de ese momento comienza un camino de venganza y lucha para conseguir los nueve sellos de los sols y evitar que Eigong cumpla con sus planes.
Lo interesante de todo esto es que Yi formó parte del equipo de Eigong y algunos de los jefes del juego son amigos del protagonista, de los cuales conocemos parte de su historia y los motivos que los llevaron a continuar bajo las órdenes de la villana.
Falta una u en ese título
Se nos ha vuelto costumbre pero cuando un juego resulta difícil es inevitable hacer referencia a los soulike. En este caso Nine Sols no se complica durante la exploración, sino al momento de enfrentar a los jefes, donde los bloqueos y contraataques se vuelven vitales.
Yi cuenta con ataques básicos ya sea a corta o larga distancia, además del uso de un talismán que una vez aplicado a los enemigos genera más daño. Las cargas del talismán solo se consiguen al momento de bloquear los ataques enemigos o devolviendo sus proyectiles.
Con los enemigos normales no hay problema, pero al momento de enfrentar a los jefes, que efectivamente son nueve, ya se pone dura la cosa. Cada enemigo indica sus patrones ya sea con sonido o colores, pero a veces la velocidad de sus movimientos es tan rápida o el daño tan grande que es donde comienza la frustración.
El juego no es injusto, pero sí puede generar mucha rabia cuando la derrota llega faltando un golpe o el bloqueo no se realiza en el momento adecuado. A esto se suma la desazón al descubrir que los jefes tienen una segunda o incluso tercera fase.
Pelea a tu manera
Siendo un metroidvania muchos caminos se irán abriendo a medida que conseguimos ciertas habilidades. En el caso de Nine Sols son más del tipo bloquear ataques o la posibilidad de golpes cargados los que nos abren los caminos para encontrar los siguientes jefes o incluso elementos para mejorar nuestras habilidades.
Aquí se llaman jades y se pueden combinar dependiendo de las ranuras disponibles para su uso. La combinación de jades puede facilitar algún enfrentamiento, pero es necesario explorar muy bien los escenarios (o comprarlos) para hacerse con ellos.
Algunos npcs permiten comprar mejoras para flechas, aumentar la salud, la capacidad de curación o incluso indicar la cantidad de secretos o jefes adicionales en algún escenario. Siempre existe algo por descubrir en Nine Sols, aunque siempre será necesario pelear.
Todo en un solo lugar
El pabellón es el sitio a donde van llegando algunos personajes que encontramos o derrotamos a lo largo de la aventura. Son ellos los que nos permiten obtener mejoras o descubrir secretos. Es desde este lugar desde donde se pueden realizar viajes rápidos y desde ciertos puntos mejorar las habilidades del personaje.
Aquí también podemos conversar con ellos y descubrir mucho más acerca de la trama y los motivos que tiene Yi para llevar a cabo su venganza o por qué no tomarse un merecido descanso. Cada que se medita en uno de los puntos de guardado se regenera la salud, pero los enemigos vuelven a aparecer, por fortuna la ubicación de los puntos está bien distribuida y desbloquear el viaje rápido es una bendición.
Un largo camino
La duración de Nine Sols es considerable. Entre el backtracking y los complicados jefes la aventura puede ir sumando horas. Por fortuna el recorrido no es tedioso y el regresar a un lugar con una nueva habilidad significa descubrir algún secreto, camino o enemigo, haciendo que la historia avance.
El juego me sorprendió bastante en cuanto a lo variados que son sus escenarios. Tenemos una misión con sigilo, algo que no recuerdo haber jugado en un título de este estilo. Cada sección está acompañada por nuevos enemigos a los cuales aprender su patrones y zonas que tratan de adaptarse a las características del jefe que las habita. También tenemos una especie de robot que nos indica la cantidad de secretos en la sección, pero primero debemos obtener su chip.
Hablando de jefes, cada uno es un reto. Algunos presentan mecánicas muy interesantes, otros dependen mucho del entorno y una vez superados la satisfacción es total. Eso sí, algunos pueden llevar tiempo y pueden ser un gran dolor de cabeza, como es el caso de Eigong. Es allí donde la combinación de jades y entender las mecánicas de combate se vuelven importantes.
Conclusión
Con un género como el metroidvania a veces es difícil sorprenderse. Son tantos los títulos que han salido en los últimos años que a veces las novedades son pocas y los desarrolladores solo quieren un trozo del pastel. Pasa todo lo contrario con Nine Sols.
Un juego al que cuesta adaptarse en lo visual inicialmente, pero una vez te metes en la historia y las mecánicas de juego te atrapa y no te suelta. Está bien por donde se le mire y si, la dificultad es alta, pero es tan buen juego que lo terminé para saber lo que pasaba al final y descubrir los secretos de su mundo.
Mientras lo jugaba descubrí que fue uno de los mejores juegos independientes de 2024 y muy merecido, porque es una de esas joyas escondidas en ese mar de títulos que llegan año con año.[90]
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