Los dólares del Fondo tientan, pero el plan Caputo ya mostró que alcanza para planchar la inflación
Seis meses atrás, la definición de uno de los principales interlocutores argentinos con el FMI prometía incertidumbre: "Veremos que nos ofrecen y con qué condiciones. Si liberan más de u$s 10.000 millones levantamos el cepo mañana, pero sabemos que una cifra así viene con muchos requisitos". En ese momento, el equipo de Luis Caputo no mostraba apuro por dialogar con el staff del organismo. Estaban muy cómodos con la fase dos del plan, y sentían que la "intervención" de los dólares financieros prometía dejar buenos resultados en materia de inflación.El tiempo pasó, Donald Trump ganó las elecciones presidenciales y la Argentina retomó las negociaciones con el Fondo con otra intensidad, habilitando la chance de que se selle un entendimiento entre marzo y abril próximos.Migrantes Trump endurece las leyes migratorias en EE.UU.: detención y deportación inmediata sin juicio Sin embargo, nadie espera que más allá de los buenos números que tiene hoy la economía argentina, el FMI afloje en sus condiciones, e insista con tener un único tipo de cambio, por ejemplo. Son los tópicos que van y vienen, porque a diferencia de gobiernos anteriores, Javier Milei tiene objetivos fiscales y monetarios más duros de los que suelen pedir los técnicos. La discusión de fondos sigue siendo cambiaria, y son los locales los que se preguntan si vale la pena alterar algunos ingredientes de la política económica solo por el refuerzo de reservas que recibirá el Banco Central."Equipo que gana no se toca" es una máxima que reina en el fútbol. Y a veces también en la economía.Banco Central de la República ArgentinaEl Gobierno pondrá en marcha hoy el nuevo ritmo de devaluación del peso, que descenderá de 2% mensual a 1%. El Banco Central redujo las tasas de referencia de 32% a 29% anual, un nivel que asegura un razonable nivel de carry trade (fenómeno que implica ganar con la tasa en pesos y tomar ganancia en dólares). Este esquema se realimenta con la mayor oferta de dólares que aseguran los agroexportadores: las cerealeras deberán liquidar 15 días después de anotar su venta al exterior si quieren capitalizar la baja de retenciones. Toda esta movida circular asegura un negocio redondo, y en paralelo garantizar un precio estable o incluso descendente de la divisa.Por si hiciera falta un seguro extra, el equipo económico mantuvo el dólar blend y la chance de vender CCL para mantener a raya la brecha. Todo apunta a lograr una inflación que perfore en febrero el 2%, cifra a la que se estima el cierre de enero.Inflación baja es el objetivo central del Gobierno en un año electoral, que debutará en Santa Fe en abril. Más allá de cómo quede su relación con el PRO, Milei sabe que precios quietos son su mejor argumento electoral. La economía repunta, el consumo también. ¿Seguirá este esquema el resto del año o aceptarán la tentadora ayuda del FMI?.
Seis meses atrás, la definición de uno de los principales interlocutores argentinos con el FMI prometía incertidumbre: "Veremos que nos ofrecen y con qué condiciones. Si liberan más de u$s 10.000 millones levantamos el cepo mañana, pero sabemos que una cifra así viene con muchos requisitos". En ese momento, el equipo de Luis Caputo no mostraba apuro por dialogar con el staff del organismo. Estaban muy cómodos con la fase dos del plan, y sentían que la "intervención" de los dólares financieros prometía dejar buenos resultados en materia de inflación.
El tiempo pasó, Donald Trump ganó las elecciones presidenciales y la Argentina retomó las negociaciones con el Fondo con otra intensidad, habilitando la chance de que se selle un entendimiento entre marzo y abril próximos.
Sin embargo, nadie espera que más allá de los buenos números que tiene hoy la economía argentina, el FMI afloje en sus condiciones, e insista con tener un único tipo de cambio, por ejemplo. Son los tópicos que van y vienen, porque a diferencia de gobiernos anteriores, Javier Milei tiene objetivos fiscales y monetarios más duros de los que suelen pedir los técnicos. La discusión de fondos sigue siendo cambiaria, y son los locales los que se preguntan si vale la pena alterar algunos ingredientes de la política económica solo por el refuerzo de reservas que recibirá el Banco Central.
"Equipo que gana no se toca" es una máxima que reina en el fútbol. Y a veces también en la economía.
El Gobierno pondrá en marcha hoy el nuevo ritmo de devaluación del peso, que descenderá de 2% mensual a 1%. El Banco Central redujo las tasas de referencia de 32% a 29% anual, un nivel que asegura un razonable nivel de carry trade (fenómeno que implica ganar con la tasa en pesos y tomar ganancia en dólares). Este esquema se realimenta con la mayor oferta de dólares que aseguran los agroexportadores: las cerealeras deberán liquidar 15 días después de anotar su venta al exterior si quieren capitalizar la baja de retenciones. Toda esta movida circular asegura un negocio redondo, y en paralelo garantizar un precio estable o incluso descendente de la divisa.
Por si hiciera falta un seguro extra, el equipo económico mantuvo el dólar blend y la chance de vender CCL para mantener a raya la brecha. Todo apunta a lograr una inflación que perfore en febrero el 2%, cifra a la que se estima el cierre de enero.
Inflación baja es el objetivo central del Gobierno en un año electoral, que debutará en Santa Fe en abril. Más allá de cómo quede su relación con el PRO, Milei sabe que precios quietos son su mejor argumento electoral. La economía repunta, el consumo también. ¿Seguirá este esquema el resto del año o aceptarán la tentadora ayuda del FMI?.