Ryanair y Aena se han enzarzado en una guerra sin cuartel, en la que no ha faltado la mano del ministro de Transportes, Óscar Puente, siempre dispuesto a apuntarse a un bombardeo. La aerolínea de bajo coste irlandesa quiere pagar menos tasas por transportar a sus pasajeros en España y pide impuestos especialmente bajos para operar en los aeropuertos menos transitados, donde ha recortado 800.000 plazas para este verano . El gestor aeroportuario, por su lado, defiende su política de incentivos para esas infraestructuras, propuesta el año pasado, y dice que no va a ceder al chantaje del gigante de la aviación. Pero ambos se necesitan: para Aena, Ryanair es el primer cliente por ser la compañía que más pasajeros...
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