Tres días sin un TAC: «Vomitaba sin parar, tenía cefaleas y apenas veía; le dijeron que era Covid y murió por trombosis cerebral»
«Si la historia de mi preciosa hija consigue que un empleado del servicio de emergencias o un médico de urgencias , ante una mujer joven que presenta cefaleas fuertes y repetidas y además vómitos, acuda de inmediato a que se le practiquen las pruebas necesarias para obtener un diagnóstico rápido y adecuado, entonces sí que podré decir que hacer pública la historia de mi amada hija no habrá sido en vano». Son las palabras de un padre roto de dolor que perdió a su hija de 21 años en 2022 por un retraso «inadmisible» en el diagnóstico del cuadro grave de Trombosis Venosa Cerebral (TVC) que presentaba. Ni los servicios de emergencias ni los de urgencias del Hospital del Mar de Barcelona supieron calibrar la gravedad del cuadro y la joven falleció como consecuencia de una TVC después de tres días sin ser tratada de la afección cerebrovascular. «Su hija sufre una toxoinfección alimentaria e infección por SARS-Cov . Nada grave», le indicaron los especialistas del hospital antes de darle el alta, tras un simple reconocimiento, sin ninguna prueba diagnóstica. Fue el inicio de una carrera vertiginosa hacia el triste final para esta joven, que le llegó el 2 de marzo sin haber recibido tratamiento. La familia denunció los hechos ante el Juzgado de 1ª Instancia nº33 de Barcelona y ahora deberá ser indemnizada con casi la totalidad de lo que reclamó tras llegar a un acuerdo sus representantes legales, de la asociación 'El Defensor del Paciente', con la aseguradora del Servicio Catalán de la Salud (CatSalut). Los familiares no quieren hablar con los medios ni tampoco dar detalles sobre la cifra de la indemnización pues entienden que «no hay cantidad de dinero en el mundo que se pueda equiparar a la vida de mi hija». «La muerte de mi hija, tan joven y bella, era evitable, el sistema disponía de los medios y de las personas para atenderla en una gran y moderna urbe como Barcelona, pero no hubo un diagnóstico correcto desde el inicio, y desde ahí todo condujo a su triste final, tras una operación a vida o muerte de la que salió con muerte cerebral», lamenta el padre, que acusa a los sanitarios del Servicio de Emergencias Médicas (SEM) y el Hospital del Mar de Barcelona de «banalizar» los síntomas de su hija. «Pensaron, primero el SEM, poniendo mil reparos al envío de una simple ambulancia, y posteriormente los médicos de urgencias del Hospital del Mar, que los síntomas de mi hija no eran tan graves y que exageraba su dolor , que todo se debía a lo que había comido la noche anterior y al Covid leve que dicen padecía. Finalmente, tras varios días sufriendo un dolor indescriptible , mi maravillosa hija falleció con solo 21 años», lamenta el padre. La joven comenzó, el día 26 de febrero de 2022, a presentar un cuadro de importantes cefaleas totalmente invalidantes, que le provocaron fuertes mareos, náuseas, pérdida de visión, dificultad para hablar. Graves síntomas, todos ellos, que, según denuncia 'El Defensor del Paciente' , «se banalizaron, tanto por parte del personal del Servicio de Emergencias Médicas que «atendió las innumerables llamadas que les hizo el padre de la joven, como del Hospital del Mar donde ingresó en dos ocasiones de urgencias». Por un lado, según arguye la asociación, «el SEM no supo valorar la gravedad del caso a pesar de la detallada descripción de los graves síntomas, que el padre les hacía en cada llamada; y por otra parte, el servicio de Urgencias del Hospital del Mar procedió al alta hospitalaria de la joven el día 26 de febrero, tras una simple exploración, sin realizarle prueba de imagen alguna, ni exploración por un neurólogo». «Ese día -añaden los denunciantes- el hospital emitió un diagnóstico erróneo de toxoinfección alimentaria e infección por SARS-Cov; e informó al padre que su hija no sufría nada grave». Según el relato de la familia, a la mañana del día siguiente, tras el alta hospitalaria, la paciente estaba mucho peor , motivo por el que su padre volvió a contactar con el SEM, y les explicó que su hija había empeorado, vomitaba de forma compulsiva, la cefalea era inaguantable, tenía la mirada perdida y apenas veía. «Sin embargo, el SEM no puso a disposición de la paciente un servicio de urgencias para su traslado», consta en la denuncia. Siguiendo con la versión de la familia fue « gracias a la gestión de su médico de cabecera , que logró que una ambulancia trasladara a la joven de nuevo al Hospital del Mar». El informe de exploración a la llegada de la paciente, aseguran desde 'El Defensor del Paciente', describió un cuadro de extrema gravedad . «Sin embargo, a pesar de la gravísima sintomatología que presentaba la paciente, el TAC cerebral solicitado tardó más de nueve horas en realizarse», añaden. Desgraciadamente, el grave diagnóstico que reveló el TAC (trombosis venosa cerebral) se alcanzó con tanto retraso, que la joven falleció el día 2 de marzo de 2022. La letrada de 'El Defensor del Paciente', Luisa Blanco , que ha dirigido la defensa del caso, defendió que la paciente falleció c
«Si la historia de mi preciosa hija consigue que un empleado del servicio de emergencias o un médico de urgencias , ante una mujer joven que presenta cefaleas fuertes y repetidas y además vómitos, acuda de inmediato a que se le practiquen las pruebas necesarias para obtener un diagnóstico rápido y adecuado, entonces sí que podré decir que hacer pública la historia de mi amada hija no habrá sido en vano». Son las palabras de un padre roto de dolor que perdió a su hija de 21 años en 2022 por un retraso «inadmisible» en el diagnóstico del cuadro grave de Trombosis Venosa Cerebral (TVC) que presentaba. Ni los servicios de emergencias ni los de urgencias del Hospital del Mar de Barcelona supieron calibrar la gravedad del cuadro y la joven falleció como consecuencia de una TVC después de tres días sin ser tratada de la afección cerebrovascular. «Su hija sufre una toxoinfección alimentaria e infección por SARS-Cov . Nada grave», le indicaron los especialistas del hospital antes de darle el alta, tras un simple reconocimiento, sin ninguna prueba diagnóstica. Fue el inicio de una carrera vertiginosa hacia el triste final para esta joven, que le llegó el 2 de marzo sin haber recibido tratamiento. La familia denunció los hechos ante el Juzgado de 1ª Instancia nº33 de Barcelona y ahora deberá ser indemnizada con casi la totalidad de lo que reclamó tras llegar a un acuerdo sus representantes legales, de la asociación 'El Defensor del Paciente', con la aseguradora del Servicio Catalán de la Salud (CatSalut). Los familiares no quieren hablar con los medios ni tampoco dar detalles sobre la cifra de la indemnización pues entienden que «no hay cantidad de dinero en el mundo que se pueda equiparar a la vida de mi hija». «La muerte de mi hija, tan joven y bella, era evitable, el sistema disponía de los medios y de las personas para atenderla en una gran y moderna urbe como Barcelona, pero no hubo un diagnóstico correcto desde el inicio, y desde ahí todo condujo a su triste final, tras una operación a vida o muerte de la que salió con muerte cerebral», lamenta el padre, que acusa a los sanitarios del Servicio de Emergencias Médicas (SEM) y el Hospital del Mar de Barcelona de «banalizar» los síntomas de su hija. «Pensaron, primero el SEM, poniendo mil reparos al envío de una simple ambulancia, y posteriormente los médicos de urgencias del Hospital del Mar, que los síntomas de mi hija no eran tan graves y que exageraba su dolor , que todo se debía a lo que había comido la noche anterior y al Covid leve que dicen padecía. Finalmente, tras varios días sufriendo un dolor indescriptible , mi maravillosa hija falleció con solo 21 años», lamenta el padre. La joven comenzó, el día 26 de febrero de 2022, a presentar un cuadro de importantes cefaleas totalmente invalidantes, que le provocaron fuertes mareos, náuseas, pérdida de visión, dificultad para hablar. Graves síntomas, todos ellos, que, según denuncia 'El Defensor del Paciente' , «se banalizaron, tanto por parte del personal del Servicio de Emergencias Médicas que «atendió las innumerables llamadas que les hizo el padre de la joven, como del Hospital del Mar donde ingresó en dos ocasiones de urgencias». Por un lado, según arguye la asociación, «el SEM no supo valorar la gravedad del caso a pesar de la detallada descripción de los graves síntomas, que el padre les hacía en cada llamada; y por otra parte, el servicio de Urgencias del Hospital del Mar procedió al alta hospitalaria de la joven el día 26 de febrero, tras una simple exploración, sin realizarle prueba de imagen alguna, ni exploración por un neurólogo». «Ese día -añaden los denunciantes- el hospital emitió un diagnóstico erróneo de toxoinfección alimentaria e infección por SARS-Cov; e informó al padre que su hija no sufría nada grave». Según el relato de la familia, a la mañana del día siguiente, tras el alta hospitalaria, la paciente estaba mucho peor , motivo por el que su padre volvió a contactar con el SEM, y les explicó que su hija había empeorado, vomitaba de forma compulsiva, la cefalea era inaguantable, tenía la mirada perdida y apenas veía. «Sin embargo, el SEM no puso a disposición de la paciente un servicio de urgencias para su traslado», consta en la denuncia. Siguiendo con la versión de la familia fue « gracias a la gestión de su médico de cabecera , que logró que una ambulancia trasladara a la joven de nuevo al Hospital del Mar». El informe de exploración a la llegada de la paciente, aseguran desde 'El Defensor del Paciente', describió un cuadro de extrema gravedad . «Sin embargo, a pesar de la gravísima sintomatología que presentaba la paciente, el TAC cerebral solicitado tardó más de nueve horas en realizarse», añaden. Desgraciadamente, el grave diagnóstico que reveló el TAC (trombosis venosa cerebral) se alcanzó con tanto retraso, que la joven falleció el día 2 de marzo de 2022. La letrada de 'El Defensor del Paciente', Luisa Blanco , que ha dirigido la defensa del caso, defendió que la paciente falleció como consecuencia del «grave e inaceptable» retraso diagnóstico. Puntualiza que la joven «sufría graves síntomas que requerían un diagnóstico y tratamiento emergente. Sin embargo, tanto el SEM como el Hospital del Mar, minusvaloraron la clínica de la paciente y la relacionaron con los síntomas del Covid; a pesar de que los hechos suceden en el año 2022, tras dos años de Covid, cuando ya se conocía por la comunidad médica que existía una evidente relación entre el Covid con enfermedades trombóticas arteriales y venosas, que ya se habían descrito a nivel mundial». En la demanda se sostuvo, que existió «responsabilidad porque se mantuvo durante tres días a la paciente con una grave patología que de haberse diagnosticado cuando comenzó el día 26 se podría haber beneficiado del tratamiento necesario que le hubieran permitido hasta en más del 90% su supervivencia». Desde la Asociación 'El Defensor del Paciente', su presidenta Carmen Flores manifiesta: «Queremos insistir en que desgraciadamente, y a pesar de que lo venimos denunciando desde hace años, la banalización de los síntomas y signos que sufren los pacientes no se puede instaurar en nuestra Sanidad, porque se repiten una y otra vez casos como este en el que el final es tan triste como denunciable».
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