¿Por qué tenemos pesadillas? Esto dice la ciencia
Las pesadillas, esos aterradores sueños que nos despiertan con sensaciones de miedo, angustia y ansiedad, son un fenómeno común que afecta tanto a niños como a adultos en todo el mundo. Si alguna vez te has despertado sobresaltado por una pesadilla, probablemente te hayas preguntado qué las causa y cómo evitarlas. Hoy exploramos las razones […]
Las pesadillas, esos aterradores sueños que nos despiertan con sensaciones de miedo, angustia y ansiedad, son un fenómeno común que afecta tanto a niños como a adultos en todo el mundo.
Si alguna vez te has despertado sobresaltado por una pesadilla, probablemente te hayas preguntado qué las causa y cómo evitarlas. Hoy exploramos las razones científicas detrás de este fenómeno y qué estrategias pueden ayudar a reducir su frecuencia.
¿Qué son las pesadillas?
Una pesadilla es un tipo de sueño que genera una sensación de terror y ansiedad. Aunque suelen ser más frecuentes en la infancia, pueden continuar a lo largo de toda la vida. Según los expertos en sueño, las pesadillas son una respuesta natural del cerebro al estrés o a emociones intensas, y pueden ser provocadas por varios factores externos o internos.
Causas comunes de las pesadillas
Las pesadillas generalmente comienzan antes de los 10 años y se consideran una parte normal del desarrollo infantil. Sin embargo, pueden extenderse hasta la adultez, especialmente cuando el cerebro necesita procesar eventos estresantes o traumáticos.
Los factores que pueden desencadenar pesadillas incluyen:
- Eventos estresantes o traumáticos: La pérdida de un ser querido o situaciones de alto estrés, como problemas laborales o familiares, son conocidos desencadenantes de pesadillas recurrentes.
- Medicamentos y sustancias: Algunos fármacos, como los antidepresivos, y el consumo excesivo de alcohol o drogas ilícitas, pueden alterar el ciclo del sueño y generar pesadillas. Asimismo, la abstinencia abrupta de sustancias también puede tener un efecto similar.
- Enfermedades: La fiebre o enfermedades graves pueden provocar trastornos en el sueño, y, como resultado, pesadillas.
- Trastornos del sueño: Condiciones como la apnea del sueño o el trastorno de estrés postraumático (TEPT) están frecuentemente asociadas a pesadillas.
La psicóloga Xiomara Zazueta, especialista en trastornos del sueño del Tecnológico de Monterrey, señala que las pesadillas también pueden ser un síntoma de un ciclo de sueño interrumpido, algo muy común en periodos de alta ansiedad o estrés.
“El sueño intenta procesar las emociones vividas durante el día, y cuando no hay descanso adecuado, las emociones reprimidas pueden manifestarse en forma de pesadillas”, explica la especialista.
¿Por qué las pesadillas son más comunes en niños?
Aunque las pesadillas pueden ocurrir a cualquier edad, son más frecuentes en niños, especialmente entre los 3 y los 6 años. Este fenómeno se debe a que el cerebro infantil está en pleno desarrollo y experimenta nuevas formas de interpretar el mundo, lo que puede desencadenar miedos nocturnos.
Además, los niños tienen menos control sobre sus emociones y temores, lo que puede hacer que las pesadillas sean más intensas y frecuentes.
¿Qué pasa en el cerebro cuando tenemos pesadillas?
El ciclo del sueño se divide en varias fases, y las pesadillas generalmente ocurren durante la fase REM (Rapid Eye Movement), cuando el cerebro está más activo y los sueños son más vívidos. Durante esta fase, el cerebro procesa y organiza recuerdos, emociones y pensamientos, lo que puede resultar en sueños perturbadores si hay factores de estrés involucrados.
En situaciones normales, el cerebro ayuda a que el cuerpo se relaje y se recupere, pero cuando hay un desequilibrio emocional o estrés, el sueño se convierte en una forma de lidiar con las emociones reprimidas. Esto se refleja en sueños que pueden ser inquietantes, provocando ansiedad, miedo o tristeza.
Consejos para evitar las pesadillas
Aunque no siempre se pueden prevenir, existen diversas estrategias que pueden ayudar a reducir la frecuencia de las pesadillas:
- Establece una rutina de sueño: Dormir y despertar a la misma hora cada día ayuda a regular el ciclo de sueño y puede disminuir la incidencia de pesadillas. La estabilidad en la rutina es fundamental para mejorar la calidad del sueño.
- Haz ejercicio regularmente: El ejercicio ayuda a reducir el estrés y a liberar tensiones, lo que facilita un sueño más profundo y reparador. Es recomendable hacer actividad física durante el día, evitando el ejercicio intenso justo antes de dormir.
- Reduce el consumo de sustancias: Evitar el alcohol, la cafeína y las comidas pesadas antes de dormir es esencial para mantener el sueño en un estado reparador. Estas sustancias pueden interferir con el sueño profundo y aumentar la probabilidad de tener pesadillas.
- Controla el estrés: Hablar sobre tus preocupaciones con amigos o familiares puede aliviar la carga emocional. Técnicas de relajación como la meditación, el yoga o la respiración profunda también son útiles para reducir el estrés y mejorar la calidad del sueño.
- Busca ayuda profesional: Si las pesadillas son recurrentes o están relacionadas con un trastorno subyacente como el TEPT o la apnea del sueño, es recomendable consultar a un profesional de la salud mental o un especialista en trastornos del sueño.
¿Las pesadillas tienen un mensaje oculto?
Muchas personas buscan explicaciones simbólicas para sus sueños. Sin embargo, la psicóloga Xiomara Zazueta aclara que las pesadillas reflejan los miedos, ansiedades y preocupaciones personales, por lo que sería incorrecto generalizar el significado de las pesadillas.