¿Por qué los niños se disfrazan de brujas en Suecia para celebrar la Pascua?
De niños, en Värmland (Suecia), Fredrik Skott y su hermana solían disfrazarse de brujo y bruja y viajar de puerta en puerta para entregar cartas llenas de caramelos a sus vecinos y amigos. Y eso que no era Halloween: la ocasión era la víspera de Pascua.A diferencia de los tradicionales conejitos y cestas de huevos que mucha gente en Estados Unidos asocia con la Pascua, cada año en Suecia y...
De niños, en Värmland (Suecia), Fredrik Skott y su hermana solían disfrazarse de brujo y bruja y viajar de puerta en puerta para entregar cartas llenas de caramelos a sus vecinos y amigos. Y eso que no era Halloween: la ocasión era la víspera de Pascua.
A diferencia de los tradicionales conejitos y cestas de huevos que mucha gente en Estados Unidos asocia con la Pascua, cada año en Suecia y Finlandia los niños pequeños continúan una tradición centenaria que marca la noche en que las brujas celebraron el sabbat (el día sagrado de la semana del judaísmo) con el diablo antes de la resurrección de Jesús.
Vestidos de brujas de Pascua (påskkärringar) (y de trolls de Pascua -påsktroll-), los pequeños corretean de puerta en puerta deseando a las familias “Glad Påsk” [felices Pascuas]. La tradición varía ligeramente según la región: mientras algunas comunidades lo celebran en Nochebuena, otras se disfrazan el Jueves Santo. Algunos niños cantan a cambio de caramelos, mientras que otros entregan a sus vecinos cartas llenas de caramelos.
Skott, ahora docente de folclore nórdico en el Instituto de Lengua y Folclore de Gotemburgo (Suecia) , lleva años estudiando la tradición sueca del mumming, que arroja luz sobre el vínculo entre la brujería y la Pascua, así como sobre la forma en que las creencias sobre las brujas cambiaron con el tiempo en Suecia.
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Los orígenes de las brujas de Pascua
Todavía se discute cuándo empezó exactamente la tradición, pero los estudiosos coinciden en que tiene su origen en la oleada de juicios por brujería que se celebraron en Suecia entre 1668 y 1678, así como en un sólido folclore en torno a las brujas que ya había arraigado en el siglo XIV.
Una de estas ideas era la creencia de que las brujas volaban a un lugar ficticio llamado Monte Blåkulla para celebrar los Sabbats Negros o Sabbats de Brujas. En el monte Blåkulla, todo funcionaba de revés: los ancianos se hacían jóvenes y la gente bailaba de espaldas unos a otros. Las historias populares sostenían que el caos de Blåkulla se confundía con nuestro mundo durante el periodo comprendido entre el Jueves Santo y el Sábado Santo.
“Cuando Jesús estaba muerto, se creía que las brujas y otras criaturas eran más activas que en otras épocas”, dice Skott.
Según el folclorista Per-Anders Östling, los juicios de brujas más famosos de Suecia comenzaron en 1668, después de que unos niños difundieran rumores de que habían sido llevados por brujas al monte Blåkulla. Cientos de mujeres fueron acusadas y condenadas a muerte, y el miedo a las brujas persistió hasta bien entrado el siglo siguiente. Las comunidades del suroeste de Suecia hacían grandes hogueras y cerraban sus puertas antes de Pascua para protegerse a sí mismas y a sus hijos de las brujas.
Aunque la mayoría de los estudiosos creen que la tradición de vestirse de brujas en Pascua no empezó hasta principios del siglo XX, después de que la creencia en las brujas disminuyera en las grandes ciudades, la investigación de Skott sugiere que la práctica comenzó justo en esta época, en el siglo XVIII.
Skott señala los registros judiciales de la parroquia de Husby, en Uppland (Suecia), donde un granjero acusó de brujería a una joven llamada Anna Olofsdotter el 3 de octubre de 1747. Un año antes, tres niños de su parroquia habían descubierto “mantequilla de troll”, un hongo viscoso asociado a las brujas. Creían que quemando la mantequilla de trol, la bruja que la poseía se revelaría.
Según las actas judiciales, Olofsdotter decidió gastarle una broma a los niños y al granjero, poniéndose un delantal sobre los hombros y cubriéndose la cara con el pelo. Cuando el granjero arrojó los hongos al fuego, salió corriendo al grito de “quema, quema”. El hombre empezó a hacer circular rumores de que Olofdotter era una bruja, y fue llevada a juicio acusada de difamación. El tribunal concluyó que no era una bruja.
“El caso indica al menos que existía la posibilidad (aunque no siempre con éxito) de que la gente bromeara o tratara de imitar a las brujas en Suecia en una época en la que la creencia en la brujería seguía muy viva”, escribe Skott.
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Brujas de Pascua en el siglo XIX
En la década de 1800, adolescentes y jóvenes participaban en la tradición de las brujas de Pascua, escribe Skott, y su investigación sugiere además que las iglesias de Halland ya prohibían a la gente disfrazarse en Pascua en la década de 1820.
La mayoría de sus disfraces evocaban a viejas campesinas con faldas largas y pañuelos hechos con trapos viejos. Armadas con escobas o palos y cuernos de ungüento que, según se creía, otorgaban el poder de volar, las brujas de Pascua a veces arrojaban cartas a través de los umbrales de las casas locales con un verso que invitaba al destinatario a participar en el sabbat de brujas.
Estas brujas también merodeaban a menudo por el pueblo, asustando a los niños o pidiendo comida y alcohol. Al igual que Olofsdotter, estos embaucadores incluso imitaban el comportamiento de las brujas “reales”, echando ceniza por las chimeneas (se creía que las brujas subían volando por las chimeneas camino de Blåkulla) o hiriendo al ganado y echando agua a los caballos para que pareciera que estaban sudados después de que las brujas supuestamente los hubiesen montado para el sabbat.
Para ocultar su identidad y dar el mayor miedo posible, muchas se cubrían la cara de hollín o llevaban una skråpukansikte (máscara) de tela o papel con cejas hechas de musgo. Las brujas de Pascua también solían ir travestidas, lo que reforzaba aún más la idea de que las brujas ponían el mundo patas arriba durante el periodo comprendido entre la muerte y la resurrección de Jesús.
En una conferencia de 2012 que compartió con National Geographic, Skott afirmó que la costumbre también podía “considerarse una revuelta más o menos aceptada contra el mundo de los adultos y las jerarquías de poder cotidianas”. El Domingo de Pascua, a los jóvenes se les permitía hacer cosas que normalmente no serían aceptadas como, por ejemplo, embadurnar las ventanas con alquitrán, o pedir dinero o aguardiente”.
La tradición de la bruja de Pascua se extendió a Finlandia en la década de 1900, donde adoptó otro nombre: virvonta. Los niños finlandeses practican dos tradiciones diferentes: una proviene del cristianismo y consiste en que los niños cambien ramas de sauce por caramelos el Domingo de Ramos; la otra proviene de la magia tradicional de la cosecha entre la minoría de habla sueca de Ostrobotnia, cuyos niños se disfrazan de brujas de Pascua y van de puerta en puerta en Nochebuena.
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Una tradición moderna de brujas de Pascua
En el siglo XX, el elemento del travestismo desapareció, al igual que las máscaras embrujadoras. Hoy en día, la práctica de disfrazarse de brujas de Pascua ha disminuido a medida que Halloween crece en popularidad.
Una de las razones por las que Halloween ha florecido tras su introducción a principios de la década de 1990, argumenta Skott, es que la tradición de las brujas de Pascua ha cambiado a disfraces “más monos” para niños en su mayoría más jóvenes, en lugar de los disfraces aterradores de épocas anteriores. En muchos sentidos, afirma Skott, “puede decirse que las brujas de Halloween son las herederas de las brujas de Pascua”.
Aunque Skott siguió disfrazándose hasta los siete años, hoy los participantes son sobre todo niños de corta edad, entre los que hay más niñas que niños, ataviadas con pañuelos de colores, mejillas rojas y pecosas y cafeteras para recoger sus caramelos. Algunos regalan a las familias dibujos de brujas, pero otros ni siquiera van de puerta en puerta, sino que participan en desfiles de Pascua coordinados para mantener viva la herencia sueca.
Aun así, para todos los que participan, los días previos a Pascua siguen siendo un caos verdaderamente embrujado.