¿Por qué 'El Hormiguero' con Emiliano García-Page ha ganado a 'La Revuelta' con Alejandro Sanz?
Pablo Motos está dando la vuelta al marcador de David Broncano.
El Hormiguero está dando la vuelta al marcador. Por cuarto día consecutivo ha ganado a La Revuelta. Y eso que La Revuelta de este lunes contaba con el desenlace de la trama que empezó Alejandro Sanz el jueves en el propio Hormiguero de Trancas y Barrancas. Cuando dictó a Pablo Motos una pacificadora carta a David Broncano. El morbo estaba
Y así ha sido. Broncano recogía la carta. Alejandro Sanz ejercía de buen samaritano intentando relativizar tensiones entre dos de sus amigos. Incluso mandaron una nota de voz a Pablo Motos. Todo con esa guasa que tan maneja Sanz. Todo aderezado con una trama transversal protagonizada por Jorge Ponce: mientras la entrevista, está esculpiendo el rostro del cantante en mármol. Así la audiencia espera a ver cuál es el resultado del sketch paralelo.
Sin embargo, interesó más Emiliano García-Page en El Hormiguero. ¿Cuáles son las causas? Para empezar, al final el rifi rafe de lo de Motos y Broncano fue prácticamente toda la charla de La Revuelta. No hubo entrevista más allá de eso y al espectador el morbo de las competencias entre cadenas le interesa menos de lo que cree el ego del sector audiovisual. Es más, el chascarrillo se está estirando demasiado. Y los buenos chascarrillos evolucionan su trama, no se quedan estancados durante meses. Faltaron preguntas sobre la trayectoria y vida de Sanz. Se hizo larga la ya previsible y agotadora disputa.
Tampoco ayuda a La Revuelta estirar también la propia duración del programa. Es un show que funciona mejor en una hora justa. El espectador de Broncano agradece la concreción. Saber que el programa empieza a las 21.40 y acaba a las 22.50. Pero TVE ha intentado alargar el tiempo del programa a lo vieja táctica de la tele de antes. Así Broncano puede ser más competitivo unos días pero con el tiempo se desgasta su cita cómplice con el público. Porque justamente La Revuelta ha recuperado a una audiencia que no estaba en la tele porque nunca sabía cuando comenzaba y cuando concluía el show. Y se le hacían largos todos los programas.
Mientras tanto, Pablo Motos, tan posicionado ideológicamente, consigue elevar la curiosidad del personal llevando a su programa familiar a líderes políticos que dan batalla dialéctica. El fuerte de Motos es que nunca deja de hacer entrevistas. Broncano, a veces, se le olvida. Que fue el problema del agotamiento que sufrió en algunos meses en Movistar Plus. Y que remedió en La Revuelta: en televisión no sólo se puede hablar de lo que le gusta a uno, hay que pensar en que el espectador no se quede a medias durante una entrevista. Ahí Motos siempre gana, pues no deja de intentar encontrar contenido nuevo constantemente. Contenido con declaraciones del invitado o con apariciones estelares, ya sea con un experimento o con las perspicacias de Trancas y Barrancas.
A todo esto, en las últimas semanas en Atresmedia se han ido percatando que la estrategia de abrir en canal El Intermedio con pausas publicitarias cuando empezaba El Hormiguero no producía un efecto de trasvase de espectadores de Wyoming a Motos. Los seguidores de La Sexta son más afines de Broncano, que se beneficiaba sutilmente de esa táctica de cortes para los anuncios.
Las audiencias son así. Evolucionan. Y los programas deben evolucionar sus tramas con la audiencia. Sin olvidar, cuidar aquello que valora el espectador de ti. Resultado: El Hormiguero ha liderado por cuarto día consecutivo con un excelente 16,5 por ciento de share y 2.294.000 espectadores, mientras que La Revuelta ha sido la segunda opción con un poderoso 15,1 por ciento de share y 2.110.000 espectadores. Muy igualados. Pero con un cambio de tendencia. ¿Por qué no ganó la sonrisa de Alejandro Sanz que incluso se cebó ante una audiencia millonaria el jueves en Antena 3? Quizá el éxito profundo de La Revuelta está en descubrir a referentes desde la comedia, no en atascarse en el show del rifirrafe de los problemas de primer mundo.