¿Podemos arreglar?
A pesar de que las estadísticas sobre siniestralidad vial en la Argentina preocupan y confirman la necesidad de reforzar controles, además de prevenir con mayor educación, nunca faltan quienes habiendo cometido una falta pretenden quedar exonerados, sin sonrojarse, mediante espurias componendas.Días pasados se conoció lo ocurrido en un control de tránsito en la bajada de la autopista Ricardo Balbín y la avenida Huergo, en Villa Lugano. La División Anillo Digital de la Policía de la Ciudad obligó a detener la marcha de un vehículo para solicitar la correspondiente documentación. Su conductor, un ciudadano peruano de 40 años, presentó un documento de identidad y una licencia de conducir internacional falsificadas. Minutos después se detuvo otro vehículo manejado por una allegada al sospechoso, una argentina de 31 años. Ambos quisieron coimear a un policía para que no realizara la multa. “¿Podemos arreglar?”, se escucha en el video que quedó grabado y en el que se los ve exhibiendo billetes. Ambos conductores quedaron detenidos y se les secuestraron tanto los vehículos como los celulares.Se comprobó que el primero poseía una condena por comercio de estupefacientes y otra por tenencia de armas lo que había motivado su expulsión del país en 2016, con reingreso prohibido. Su compañera también había sido detenida por venta de droga. Acusados de cohecho, falsificación de documento público y uso de documento adulterado, la Unidad de Flagrancia Este del Ministerio Público Fiscal pidió la prisión preventiva.Cuando la cuestión fronteriza con Bolivia se encuentra estos días en debate, cabe señalar que Gerson Jair Nuñez Melgar, tal su nombre real, admitió haber ingresado a la Argentina luego de cruzar esa frontera a pie y de forma irregular en diciembre último.El jefe de gobierno porteño reiteró su deseo de que se expulse a los extranjeros sin ciudadanía que delinquen. “Buenos Aires no debe ser más el lugar donde se viene a cometer delitos”, reiteró. Mientras muchos extranjeros se ganan honradamente el sustento, otros no solo delinquen sino que además intentan sobornar a la policía. Los controles deben ser inflexibles y deben reforzarse las medidas para impedir el ingreso de estos hampones.Tanto como debemos reconocer la labor de un efectivo que cumple honradamente con su trabajo, es necesario destacar el castigo impuesto ejemplificadoramente a quienes se creen impunes, sin distinguir nacionalidades. Entre los propios también abundan los amigos de los arreglos.
A pesar de que las estadísticas sobre siniestralidad vial en la Argentina preocupan y confirman la necesidad de reforzar controles, además de prevenir con mayor educación, nunca faltan quienes habiendo cometido una falta pretenden quedar exonerados, sin sonrojarse, mediante espurias componendas.
Días pasados se conoció lo ocurrido en un control de tránsito en la bajada de la autopista Ricardo Balbín y la avenida Huergo, en Villa Lugano. La División Anillo Digital de la Policía de la Ciudad obligó a detener la marcha de un vehículo para solicitar la correspondiente documentación. Su conductor, un ciudadano peruano de 40 años, presentó un documento de identidad y una licencia de conducir internacional falsificadas. Minutos después se detuvo otro vehículo manejado por una allegada al sospechoso, una argentina de 31 años. Ambos quisieron coimear a un policía para que no realizara la multa. “¿Podemos arreglar?”, se escucha en el video que quedó grabado y en el que se los ve exhibiendo billetes. Ambos conductores quedaron detenidos y se les secuestraron tanto los vehículos como los celulares.
Se comprobó que el primero poseía una condena por comercio de estupefacientes y otra por tenencia de armas lo que había motivado su expulsión del país en 2016, con reingreso prohibido. Su compañera también había sido detenida por venta de droga. Acusados de cohecho, falsificación de documento público y uso de documento adulterado, la Unidad de Flagrancia Este del Ministerio Público Fiscal pidió la prisión preventiva.
Cuando la cuestión fronteriza con Bolivia se encuentra estos días en debate, cabe señalar que Gerson Jair Nuñez Melgar, tal su nombre real, admitió haber ingresado a la Argentina luego de cruzar esa frontera a pie y de forma irregular en diciembre último.
El jefe de gobierno porteño reiteró su deseo de que se expulse a los extranjeros sin ciudadanía que delinquen. “Buenos Aires no debe ser más el lugar donde se viene a cometer delitos”, reiteró. Mientras muchos extranjeros se ganan honradamente el sustento, otros no solo delinquen sino que además intentan sobornar a la policía. Los controles deben ser inflexibles y deben reforzarse las medidas para impedir el ingreso de estos hampones.
Tanto como debemos reconocer la labor de un efectivo que cumple honradamente con su trabajo, es necesario destacar el castigo impuesto ejemplificadoramente a quienes se creen impunes, sin distinguir nacionalidades. Entre los propios también abundan los amigos de los arreglos.