ONU activa Protocolo de Seguridad Planetaria por el asteroide 2024 YR4: ¿pero qué significa?

Por primera vez en la historia, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha activado el Protocolo de Seguridad Planetaria debido a la amenaza que representa el asteroide 2024 YR4. Este cuerpo celeste, descubierto en diciembre de 2024, tiene un diámetro estimado de entre 40 y 100 metros y una probabilidad del 1.5% de impactar […]

Feb 5, 2025 - 18:30
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ONU activa Protocolo de Seguridad Planetaria por el asteroide 2024 YR4: ¿pero qué significa?

Por primera vez en la historia, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha activado el Protocolo de Seguridad Planetaria debido a la amenaza que representa el asteroide 2024 YR4. Este cuerpo celeste, descubierto en diciembre de 2024, tiene un diámetro estimado de entre 40 y 100 metros y una probabilidad del 1.5% de impactar la Tierra el 22 de diciembre de 2032.

¿Qué es el Protocolo de Seguridad Planetaria?

El Protocolo de Seguridad Planetaria es una medida establecida por la ONU que se activa cuando existe más de un 1% de probabilidad de que un objeto espacial colisione con nuestro planeta. Su objetivo es coordinar esfuerzos internacionales para evaluar la amenaza y desarrollar estrategias de mitigación.

El protocolo establece procedimientos para la colaboración entre agencias espaciales, gobiernos y organizaciones científicas a nivel mundial. Incluye la activación de la Red Internacional de Alerta de Asteroides (IAWN) y el Grupo Asesor de Planificación de Misiones Espaciales (SMPAG), dirigidos por la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA), que se encargan de proponer estrategias de acción, incluyendo la posibilidad de desviar la trayectoria de asteroides mediante misiones espaciales.

Fotografía del asteroide 2024 YR4
Crédito: X

¿Cuál es el origen del Protocolo?

Aunque la fecha exacta de su creación no se detalla en las fuentes disponibles, la activación del protocolo por primera vez en 2025 sugiere que fue establecido en años recientes, en respuesta a la creciente conciencia sobre los riesgos asociados con objetos cercanos a la Tierra.

La necesidad de un protocolo de este tipo se hizo evidente tras eventos como el impacto del meteoro en Cheliábinsk, Rusia, en 2013, que causó daños materiales y lesiones a cientos de personas. Este incidente subrayó la importancia de contar con mecanismos internacionales para detectar, monitorear y, en caso necesario, desviar objetos que representen una amenaza significativa.

Meteoro impactando sobre Rusia en 2013
Crédito: Universidad de Virginia

¿Qué medidas se impondrán con la activación del Protocolo?

La activación del Protocolo de Seguridad Planetaria en 2025, debido a la amenaza del asteroide 2024 YR4, marca la primera vez que se implementa este mecanismo, reflejando la creciente capacidad de la humanidad para identificar y responder proactivamente a amenazas cósmicas.

En este contexto, los equipos de Defensa Planetaria, liderados por la Agencia Espacial Europea (ESA) y la NASA, están llevando a cabo reuniones y observaciones para evaluar la situación y proponer medidas para enfrentar esta posible amenaza. Dependiendo del tamaño y trayectoria del asteroide, una de las estrategias consideradas podría ser una operación para desviar su curso, una técnica ya probada con éxito en la misión DART en 2022.

Ilustración de misión DART
Crédito: NASA

El asteroide 2024 YR4 y sus posibles escenarios

El asteroide ha sido clasificado con un nivel 3 en la Escala de Riesgo de Impacto de Turín. Este nivel indica que, aunque no se considera una amenaza inminente, requiere vigilancia y análisis detallados. Debido a ello, la ONU ha puesto en marcha mecanismos de seguridad para monitorear su trayectoria y evaluar el riesgo real.

Las proyecciones iniciales han determinado que Europa no se encuentra entre las zonas en peligro. Sin embargo, cinco regiones del planeta podrían verse afectadas: el este del océano Pacífico, el norte de Sudamérica, el océano Atlántico, África y el sur de Asia. Habrá que esperar hasta el año 2028, cuando el asteroide se aproxime a 8 millones de kilómetros de la Tierra, para hacer un cálculo más preciso.

En caso de impacto, la energía liberada sería similar a la de una explosión nuclear, con consecuencias comparables a las producidas en Tunguska en 1908. No obstante, los expertos consideran que, en el hipotético caso de que se produjera un impacto, lo más probable es que el asteroide caiga en el océano o en una zona despoblada, minimizando los daños.

Cráter generado por impacto de asteroide en Tunguska
Crédito: NASA

Desafíos para el monitoreo futuro

Uno de los desafíos actuales es que el 2024 YR4 se está alejando de la Tierra, lo que complicará futuras observaciones. A partir de abril de 2025, el asteroide dejará de ser visible, lo que obligará a los científicos a basarse en los datos actuales para continuar con la evaluación de su trayectoria.

Los expertos recuerdan el caso del asteroide Apophis, detectado en 2004, que inicialmente presentaba un 2,7% de probabilidad de impacto en 2029. Sin embargo, estudios posteriores descartaron el peligro y, hoy en día, no se considera una amenaza. Este precedente ofrece una perspectiva optimista, aunque la vigilancia constante sigue siendo crucial.