No, no es un asteroide ¿qué hacía un Tesla en el espacio? Científicos están confundidos

El Minor Planet Center (MPC) del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian anunció el descubrimiento de un supuesto asteroide inusual, designado como 2018 CN41, cuya órbita lo había llevado a menos de 240,000 kilómetros de la Tierra, más cerca que la propia Luna. Sin embargo, menos de 17 horas después, el MPC emitió un aviso editorial retractándose: […]

Ene 28, 2025 - 18:14
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No, no es un asteroide ¿qué hacía un Tesla en el espacio? Científicos están confundidos

El Minor Planet Center (MPC) del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian anunció el descubrimiento de un supuesto asteroide inusual, designado como 2018 CN41, cuya órbita lo había llevado a menos de 240,000 kilómetros de la Tierra, más cerca que la propia Luna. Sin embargo, menos de 17 horas después, el MPC emitió un aviso editorial retractándose: 2018 CN41 no era un asteroide, era un Tesla.

Se trata de un Tesla Roadster que fue lanzado el espacio en 2018 a bordo del cohete Falcon Heavy de SpaceX. El auto, que lleva un maniquí apodado “Starman” como conductor, fue enviado como una carga de prueba por la compañía de Elon Musk y ha estado orbitando el Sol desde entonces.

Tesla Roadster orbitando la Tierra
Crédito: SpaceX

El convertible rojo fue identificado por astrónomos profesional y aficionados que rastrearon su trayectoria inusual. Más allá de generar sorpresa, el caso puso en evidencia las problemáticas a la hora de detectar y monitorear objetos espaciales, especialmente en un espacio cada vez más congestionado.

El problema de la basura espacial

Con la proliferación de satélites y basura espacial, identificar correctamente los objetos que se mueven en el espacio profundo se está volviendo cada vez más difícil.

Ilustración de basura espacial
Crédito: Pinterest

La investigador Julia de León, del Instituto de Astrofísica de Canarias, recuerda un incidente similar en el 2020, cuando un objeto identificado como 2020 SO resultó ser un cohete perdido de la NASA lanzado en 1966. “Es un problema que ya estamos enfrentando debido a las constelaciones de satélites que están en órbita”, explica De León.

Las agencias nacionales e internacional son las encargadas de regular los satélites que se encuentran en la órbita terrestre. Sin embargo, la regulación en el espacio profundo no está tan bien definida. De acuerdo con una investigación realizada por la Universidad de Nanjing, en China, al menos 1,400 satélites Starlink (de SpaceX) fueron detectados en menos de 12 horas, utilizando alforitmos de inteligencia artificial.

Ilustración de basura espacial
Crédito: Pinterest

Aunque se están desarrollando estrategias para identificar y rastrear objetos artificiales, gran parte de estas soluciones llegan a posteriori. Esto significa que los científicos deben lidiar con los datos confusos en tiempo real y corregir después. Además, la falta de regulación sobre qué hacer con los satélites y naves al final de su vida útil agrava la situación.

Aunque el Tesla Roadster ya no figura como un asteroide en los registros del MPC, este error, al igual que otros, ha servido como una lección sobre la necesidad de transparencia y regulación en las misiones espaciales.

“Es fundamental que los gobiernos y las compañías tomen medidas para evitar que los satélites inactivos se conviertan en basura espacial permanente“, sostiene la astrónoma Julia de León.

Porque en un universo tan vasto, cada pequeño objeto cuenta, incluso si resulta ser un coche rojo viajando hacia Marte con David Bowie como banda sonora.