La especificidad: el antídoto contra el síndrome del impostor (y los textos aburridos)
¿Sabes qué me pasó el otro día? Estaba revisando los textos de una secuencia de correo de una tienda online con una alumna – llamémosla Ana – y me soltó algo que me hizo pensar mucho. «Maïder, llevo semanas estudiando copywriting, he leído todos los posts sobre fórmulas mágicas, he comprado tres cursos… ¿y sabes… Leer más... The post La especificidad: el antídoto contra el síndrome del impostor (y los textos aburridos) appeared first on Maïder Tomasena.
¿Sabes qué me pasó el otro día? Estaba revisando los textos de una secuencia de correo de una tienda online con una alumna – llamémosla Ana – y me soltó algo que me hizo pensar mucho. «Maïder, llevo semanas estudiando copywriting, he leído todos los posts sobre fórmulas mágicas, he comprado tres cursos… ¿y sabes qué? Mis textos siguen sonando distantes, aburridos e incluso encorsetados».
Como si los hubiera escrito un robot con corbata.
Y me quedé pensando… porque este no es solo el problema de Ana. Es algo que veo constantemente en el sector a lo largo de toda esta década en la que llevo trabajando como copywriter: gente brillante escribiendo como si fuera un manual de la Seguridad Social.
Así que aquí no te voy a soltar otra fórmula mágica. Te voy a enseñar algo mucho más potente y es el arte de la especificidad.
Algo que aprendí leyendo novelas.
Algo que he aprendido realizando ejercicios de escritura libre.
Empiezas escribiendo mensajes algo abstractos y vagos (porque empezar a escribir en papel tus primeros pensamientos es de lo más incómodo) y terminas siendo brutalmente específico en cada frase.
Y esto si lo trasladamos al mundo corporativo es todavía más relevante.
Mira este ejemplo y dime cuál de estas dos frases te convence más:
«Todos mis clientes obtienen excelentes resultados con los textos que escriben en sus folletos.»
O esta otra:
«Mi último cliente B2B del sector industrial aumentó su facturación en un 18% con el folleto que escribimos para que sus técnicos de toda España vendieran su nuevo servicio de conectividad.»
¿Notas la diferencia? La segunda frase tiene VIDA.
Tiene DETALLES. Te la puedes IMAGINAR.
Veamos otro ejemplo:
«La mayoría de los nutricionistas están de acuerdo en que nuestro caldo de huesos es excelente.»
Versus:
«El 98% de los nutricionistas están de acuerdo en que nuestro caldo de huesos ayuda con la pérdida de peso y promueve una digestión más saludable.»
¿Ves la diferencia?
Mismo mensaje, misma promesa. Pero la segunda versión… ¡madre mía, qué diferencia!
De hecho, este ejemplo, junto a varios más se los mostré a un amigo que está creando su marca personal sobre salud integrativa. Le decía que, por ejemplo, un nutricionista no podía quedarse tan ancho escribiendo en una página de ventas un «Mejora tu salud y composición corporal.»
¿Qué significa eso? ¿Es fácil de imaginar? ¿Es tangible? No lo es.
Mira qué diferente sería decir: Cambia 3 hábitos diarios y pierde grasa en 12 semanas, manteniendo tu estilo de vida actual.
Y te voy a presentar a dos personas para que veas el poder de la especificidad en acción.
→ Primero quiero que conozcas a Lucía, a la versión robótica de Lucía:
«Lucía vive con su perro y trabaja optimizando informes. Le gusta la comida y cocinar.»
¿Te dice algo esa descripción? ¿Te hace sentir algo? Nada, ¿verdad? Ahora mira esto:
«Lucía vive en LinkedIn, atrapada entre llamadas interminables de Teams y su perro Paco, que siempre ladra justo cuando el cliente importante se conecta. Pasa las tardes optimizando informes con una taza de café de la cafetería de su barrio en Lavapiés, mientras sueña con volver a esas croquetas de jamón que probó en Granada en 2019. Y cada domingo, sin falta, se enfrenta a su némesis: la receta de tortilla de patatas perfecta, con o sin cebolla, según el día.»
¿Ves? Ahora CONOCES a Lucía.
Casi puedes oír a su perro ladrando en medio de esa reunión importante.
→ Y aquí viene Juan:
Su versión más sosa dice: «Juan gestiona correos electrónicos y le gusta el café, las camisetas y los gatos.»
La versión real dice: «Juan dedica sus tardes a navegar entre correos electrónicos urgentes, mientras su taza de café frío lo observa desde la esquina de su escritorio. En su tiempo libre, organiza su colección de camisetas de Star Wars y tiene un récord personal de 37 memes creados en un solo día. Eso sí, su gato, Don Gato de la Mancha, es el verdadero jefe en casa.»
LA ESPECIFICIDAD Y EL SÍNDROME DEL IMPOSTOR
Lo interesante es que la especificidad no solo hace que tus textos sean más persuasivos. También es el antídoto perfecto contra el síndrome del impostor que todos sentimos en algún momento.
Porque el síndrome del impostor aparece cuando intentamos ser alguien que no somos, cuando intentamos sonar como «expertos». Es como ponerse un traje tres tallas más grande: se nota que no es tuyo.
Por eso quiero que conozcas “El Método de la Versión Anterior”. Simple, pero brutalmente efectivo. ¿De qué va? Muy fácil: antes de escribir sobre cualquier tema, piensa en tu «versión anterior.» Esa versión tuya que estaba luchando con el problema que ahora has resuelto.
Te cuento un ejemplo de mi vida real. Cuando empecé en el copywriting, me agobiaba escribir emails de ventas. Me podía pasar tres horas mirando la pantalla como si fuera un interrogatorio de la policía. Así que, cuando ahora escribo sobre cómo hacer emails de ventas, no me dirijo a la copywriter que lleva 10 años en esto. Me hablo a esa Maïder paralizada frente a la pantalla, con tres tazas de café vacías y el síndrome del impostor a tope.
Esa es la magia del Método de la Versión Anterior: convierte tus inseguridades del pasado en tu mayor fortaleza para conectar.
Y aquí viene el truco para ser específico: tira de estas palancas hasta que te sientas INCÓMODAMENTE específico:
- Por industria: “Copywriting para startups del sector salud”.
- Por demografía: “Para mujeres emprendedoras de más de 40”.
- Por ubicación: “Copywriting para negocios locales de Barcelona”.
- Por plataforma: “Copywriting para posts de LinkedIn”.
- Por problema específico: “Copywriting para vender sin sonar agresivo”.
Y mi favorito: “Copywriting para gente que tiene una carpeta llamada ‘Versión_Final_FINAL_Esta_Sí_De_Verdad_v7.doc' y aun así sigue haciendo cambios”.
¿Y sabes cuándo has llegado al nivel correcto de especificidad? Cuando sientes que estás excluyendo a demasiada gente. Ese momento incómodo en el que piensas «uf, esto es DEMASIADO específico»… ese es EXACTAMENTE el punto dulce.
Porque al final, el copywriting no va de sonar profesional, ni de usar palabras rimbombantes, ni de copiar lo que hace todo el mundo. Va de conectar. De ser real. De hablarle a alguien específico sobre un problema específico con una solución específica.
Así que la próxima vez que te sientes a escribir, acuérdate: no intentes escribir para todo el mundo. Escribe para alguien. Alguien específico. Alguien real.
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