El futuro de las ciudades: Diseñando para la prosperidad intergeneracional

Forbes México. El futuro de las ciudades: Diseñando para la prosperidad intergeneracional El diseño universal representa una solución clave para el desarrollo urbano del futuro. Incorporar criterios de accesibilidad y funcionalidad transgeneracional en la planificación urbana no solo amplía las oportunidades de movilidad e interacción social, sino que impulsa un entorno inclusivo donde todos los sectores de la población puedan participar activamente. El futuro de las ciudades: Diseñando para la prosperidad intergeneracional Invitado Forbes

Feb 4, 2025 - 15:48
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El futuro de las ciudades: Diseñando para la prosperidad intergeneracional

Forbes México.
El futuro de las ciudades: Diseñando para la prosperidad intergeneracional

Por Luis Antonio Ramírez García*

En el umbral de una nueva era urbana, México tiene la oportunidad de consolidarse como un referente en la planificación y el desarrollo sostenible de sus ciudades. De acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), una de cada tres familias en América Latina y el Caribe enfrenta retos en materia de vivienda adecuada, lo que resalta la importancia de avanzar hacia modelos urbanos integradores y resilientes. Este contexto nos invita a concebir el hábitat como un ecosistema dinámico en el que la infraestructura, la movilidad, el acceso a servicios y el tejido social converjan para optimizar el desarrollo humano y fortalecer la cohesión social.

El crecimiento urbano en México avanza con una dinámica acelerada. Se estima que el número de ciudades pasará de 384 a 961 para 2030, con más del 83% de la población nacional residiendo en entornos urbanos. Este panorama abre la posibilidad de consolidar un modelo de ciudad en el que la planeación estratégica garantice un desarrollo inclusivo, equilibrado y sostenible. Además, ante el desafío global del cambio climático, la urbanización debe evolucionar hacia modelos que reduzcan la huella ambiental, optimicen el uso de recursos y fortalezcan la resiliencia de las ciudades frente a eventos climáticos extremos.

El sector de la construcción, con una contribución del 13.1% al PIB nacional, ha sido clave en el impulso económico del país. Sin embargo, el concepto de vivienda adecuada va más allá de la cantidad de unidades edificadas. Se trata de garantizar condiciones de habitabilidad, accesibilidad e integración con la infraestructura urbana, creando espacios donde las personas puedan desarrollarse plenamente y mejorar su calidad de vida. En este sentido, es fundamental incorporar principios de construcción sostenible, fomentando materiales de bajo impacto ambiental, edificaciones con eficiencia energética y un diseño urbano que reduzca la vulnerabilidad ante la crisis climática.

Al mismo tiempo, México está experimentando un envejecimiento poblacional acelerado. Actualmente, las personas de 60 años o más representan el 14% de la población, pero para 2050 se estima que alcanzarán el 28%. (Gaceta UNAM). Este cambio demográfico plantea un reto significativo para la infraestructura urbana, la movilidad y los servicios públicos, los cuales deben adaptarse para garantizar la inclusión y autonomía de las personas mayores.

El diseño universal representa una solución clave para el desarrollo urbano del futuro. Incorporar criterios de accesibilidad y funcionalidad transgeneracional en la planificación urbana no solo amplía las oportunidades de movilidad e interacción social, sino que impulsa un entorno inclusivo donde todos los sectores de la población puedan participar activamente. Experiencias internacionales demuestran que las ciudades que priorizan la accesibilidad logran fomentar una mayor integración social y dinamismo económico, al eliminar barreras y promover la equidad en el acceso a los servicios urbanos. Además, la planificación urbana basada en soluciones basadas en la naturaleza, como sistemas de captación de agua pluvial y espacios verdes urbanos, no solo mejora la calidad de vida de los habitantes, sino que también contribuye a la mitigación y adaptación al cambio climático.

La innovación en modelos habitacionales como el cohousing y los complejos intergeneracionales está transformando la forma en que concebimos el hábitat. Estos modelos no solo optimizan la calidad de vida de los habitantes, sino que también abren nuevas oportunidades para el desarrollo económico y social, generando comunidades más resilientes y sostenibles. En este contexto, el urbanismo regenerativo, una tendencia emergente, plantea la posibilidad de diseñar ciudades que no solo minimicen su impacto ambiental, sino que restauren y potencien los ecosistemas naturales dentro del entramado urbano.

Paralelamente, la transformación digital en la gestión urbana está revolucionando los mecanismos de planificación y administración de las ciudades. La inteligencia artificial y la automatización han permitido mejorar la eficiencia en la distribución de recursos y la optimización de servicios urbanos. Desde la implementación de sistemas de vivienda inteligente que faciliten la movilidad y seguridad de los residentes, hasta el desarrollo de plataformas digitales de movilidad, la tecnología se ha convertido en un aliado indispensable para garantizar ciudades más accesibles, conectadas y funcionales. Además, el análisis de datos urbanos mediante sensores y redes inteligentes permite una mejor gestión del consumo energético y la reducción de emisiones, lo que refuerza la transición hacia ciudades bajas en carbono y alineadas con los objetivos climáticos internacionales.

México se encuentra en un punto en el que puede asumir el liderazgo en la transformación urbana. La pregunta ya no es si nuestras ciudades continuarán creciendo, sino cómo garantizar que su expansión promueva equidad, bienestar y sostenibilidad. Para ello, es imprescindible consolidar políticas de vivienda intergeneracionales, incentivar la inversión en infraestructura inclusiva, fortalecer la colaboración entre el sector público, privado y la sociedad civil, y posicionar la sostenibilidad y la resiliencia climática como ejes centrales de la planificación urbana.

Las ciudades del futuro no serán aquellas con los rascacielos más imponentes, sino aquellas capaces de generar prosperidad sin comprometer el bienestar de generaciones futuras. Apostar por modelos urbanos que integren principios de accesibilidad, innovación habitacional, resiliencia climática y gobernanza tecnológica permitirá que nuestras metrópolis trasciendan la lógica del crecimiento cuantitativo y se conviertan en verdaderos ecosistemas de desarrollo humano y progreso económico.

Nuestras ciudades son activas, vibrantes y en constante evolución, reflejando el dinamismo de una sociedad en transformación. Sin embargo, para que este progreso sea verdaderamente inclusivo, es fundamental que los entornos urbanos respondan a las necesidades de todas las generaciones. Una ciudad diseñada sin considerar la accesibilidad, la movilidad universal y la infraestructura adaptativa corre el riesgo de volverse excluyente para una población que envejece. Garantizar que el crecimiento urbano sea intergeneracional no solo es una cuestión de equidad, sino una estrategia esencial para construir urbes resilientes, funcionales y preparadas para el futuro.

El futuro de México es urbano, y la oportunidad de construirlo con inteligencia y visión está en nuestras manos.

Contacto:

*Luis Antonio Ramírez García es especialista en Política Pública por la Universidad de Georgetown

Las opiniones expresadas en este artículo son a título personal y no representan necesariamente a ninguna organización.

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