Una asociación del Raval consigue la disolución de un matrimonio forzado en Pakistán
Fue su padre quien obligó a Anisa , «a golpes», a firmar un formulario para casarse con un familiar; un sobrino del progenitor, que se encontraba en Pakistán. Un matrimonio forzado que, ya formalizado, consiguió abortar Huma Jamshed , fundadora y presidenta de la asociación de mujeres pakistaníes (Acesop). La víctima, de entonces 21 años, estuvo durante cinco días escondida en la sede de la entidad , en el barcelonés barrio del Raval, junto a su verdadera pareja, que viajó desde Dubai hasta la capital catalana, tras conocer lo ocurrido. Huma alertó a la Policía que, finalmente, detuvo al progenitor, en mayo de 2023, acusado de trata de seres humanos, favorecimiento de la inmigración irregular y falsedad documental . Este martes, ha celebrado una nueva victoria, ahora en el ámbito judicial: la anulación del enlace forzado de Anisa , que tiene ya 24 años. La resolución permitirá ahora la joven tramitar el certificado de soltería para casarse con la pareja a la que escogió libremente. Jamshed apunta que la decisión de un juez pakistaní es un gran paso hacia la protección de las mujeres , y un «importante precedente, ya que confirma que ninguna familia puede imponer un matrimonio a la fuerza». «La anulación del matrimonio forzado de Anisa envía un mensaje contundente a todas las familias que piensan que imponer una boda a sus hijas o hijos puede tener cabida en 2025. La Justicia, tanto en España como en Pakistán, respalda la libertad de elección de las mujeres, y desde Acesop seguiremos trabajando para que estos casos no se repitan», ha apuntando este martes. Huma llegó a Barcelona desde su Pakistán natal en 2001. El motivo fue el reagrupamiento familiar. Su marido fundó una agencia de viajes y, aunque ella, doctora en Química, ya había ejercido como docente y trabajado en el CSIC, aceptó echarle una mano con el negocio. Fue también echando una mano, en este caso, a compatriotas con farragosos trámites burocráticos –«entonces Google no funcionaba cómo ahora», recordó en una entrevista con ABC– , como acabó fundando una asociación, Acesop , en el corazón del Raval, para empoderar a las mujeres pakistaníes. Así pasó de tramitar visados o traducir documentación, a impedir matrimonios concertados. En 2021, Anisa fue trasladada desde Barcelona hasta Pakistán , y víctima de violencia física, suscribió la unión concertada. Al regresar a la capital catalana, contactó de manera anónima con la asociación de Huma, que sólo exige una condición a cambio de prestar su ayuda: que las mujeres denuncien, y así arrancó la investigación de la Policía Nacional, que culminó con el arresto del padre de la joven. Anisa y su pareja se encuentran aún bajo protección en un piso de acogida. Una vez consiga el certificado de soltería, podrá casarse legalmente con él. «Esta decisión confirma que aquella unión nunca fue un verdadero matrimonio, ya que no contaba con su consentimiento. Ahora puede dejar atrás cualquier vínculo que se le impuso en contra de su voluntad y rehacer su vida», ha celebrado Jamshed. Y es que, como alerta desde su asociación, aunque en Pakistán existen leyes que tipifican y sancionan esta práctica, su aplicación, especialmente en zonas rurales, resulta muy limitada , «lo que perpetúa la vulnerabilidad de muchas mujeres y niñas». Además de factores culturales y religiosos, la falta de acceso a la educación, la precariedad económica de algunas familias y la presión social contribuyen a que el problema persista, explica Huma, que advierte también que numerosos casos no se denuncian por temor a represalias o estigmatización . Por ello considera la decisión judicial tras el matrimonio forzado de Anisa obedece al incremento de la presión sobre las autoridades paquistaníes «para que hagan cumplir la ley». « Nuestra victoria legal es un mensaje de esperanza para quienes siguen afrontando la amenaza de un matrimonio no consentido . Los matrimonios forzados, sean donde sean, no prosperarán», defiende.
Fue su padre quien obligó a Anisa , «a golpes», a firmar un formulario para casarse con un familiar; un sobrino del progenitor, que se encontraba en Pakistán. Un matrimonio forzado que, ya formalizado, consiguió abortar Huma Jamshed , fundadora y presidenta de la asociación de mujeres pakistaníes (Acesop). La víctima, de entonces 21 años, estuvo durante cinco días escondida en la sede de la entidad , en el barcelonés barrio del Raval, junto a su verdadera pareja, que viajó desde Dubai hasta la capital catalana, tras conocer lo ocurrido. Huma alertó a la Policía que, finalmente, detuvo al progenitor, en mayo de 2023, acusado de trata de seres humanos, favorecimiento de la inmigración irregular y falsedad documental . Este martes, ha celebrado una nueva victoria, ahora en el ámbito judicial: la anulación del enlace forzado de Anisa , que tiene ya 24 años. La resolución permitirá ahora la joven tramitar el certificado de soltería para casarse con la pareja a la que escogió libremente. Jamshed apunta que la decisión de un juez pakistaní es un gran paso hacia la protección de las mujeres , y un «importante precedente, ya que confirma que ninguna familia puede imponer un matrimonio a la fuerza». «La anulación del matrimonio forzado de Anisa envía un mensaje contundente a todas las familias que piensan que imponer una boda a sus hijas o hijos puede tener cabida en 2025. La Justicia, tanto en España como en Pakistán, respalda la libertad de elección de las mujeres, y desde Acesop seguiremos trabajando para que estos casos no se repitan», ha apuntando este martes. Huma llegó a Barcelona desde su Pakistán natal en 2001. El motivo fue el reagrupamiento familiar. Su marido fundó una agencia de viajes y, aunque ella, doctora en Química, ya había ejercido como docente y trabajado en el CSIC, aceptó echarle una mano con el negocio. Fue también echando una mano, en este caso, a compatriotas con farragosos trámites burocráticos –«entonces Google no funcionaba cómo ahora», recordó en una entrevista con ABC– , como acabó fundando una asociación, Acesop , en el corazón del Raval, para empoderar a las mujeres pakistaníes. Así pasó de tramitar visados o traducir documentación, a impedir matrimonios concertados. En 2021, Anisa fue trasladada desde Barcelona hasta Pakistán , y víctima de violencia física, suscribió la unión concertada. Al regresar a la capital catalana, contactó de manera anónima con la asociación de Huma, que sólo exige una condición a cambio de prestar su ayuda: que las mujeres denuncien, y así arrancó la investigación de la Policía Nacional, que culminó con el arresto del padre de la joven. Anisa y su pareja se encuentran aún bajo protección en un piso de acogida. Una vez consiga el certificado de soltería, podrá casarse legalmente con él. «Esta decisión confirma que aquella unión nunca fue un verdadero matrimonio, ya que no contaba con su consentimiento. Ahora puede dejar atrás cualquier vínculo que se le impuso en contra de su voluntad y rehacer su vida», ha celebrado Jamshed. Y es que, como alerta desde su asociación, aunque en Pakistán existen leyes que tipifican y sancionan esta práctica, su aplicación, especialmente en zonas rurales, resulta muy limitada , «lo que perpetúa la vulnerabilidad de muchas mujeres y niñas». Además de factores culturales y religiosos, la falta de acceso a la educación, la precariedad económica de algunas familias y la presión social contribuyen a que el problema persista, explica Huma, que advierte también que numerosos casos no se denuncian por temor a represalias o estigmatización . Por ello considera la decisión judicial tras el matrimonio forzado de Anisa obedece al incremento de la presión sobre las autoridades paquistaníes «para que hagan cumplir la ley». « Nuestra victoria legal es un mensaje de esperanza para quienes siguen afrontando la amenaza de un matrimonio no consentido . Los matrimonios forzados, sean donde sean, no prosperarán», defiende.
Publicaciones Relacionadas