Sumar rechaza de nuevo la subida del gasto militar que exige la OTAN ante la posible reactivación de los Presupuestos
La nueva administración estadounidense liderada por Donald Trump ha llegado a la Casa Blanca aplicando una diplomacia muy agresiva con sus socios, imponiendo...
La nueva Administración estadounidense liderada por Donald Trump ha llegado a la Casa Blanca aplicando una diplomacia muy agresiva con sus socios, imponiendo (o amenazando con imponer) fuertes aranceles y exigiendo a sus aliados de la OTAN que multipliquen su inversión en defensa. La UE descarta llegar hasta los extremos que le exige Trump, pero ya da por descontado que la OTAN elevará su recomendación de gasto a los Estados miembros en las próximas semanas. Y, en un momento en el que parece que la negociación de los Presupuestos Generales del Estado puede experimentar un nuevo impulso, el Gobierno de España se muestra dividido sobre este asunto, como dejó ver este martes a las claras la vicepresidenta segunda y líder de Sumar, Yolanda Díaz, quien rechazó elevar el gasto militar argumentando que entrar en esa dinámica alimentaría las "políticas populistas de extrema derecha".
La vorágine de medidas que Trump ha puesto en marcha desde que retornó a la Casa Blanca aún no han afectado de manera directa a Europa, pero las amenazas del presidente al Viejo Continente son claras. Trump ya ha dado por hecho públicamente que impondrá en el futuro próximo aranceles a la UE y, hace un par de semanas, insistió en otra de sus exigencias clásicas: que los aliados de la OTAN eleven su gasto en defensa hasta alcanzar el equivalente al 5% de su PIB, una cantidad desorbitada que ni siquiera EEUU alcanza. Actualmente, la Alianza Atlántica recomienda a sus miembros una inversión del 2% de su PIB.
Hace unos días, el comisario europeo de Defensa, Andrius Kubilius, ya avanzó que lo más seguro es que los miembros de la OTAN eleven su compromiso de gasto en defensa a "al menos" el 3% del PIB, un movimiento que justificó por la amenaza de Rusia. España, sin embargo, se encuentra muy lejos no de esas cifras, sino incluso de las actuales recomendaciones, puesto que la inversión militar se encuentra en el entorno del 1,5% del PIB. En 2022, el Gobierno se comprometió a elevar paulatinamente esta cifra hasta alcanzar el 2% en 2029, pero esa decisión ya le costó al presidente Pedro Sánchez una importante crisis con Unidas Podemos en su momento.
Dicha crisis se acabó solventando porque Sánchez decidió utilizar un rodeo para aprobar ese aumento de la inversión en defensa: los llamados programas especiales de armamento. Dicho instrumento permite adquirir nuevo material militar, por ejemplo, sin que deba figurar en el techo de gasto, el límite de inversión que puede llevar a cabo el Gobierno en los Presupuestos Generales del Estado. El objetivo de ello es que no pueda interpretarse que el dinero dedicado a esas partidas se está detrayendo de otras destinadas a financiar medidas sociales.
Fuentes próximas a Yolanda Díaz señalan que esta vía sigue abierta y que, para Sumar, es menos problemática que tener que votar en el Congreso un aumento del gasto militar. Pero también señalan la discrepancia de fondo que existe con el PSOE, puesto que los de Díaz consideran que poner el foco tan solo en la necesidad de aumentar la inversión en defensa cuando la UE está cada vez más "escorada hacia la extrema derecha" es un error, puesto que la discusión gira en torno a los asuntos que interesan a las formaciones ultraderechistas, lo cual redunda en su crecimiento.
La propia Díaz aseguró este martes, en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, que la verdadera discusión en la UE sobre defensa "no va de incrementar el presupuesto", puesto que "una política de defensa europea basada solo en el aumento del gasto militar ensanchará a los populismos de extrema derecha". Ante los "momentos dramáticos que se están viviendo en el mundo", dijo Díaz, "Europa tiene que despertar con una política de defensa propia y una política exterior propia", y eso implica "resituarse ante una amenaza", la que supone el brusco viraje de EEUU con Trump al frente.
"Esto no va de gastar más, sino de un proyecto común" europeo que no sea "dependiente de la estrategia de EEUU", señaló Díaz en la misma línea el pasado lunes. La vicepresidenta lleva días poniendo a la corporación Airbus, nacida a principios de siglo por la fusión de varias empresas públicas francesas, alemanas y españolas, como ejemplo de la orientación que debe seguir la UE en política de defensa. Y este martes insistió en que Bruselas "necesita un proyecto de defensa propio, con perfil propio, donde redefinamos la política de defensa europea y los presupuestos" conjuntamente entre los Estados miembros.