Miguel de Cervantes, un «bróker que escribe»

En una entrevista con la Agencia Efe en vísperas de la publicación de su último libro, Eso no estaba en mi libro de Miguel de Cervantes (Almuzara), Escudero, doctor en Humanidades, archivero de profesión y experto cervantino ha explicado que sobre Miguel de Cervantes se han escrito muchas biografías pero casi todas cuentan «los mismos... Leer más La entrada Miguel de Cervantes, un «bróker que escribe» aparece primero en Zenda.

Ene 27, 2025 - 13:55
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Miguel de Cervantes, un «bróker que escribe»

Miguel de Cervantes era negociante, al igual que sus abuelos y padres, un «bróker aficionado a escribir», según afirma el investigador Javier Escudero, porque dejó de ser soldado en 1581, lo que quiere decir que la mayor parte de su vida no lo fue, sino que intentó, primero, alcanzar «el sueño americano» y ser corregidor, y desde 1599 hasta su muerte fue hombre de negocios.

En una entrevista con la Agencia Efe en vísperas de la publicación de su último libro, Eso no estaba en mi libro de Miguel de Cervantes (Almuzara), Escudero, doctor en Humanidades, archivero de profesión y experto cervantino ha explicado que sobre Miguel de Cervantes se han escrito muchas biografías pero casi todas cuentan «los mismos mantras» relacionados con su cautiverio o su etapa de soldado, cuando lo importante es saber si los hechos de su vida influyeron en su literatura. «Yo creo que sí, que la familia, y sus amigos sobre todo, y enemigos, y también el lugar geográfico influyen muchísimo en su narrativa, más de lo que se ha dicho hasta ahora», ha subrayado.

Escudero enfoca la biografía del escritor no cronológicamente, como suele hacerse, sino temáticamente, con un objetivo claro: «Lo interesante es qué hay de Cervantes en su narrativa, qué se puede encontrar, documentalmente, de él que esté en su obra». En su libro coteja todo lo que se conoce sobre Cervantes ya que «lo que más sorprende es lo mucho que se sabe de Cervantes pero, en verdad, lo poco que se sabe, porque realmente casi todo está mitificado y gran cantidad de cosas sobre él que creemos que son ciertas no están documentadas», ha agregado.

«Lo que yo defiendo es que Cervantes es lo que llamo un bróker que escribe», ha señalado, porque dejó de ser soldado en 1581 y después intentó ser corregidor, o sea, alcanzar «el sueño americano», y desde 1599 hasta su muerte (1616) fue un hombre de negocios.

Apoyado en miles de documentos del siglo XVI que ha localizado en decenas de archivos revisados en estas dos últimas décadas, Escudero propone en su libro acercarse a Cervantes y reentenderle para ser más fiel a la realidad de un hombre del que se ha estudiado mucho a sus enemigos (en especial Lope de Vega y su entorno) pero «no tanto» la influencia de sus amigos. Estos amigos variaron según cambiaba de lugar de residencia y de trabajo, como suele ocurrir, pero tienen tres características: son mercaderes y banqueros genoveses, vinculados al teatro y la poesía y «casi todos» nobles venidos a menos que tenían negocios.

De hecho, el investigador ha comprobado que «la mayor parte de las novelas de Cervantes están plagadas de personajes de su entorno. Son amigos, conocidos, vecinos, familiares o enemigos»; en resumen, personajes anónimos que Javier Escudero ya ha rescatado en libros anteriores, como Las otras vidas de don Quijote o Personas y personajes del Quijote.

Un ejemplo lo tenemos en Alonso Manuel de Ludeña, vecino de Miguel de Cervantes en Esquivias (Toledo), y Pedro de Amaya, con quien Cervantes tenía negocios, según se puede leer en su testamento, fechado en 1612 y que Escudero ha localizado y publica en su nuevo libro.

Ludeña era un hidalgo importante a quien los documentos sitúan en los municipios toledanos de Quintanar de la Orden (donde nació), Illescas (donde se casó) y Esquivias, donde vivió, al lado de Cervantes, y vendió una casa a Pedro de Amaya, hidalgo rico que llegó a ser alcalde de Esquivias y que tuvo negocios con Cervantes. «Ludeña vivía al lado de Cervantes, era su informante. Y Pedro de Amaya es el socio comercial, y de negocios y préstamos, de Miguel de Cervantes», ha explicado el investigador basándose en las deudas cruzadas de las que habla Amaya en su testamento para que lo tengan en cuenta sus herederos.

Otras cuestiones que aborda en el libro son si Cervantes era judeoconverso, erasmista o hereje, respecto a lo cual Escudero subraya que lo realmente cierto es su interés por «los personajes de frontera», los que cambian de religión, ya sea de cristiano a musulmán o de judío a gentil o de católico a hereje o viceversa.

También recoge el libro sus ideas políticas, su labor de recopilación de historias reales, leyendas y mitos, o su supuesta pobreza, que Escudero no cree tal.

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