Memphis Grizzlies es el equipo del que nadie habla en la NBA
Siempre se dice en la NBA que un mercado pequeño no puede competir contra grandes ciudades. El sistema competitivo y de negocio de la liga está pensado para generar una falsa sensación de igualdad, con el Draft, la agencia libre y los traspasos, pero la historia ha demostrado que el pez grande termina por comerse […] La entrada Memphis Grizzlies es el equipo del que nadie habla en la NBA aparece en Gigantes del Basket.
Siempre se dice en la NBA que un mercado pequeño no puede competir contra grandes ciudades. El sistema competitivo y de negocio de la liga está pensado para generar una falsa sensación de igualdad, con el Draft, la agencia libre y los traspasos, pero la historia ha demostrado que el pez grande termina por comerse al pequeño en la mayoría de casos. Los Memphis Grizzlies son una excepción.
Si bien nunca han ganado un anillo, siendo una de las 10 franquicias que nunca han saboreado las mieles de la gloria, su mera existencia es un éxito en sí mismo. El emplazamiento más humilde de toda la geografía NBA y que ha disputado 10 de las últimas 14 ediciones de Playoffs, algo al alcance de muy pocos. Algo que no ha convertido a la organización en uno de los conjuntos más seguidos, como tampoco en uno de los que más llaman la atención. Pese a esto y tras el desastre del curso pasado, la escuadra dirigida por Taylor Jenkins está a punto de tirar la puerta abajo.
Los Grizzlies llevan desde comienzos de la fase regular asentados en la zona noble de la clasificación. Todo ello sin hacer apenas ruido, sin que Ja Morant esté siendo especialmente destacado, sin que el nombre de la franquicia se mencione en exceso a la hora de verles como aspirantes a objetivos ambiciosos. No obstante, los registros que están dejando a nivel estadístico, su regularidad y, particularmente, su estilo de juego convierte a Memphis en un peligroso enemigo al que tener en frente.
Desde que el calendario cambió a 2025, los de Tennessee han ganado 8 de sus 12 partidos, incluyendo una racha de 6 victorias consecutivas, que mientras se firman estas líneas es la mejor de la competición. Un rendimiento en enero que se ha traducido en el mejor ataque en términos de estadística avanzada (121,7) y les hace ser el sexto equipo más eficiente (+6,9). Si bien la defensa se ha resentido en las últimas semanas, no cabe duda de que sigue siendo uno de sus puntos fuertes. Por el camino, Memphis ha batido a los Spurs por partida doble, Timberwolves, Hornets, Pelicans y Jazz. Un calendario asequible, pero que igualmente han de traducir en suma en la columna de la izquierda en la clasificación, algo más fácil de decir que de hacer de manera sostenida.
Los Grizzlies son uno de los grandes desconocidos de la NBA en esta temporada. Sí, sus nombres suenan al aficionado, hay un gran seguimiento en España de Santi Aldama por razones obvias, llevan tiempo en la zona alta. Y aun con todo no se les tiene en cuenta de cara a la pelea por objetivos importantes.
Un estilo rompedor
En momentos de asentamiento de una manera de ver el juego como en la actualidad es preciso salirse por la tangente y buscar alternativas. El presente de la liga pasa por el juego rápido, rebote y el control de la pintura, ya sea para anotar ahí o encontrar lanzamientos exteriores. La manera de enfocar este asunto es muy variada, pero en la mayoría de casos hace que casi todos los equipos estén cortados por un mismo patrón. Como en todo, hay excepciones y una de ellas son los Memphis Grizzlies.
Los de Taylor Jenkins han pasado este curso a liderar la vanguardia de la competición gracias a su renuncia parcial al bloqueo directo. Con tan solo un 8,3% de frecuencia son, con diferencia, el conjunto que menos acciones de pantalla y continuación realizan por noche en la liga, con un margen de 3,6 puntos porcentuales solo con respecto al 29º (Denver Nuggets).
Esa apuesta cambia por completo la manera que tienen de entender el ataque, apostando en firme por otra filosofía. Esta se basa en la circulación de jugadores por medio de cortes, ya sean para ofrecer una línea de pase a canasta o para facilitar la fluidez ofensiva y el espaciado. El bote tiene una gran trascendencia en la manera de juego de Memphis, siendo el conjunto que más drives (divisiones) hacen por noche con un promedio de 61,4. A partir de esas incursiones al aro surgen la mayor parte de sus oportunidades de canasta, fruto de cortes, desmarques y aprovechamiento de las ventajas. Si a esto se le une que se trata del equipo que mayor velocidad ofensiva despliega (7,8 km/h) y los que más distancia recorren por partido (16,6 km.) el resultado es un juego veloz y difícil de predecir.
Un auténtico dolor de cabeza para el oponente y que requiere una gran exigencia por parte de los Grizzlies para encontrar una y otra vez opciones de ataque productivas.
La temporada de Jaren Jackson Jr
Jaren Jackson Jr nunca ha destacado por su regularidad. Su talento siempre le ha servido como parapeto a la hora de asumir las críticas por su progresión o evolución. Un defensor brillante que cometía demasiadas faltas. Un interior polivalente con una selección de tiro cuestionable. A cada punto positivo le acompañaba un «pero» igual de importante. Algo parece haber cambiado en el último año para el pívot. Más maduro, más determinante y, sobre todo, más constante.
Por sus estadísticas nadie diría que está jugando a nivel All-NBA, con 22,9 puntos con un 49,8% en tiros de campo y un 34,8% en triples, añadiendo 6,3 rebotes, 1,4 robos y 1,6 tapones. Pese a esto, Jackson Jr está siendo el punto central del éxito de estos Grizzlies. El paso adelante dado por el jugador de 25 años en materia ofensiva, organizativa y en la toma de decisiones explican muy bien por qué se han convertido en uno de los rivales más incómodos de la Conferencia Oeste.
La conexión de JJJ con el infravalorado Desmond Bane también sirve para entender la mejora de Memphis, dándole la calma y el orden necesario al pívot para que este libere su mejor versión posible.
Un mercado de traspasos donde todo es posible
Los Grizzlies nunca le han tenido miedo a realizar operaciones importantes, más si sabían que podían tener una oportunidad de llegar lejos. Todo apunta a que en este próximo trade deadline (6 de febrero), la organización tiene margen, activos y la determinación necesaria para tomar una decisión que lleve al grupo al siguiente escalón. Memphis tiene 172 millones garantizados, con un margen de 6 respecto del primer umbral del impuesto de lujo que todo equipo busca evitar. Más allá de esto, los de Tennessee tienen la capacidad de asumir un gran contrato sin limitaciones a nivel de CBA, al contrario que otros conjuntos en su misma situación deportiva.
La oportunidad de mercado de Jimmy Butler es un escenario muy interesante a explorar, aunque la estrella ha filtrado que no sería de su agrado recalar en ese mercado. Algo que dada la situación actual de Butler tampoco significa que esa posibilidad esté descartada del todo.
Independientemente del caso Butler, Memphis podría mover los contratos de Marcus Smart (20,2M), Brandon Clarke (12,5M), Luke Kennard (9,2M) o John Konchar (6,1M) en busca de una tercera estrella pensando en Playoffs y, sobre todo, a futuro. Además, cuentan con jóvenes como Jake LaRavia o Santi Aldama en contrato expiring en escala rookie con los que poder sacar rédito en caso de necesitarlo si no entran en sus planes. Todo ello sin mencionar que tienen sus primeras rondas de Draft hasta 2031 en propiedad, lo cual les da margen para poder mejorar y endulzar cualquier operación.
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