La bronca entre PP y Vox extiende a los ayuntamientos el bloqueo de presupuestos para 2025
Capitales de provincia y varias comunidades autónomas lideradas por los de Feijóo han tenido que prorrogar sus cuentas para 2025 ante la falta de acuerdo con los de Abascal o apoyarse en otros partidos ante la ruptura de las derechasEl mapa de la España sin presupuestos La bronca entre el PP y Vox se ha extendido en las últimas semanas a los ayuntamientos. La orden de la dirección nacional que lidera Santiago Abascal de romper de forma unilateral y en bloque los gobiernos de coalición con el PP ha supuesto que las autonomías que gobiernan los de Feijóo en minoría con ayuda de la extrema derecha, la mitad, no tengan presupuestos para 2025. Pero también muchas localidades, algunas capitales de provincia, han arrancado el año sin cuentas públicas ante la falta de entendimiento de las dos derechas. El PP busca que otros partidos le apoyen mientras se cierra a cualquier acuerdo con el Gobierno central tras el fiasco en el decreto de las pensiones. Vox eligió el cuidado a los menores migrantes para justificar la ruptura de los gobiernos regionales, y desde entonces no ha parado de aumentar sus críticas hacia el PP, a cuenta de los vaivenes de Feijóo ante el decreto de las pensiones o por sus alianzas europeas. El giro estratégico de la extrema derecha ha funcionado, a tenor de los sondeos de opinión publicados en las últimas semanas. Los de Santiago Abascal han optado por apretar aún más al único partido que se presta a pactar con ellos y han llevado la pugna a nivel municipal. En algunas ciudades han tumbado las cuentas, como en Cádiz o Burgos. En otras, han presionado para lograr incluir sus reivindicaciones más ideológicas, como en Sevilla o Zaragoza, donde hay principios de acuerdo que todavía no se han materializado todavía. En múltiples municipios el PP se ha visto así obligado a buscar apoyos en otros partidos, algo que difícilmente puede intentar a nivel autonómico, donde las negociaciones están empantanadas. Ocurre en Murcia, donde Vox ha lanzado ya reclamaciones poco o nada relacionadas con las necesidades de la región. En otras, como Aragón, ni siquiera han comenzado las conversaciones. El Gobierno de Jorge Azcón tiene posibilidades de buscar pactos a diferentes bandas, pero nadie espera que logre armar un acuerdo antes de la primavera. Precisamente en la capital aragonesa no está previsto que se voten los presupuestos de 2025 hasta finales de mes. En Castilla y León la situación no es mejor, ya que Vox ha explotado tras la destitución de dos procuradores en Cortes y la dimisión del portavoz, Juan García-Gallardo, quien se ha despachado contra las imposiciones y falta de “lealtad” de la dirección de Santiago Abascal. Importantes plazas como Burgos, donde también la atención a las personas migrantes fue detonante de la ruptura, o Segovia están sin cuentas para este 2025. Alfonso Fernández Mañueco ha descartado, de momento, un adelanto electoral autonómico. Una baza que, apenas 10 días después de descartarla, sí ha esgrimido la presidenta de Extremadura, María Guardiola, quien ha tenido que prorrogar los presupuestos del año pasado ante el ‘no’ de Vox, primero, y del PSOE, después. En Badajoz todavía no hay cuentas pese a la mayoría absoluta de Ignacio Gragera. En Cáceres se ha producido un acuerdo este mismo miércoles entre populares y socialistas para sacar las cuentas de la ciudad para 2025. El PSOE, que hace unos días rechazó el proyecto, ha comunicado ahora que se abstendrá en la votación final. La ciudad extremeña va a salir así de la lista de grandes municipios sin cuentas para 2025. Ahí estaban Sevilla y Cádiz. En esta ciudad, el alcalde, Bruno García, no ha presentado siquiera el proyecto de presupuestos. En la capital andaluza, el alcalde José Luis Sanz, ya tuvo que someterse a una cuestión de confianza en el pasado ejercicio para aprobarlos. Para el ejercicio de este año, Sanz ha alcanzado un acuerdo 'in extremis' con Vox en el que la ultraderecha presume de haber puesto su “sello”. Se eliminarán partidas destinadas a cooperación al desarrollo o memoria democrática, así como a políticas de Igualdad, mientras se regará con dinero público a asociaciones antiabortistas y católicas. El rechazo de Vox a las cuentas municipales no es uniforme. En Toledo o Valencia, por ejemplo, los de Abascal sí han apoyado presupuestos. En el caso de la provincia afectada por la DANA, también en la diputación, lo que permite al PP soñar con que también darán el ‘sí’ a las cuentas autonómicas cuando el cuestionadísimo Carlos Mazón las presente. Ni PSOE ni Compromís quieren negociar. Y Vox ha avisado ya en Alicante de que puede perfectamente irse al ‘no’. Un caso paradigmático ha sido el de Oviedo, donde el PP ha conseguido sacar las cuentas de 2025 con el apoyo de IU, cuyo grupo local está liderado por Gaspar Llamazares. Críticas cruzadas Abascal, mientras, aumenta
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Capitales de provincia y varias comunidades autónomas lideradas por los de Feijóo han tenido que prorrogar sus cuentas para 2025 ante la falta de acuerdo con los de Abascal o apoyarse en otros partidos ante la ruptura de las derechas
El mapa de la España sin presupuestos
La bronca entre el PP y Vox se ha extendido en las últimas semanas a los ayuntamientos. La orden de la dirección nacional que lidera Santiago Abascal de romper de forma unilateral y en bloque los gobiernos de coalición con el PP ha supuesto que las autonomías que gobiernan los de Feijóo en minoría con ayuda de la extrema derecha, la mitad, no tengan presupuestos para 2025. Pero también muchas localidades, algunas capitales de provincia, han arrancado el año sin cuentas públicas ante la falta de entendimiento de las dos derechas. El PP busca que otros partidos le apoyen mientras se cierra a cualquier acuerdo con el Gobierno central tras el fiasco en el decreto de las pensiones.
Vox eligió el cuidado a los menores migrantes para justificar la ruptura de los gobiernos regionales, y desde entonces no ha parado de aumentar sus críticas hacia el PP, a cuenta de los vaivenes de Feijóo ante el decreto de las pensiones o por sus alianzas europeas. El giro estratégico de la extrema derecha ha funcionado, a tenor de los sondeos de opinión publicados en las últimas semanas.
Los de Santiago Abascal han optado por apretar aún más al único partido que se presta a pactar con ellos y han llevado la pugna a nivel municipal. En algunas ciudades han tumbado las cuentas, como en Cádiz o Burgos. En otras, han presionado para lograr incluir sus reivindicaciones más ideológicas, como en Sevilla o Zaragoza, donde hay principios de acuerdo que todavía no se han materializado todavía.
En múltiples municipios el PP se ha visto así obligado a buscar apoyos en otros partidos, algo que difícilmente puede intentar a nivel autonómico, donde las negociaciones están empantanadas. Ocurre en Murcia, donde Vox ha lanzado ya reclamaciones poco o nada relacionadas con las necesidades de la región. En otras, como Aragón, ni siquiera han comenzado las conversaciones. El Gobierno de Jorge Azcón tiene posibilidades de buscar pactos a diferentes bandas, pero nadie espera que logre armar un acuerdo antes de la primavera. Precisamente en la capital aragonesa no está previsto que se voten los presupuestos de 2025 hasta finales de mes.
En Castilla y León la situación no es mejor, ya que Vox ha explotado tras la destitución de dos procuradores en Cortes y la dimisión del portavoz, Juan García-Gallardo, quien se ha despachado contra las imposiciones y falta de “lealtad” de la dirección de Santiago Abascal. Importantes plazas como Burgos, donde también la atención a las personas migrantes fue detonante de la ruptura, o Segovia están sin cuentas para este 2025.
Alfonso Fernández Mañueco ha descartado, de momento, un adelanto electoral autonómico. Una baza que, apenas 10 días después de descartarla, sí ha esgrimido la presidenta de Extremadura, María Guardiola, quien ha tenido que prorrogar los presupuestos del año pasado ante el ‘no’ de Vox, primero, y del PSOE, después.
En Badajoz todavía no hay cuentas pese a la mayoría absoluta de Ignacio Gragera. En Cáceres se ha producido un acuerdo este mismo miércoles entre populares y socialistas para sacar las cuentas de la ciudad para 2025. El PSOE, que hace unos días rechazó el proyecto, ha comunicado ahora que se abstendrá en la votación final.
La ciudad extremeña va a salir así de la lista de grandes municipios sin cuentas para 2025. Ahí estaban Sevilla y Cádiz. En esta ciudad, el alcalde, Bruno García, no ha presentado siquiera el proyecto de presupuestos. En la capital andaluza, el alcalde José Luis Sanz, ya tuvo que someterse a una cuestión de confianza en el pasado ejercicio para aprobarlos.
Para el ejercicio de este año, Sanz ha alcanzado un acuerdo 'in extremis' con Vox en el que la ultraderecha presume de haber puesto su “sello”. Se eliminarán partidas destinadas a cooperación al desarrollo o memoria democrática, así como a políticas de Igualdad, mientras se regará con dinero público a asociaciones antiabortistas y católicas.
El rechazo de Vox a las cuentas municipales no es uniforme. En Toledo o Valencia, por ejemplo, los de Abascal sí han apoyado presupuestos. En el caso de la provincia afectada por la DANA, también en la diputación, lo que permite al PP soñar con que también darán el ‘sí’ a las cuentas autonómicas cuando el cuestionadísimo Carlos Mazón las presente. Ni PSOE ni Compromís quieren negociar. Y Vox ha avisado ya en Alicante de que puede perfectamente irse al ‘no’.
Un caso paradigmático ha sido el de Oviedo, donde el PP ha conseguido sacar las cuentas de 2025 con el apoyo de IU, cuyo grupo local está liderado por Gaspar Llamazares.
Críticas cruzadas
Abascal, mientras, aumenta la presión sobre el PP ya ha logrado que Feijóo saliera a replicarle en un momento en que Vox da sensación de desbandada. El líder de la extrema derecha, que busca reforzar su liderazgo entre los ultras europeos en plena ola trumpista, ha atacado al PP por apoyar finalmente el decreto ley del Gobierno para subir las pensiones o promover nuevas ayudas a los afectados de la DANA, después de haber votado en contra en el primer intento.
Abascal ha reclamado a su hipotético aliado que al menos “se eche a un lado y no estorbe” para dejar que el líder de Vox sea “la alternativa real” a “este Gobierno corrupto y criminal”. El diputado dijo ver a Feijóo “desnortado” y le acusó de “ayudar a este Gobierno ruinoso cuando está en dificultades”.
La respuesta de Feijóo fue más dura de lo que viene siendo habitual. El PP optó desde la llegada del gallego a la dirección por no confrontar con Vox ante la creencia de que eso solo alimenta a los ultras. Incluso en las negociaciones de 2023 Feijóo dio la orden a Guardiola y López Miras de asumir los gobiernos de coalición para evitar una bronca antes de las elecciones generales.
Este mismo lunes, ante la Junta Directiva Nacional del partido, Alberto Núñez Feijóo señaló a su socio municipal y autonómico como “oposición de tumbona, de sarao y de dedito levantado”. La frase molestó, y mucho, a Abascal, quien replicó en Twitter.
Las declaraciones cruzadas se han extendido a lo largo de la semana. El jueves, junto a Feijóo, el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, aprovechó la reciente dimisión del que fuera su vicepresidente para arremeter contra Vox. “Hemos visto que algunos dirigentes políticos se rinden, tiran la toalla, defraudan a sus votantes”, dijo sobre Gallardo, sin mencionarlo. “Nosotros no, seguimos en el mismo sitio, trabajando”, añadió, para lanzarse a por el votante de Voz: “Decirle a los votantes que están defraudados por las mentiras y las huidas, que estamos a su disposición”.
También la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, busca fagocitar lo que queda de Vox en la región, tras la salida de Rocío Monasterio y la caída en desgracia de Javier Ortega-Smith. Ayuso aseguró el jueves que “una parte importante del electorado” aspira a que PP y Vox se “entiendan”. “Cuando tengo discusiones con Vox, son en la Asamblea, son discusiones parlamentarias que quedan ahí, y yo no entro luego en nada más”, replicó a las críticas de Abascal.
Ayuso llegó a decir en la sesión de control a su Gobierno que “la persona que nace en España, es español, tan español como Abascal. Se ponga como se ponga”. “A lo mejor si vamos por el ADN buscando los antepasados, a lo mejor, el problema de Vox será otro. No pienso negar la asistencia sanitaria a nadie que viva en la Comunidad”, remachó.
La frase de Feijóo contra Abascal fue una “respuesta de baja intensidad” a los ataques continuados“ de Vox, según apuntaron desde la dirección. Pero desde Génova ya comienzan a deslizar que el apoyo del PP al segundo decreto social del Gobierno no implica abrirse a otros pactos y por supuesto reniega de dar aire a Sánchez aprobando unos presupuestos que luego podría prorrogar para afianzar la legislatura hasta 2027. Mientras, el PP busca mayorías alternativas en ayuntamientos y comunidades donde sus supuestos aliados no le quieren aprobar sus propias cuentas.