La estatua de Hans Egede , el misionero que llegó a Groenlandia en 1721 por orden del rey de Dinamarca, para convertir a los inuit nativos, ha aparecido alguna vez cubierta de pintadas, pero sigue en su sitio. De alguna manera, constituye un barómetro del independentismo groenlandés, que hasta ahora ha chocado sistemáticamente con su propia contraparte, la pérdida de calidad de vida para los habitantes de la isla. Pero Donald Trump está cambiando esa ecuación y el primer ministro groenlandés quiere aprovechar la ocasión. Múte B. Egede , el jefe de Gobierno izquierdista de Groenlandia, cree saber cómo utilizar la sorprendente atención de la prensa mundial y ha propuesto la celebración de elecciones generales anticipadas el 11 de marzo,...
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