Gonzalo Valdivieso, el cartógrafo de las cavernas
Su pasión son las cuevas, a las que llegó por un camino inesperado: la trigonometría. Gonzalo Valdivieso Bohórquez es geólogo e inicialmente un espeleólogo de papel: se reunía con un grupo universitario a leer y aprender de cavernas y, si de buenas, lograban visitar alguna una vez al año. De eso hace una década, cuando hizo la primera salida a campo ya en serio, que en realidad fue entrar a la cueva de La Cumbre, en el departamento del Huila. Allí trazó su primer mapa, a partir de cartografía básica de minas, y allí donde no se ve encontró su camino y las coordenadas para desarrollar su propio modelo cartográfico que hoy lo lleva por todo Colombia. «En el país, tenemos 842 cuevas en inventario», dice. Pero, como sucede con otros temas de naturaleza aquí, queda mucho por descubrir. «Tenemos zonas inexploradas, como la selvática, que tiene muchas serranías llenas de cuevas, de las cuales se conocen tres o cuatro, y calculamos que podrían existir más de 300; y hacia las cordilleras también hay muchas ubicadas, pero sin una comunidad espeleológica que se dedique a estudiarlas». Lo que sí se sabe es que Florián, La Belleza, La Granja, Hermosura, La Paz, El Peñón y Aguada son los municipios de la provincia de Vélez (Santander) con las zonas espeleológicas más importantes del país y también las más desconocidas. En común, las formaciones con roca caliza, lo que se traduce en muchísimas cuevas de todo tipo. «Esta provincia concentra casualidades geológicas: las cuevas más grandes o desarrolladas por lo general están en calizas y esta zona las tiene. Además, están expuestas y el agua las disuelve. Adicionalmente, la tectónica que forma la cordillera la plegó y se formaron estrías donde se mete el agua y rompe la roca, se filtra y permite estas formaciones». En esta misma región está la que, a la fecha, es la cueva más grande de Colombia y un sueño al que quiere medírsele Gonzalo. «El Hoyo del Águila, en El Peñón, es en realidad una red de varias cuevas de la que hay unos pocos esquemas, no hay cartografía. Mi intención es medirla, pero al ser tan grande y con tanta verticalidad, requiere mucho equipo, logística y personas».
Su pasión son las cuevas, a las que llegó por un camino inesperado: la trigonometría. Gonzalo Valdivieso Bohórquez es geólogo e inicialmente un espeleólogo de papel: se reunía con un grupo universitario a leer y aprender de cavernas y, si de buenas, lograban visitar alguna una vez al año. De eso hace una década, cuando hizo la primera salida a campo ya en serio, que en realidad fue entrar a la cueva de La Cumbre, en el departamento del Huila. Allí trazó su primer mapa, a partir de cartografía básica de minas, y allí donde no se ve encontró su camino y las coordenadas para desarrollar su propio modelo cartográfico que hoy lo lleva por todo Colombia. «En el país, tenemos 842 cuevas en inventario», dice. Pero, como sucede con otros temas de naturaleza aquí, queda mucho por descubrir. «Tenemos zonas inexploradas, como la selvática, que tiene muchas serranías llenas de cuevas, de las cuales se conocen tres o cuatro, y calculamos que podrían existir más de 300; y hacia las cordilleras también hay muchas ubicadas, pero sin una comunidad espeleológica que se dedique a estudiarlas». Lo que sí se sabe es que Florián, La Belleza, La Granja, Hermosura, La Paz, El Peñón y Aguada son los municipios de la provincia de Vélez (Santander) con las zonas espeleológicas más importantes del país y también las más desconocidas. En común, las formaciones con roca caliza, lo que se traduce en muchísimas cuevas de todo tipo. «Esta provincia concentra casualidades geológicas: las cuevas más grandes o desarrolladas por lo general están en calizas y esta zona las tiene. Además, están expuestas y el agua las disuelve. Adicionalmente, la tectónica que forma la cordillera la plegó y se formaron estrías donde se mete el agua y rompe la roca, se filtra y permite estas formaciones». En esta misma región está la que, a la fecha, es la cueva más grande de Colombia y un sueño al que quiere medírsele Gonzalo. «El Hoyo del Águila, en El Peñón, es en realidad una red de varias cuevas de la que hay unos pocos esquemas, no hay cartografía. Mi intención es medirla, pero al ser tan grande y con tanta verticalidad, requiere mucho equipo, logística y personas».
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