Esta ciudad de Extremadura tiene la alcazaba más grande de Europa y muy pocos turistas la visitan
A poco más de media hora de Mérida se encuentra este destino extremeño que es uno de los grandes olvidados a pesar de toda la riqueza monumental que atesora.
No se sabe muy bien por qué cuando elegimos un destino solemos acabar yendo a los mismos lugares de siempre. Pero a nosotros nos encanta poner en valor algunas de las maravillas que forman parte de nuestra identidad histórica y que demasiadas veces (y sin motivo aparente) permanecen eclipsadas. Es el caso de Badajoz, la gran desconocida de España, donde se encuentran algunas de las principales joyas arquitectónicas de nuestro país. Para que te hagas una idea de lo que te estás perdiendo si todavía no la conoces: la lista de lugares interesantes que atesora esta ciudad es tan extensa como sus murallas.
El recinto amurallado más largo de Europa
La historia de Badajoz está unida a la de sus murallas, y aunque puede competir en belleza con otras famosas, como la de Ávila o la de Lugo, en lo que gana por goleada es en longitud, ya que con sus más de 6500 metros nadie le puede discutir ser la más larga de Europa. Y a este tesoro patrimonial hay que añadirle su maravillosa alcazaba-castillo y 85 torres que forman parte también de los atractivos de la ciudad pacense.
En este paseo por la historia, te aconsejamos empezar cruzando la Puerta del Capitel por donde se accede a la Alcazaba musulmana, para después subir a la Torre de Espantaperros y disfrutar de una de las mejores vistas de Badajoz.
Plaza Alta, una de las más bellas de España
Y si las murallas y la Alcazaba te han parecido impresionante, todavía te queda conocer una de las plazas más bellas y desconocidas de España. De origen medieval y con soportales renacentistas y decoración barroca, son los dibujos geométricos en tonos rojos, blancos y negros lo que la hace distinta a cualquier otra plaza que hayas podido visitar. En este histórico rincón y bajo sus arcos se celebraban populares mercados desde la Edad Media.
Además de su magnífica arquitectura, junto al rincón más bello de Badajoz encontrarás otros edificios de interés, como el Ayuntamiento Viejo, las Casas Mudéjares y las Casas Coloradas, la Torre Abarlongada y también algunos restos de época visigoda.
Un viaje al pasado
Tras disfrutar de todo este despliegue de arte te aconsejamos adentrarte en las calles de la antigua judería, que se encuentra en la parte de atrás de la Plaza Alta. Badajoz tenía una de las mayores juderías de España durante la segunda mitad del siglo XV ubicada en la estrecha calle de San Lorenzo, donde hoy todavía se mantiene un arco medieval que tradicionalmente marcaba la entrada a las aljamas.
La Plaza de la Soledad
El paseo por las calles empedradas del centro de Badajoz conduce hasta otra de las plazas destacadas, la de la Soledad. Es aquí donde se encuentra la ermita de la Virgen de La Soledad (del siglo XVII) y patrona de la ciudad, pero también el edificio de Las Tres Campanas (de estilo modernista) y la torre de La Giralda, que te recordará a la de Sevilla, pero de menor tamaño.
Una catedral distinta a cualquier otra
El arte sacro también tendrá cabida en esta escapada con el Convento de las adoratrices de San José como protagonista. Situado en la plaza del mismo nombre (en la zona de la Alcazaba árabe) y levantado sobre las ruinas de la antigua ermita, su construcción está inspirada en el gótico de la Edad Media, un estilo del que apenas quedan restos, lo que lo convierte en un edificio aún más valioso si cabe.
Y no es el único templo religioso que te recomendamos visitar. En la plaza de España, en pleno centro de la ciudad, se encuentra la Catedral de Badajoz, que empezó a construirse a mediados del siglo XIII sobre los restos de una antigua iglesia visigoda y muestra una imagen muy distinta a otras catedrales de nuestro país. Con un exterior sobrio y formas similares a las de una fortaleza, ha sido escenario de varias bodas reales, como la de Fernando VI con la portuguesa Bárbara de Braganza (1729).
La Plaza de Cervantes
Y no hay que abandonar Badajoz sin pasar por esta plaza que destaca por su pavimento adoquinado de tradición portuguesa y formas geométricas. Está rodeada de edificios de estilo ecléctico y modernista de principios del siglo XX y tiene en el centro una escultura del pintor Zurbarán.
Una gastronomía única
Extremadura es también un destino que atrae por los sabores de la tierra marcados por productos de calidad, así que aprovecha para disfrutar de los platos típicos que reflejan la tradición culinaria de esta provincia, como la caldereta de cordero, las migas extremeñas y por supuesto, el jamón ibérico de bellota que podrás encontrar como tapas en los bares y restaurantes de la ciudad.