España va a pasar de una crisis del aceite de oliva a la contraria en menos de un año. La industria empieza a verle las orejas al lobo
Dos semanas. Dos semanas de caídas consecutivas en el precio del aceite de oliva en origen han bastando para poner a todo el sector en alerta roja. Pero... ¿por qué? ¿No se suponía que los altos precios estaban asfixiando también a la industria provocándole pérdidas millonarias? ¿Que bajen también es un problema? Vayamos por partes... ¿Cuánto ha bajado el precio del aceite? Según informaba agroinformación, a 31 de enero, el precio medio en el aceite de oliva virgen extra era de 4.275 euros/tonelada, en el aceite virgen de 3.701 euros/tonelada y en el lampante de 3.452 euros/tonelada. Eso supone una caída de 3,20%, 6,80% y 2,80% respectivamente con respecto a la semana pasada y una caída del 50,55%, el 52,55% y el 56,55% con respecto al año pasado. En Xataka España se enfrenta a su mayor reto agrario del siglo: convertir en regadío 1.901.529 hectáreas de olivar antes de que sea tarde ¿Y por qué esto es un problema? Porque, como explicábamos hace unas semanas, el límite histórico de rentabilidad para el olivo tradicional de secano está en torno a los cuatro euros. Si el precio baja de esa cifra, los agricultores (de secano) no van a conseguir cubrir los costes fijos. Y esto no sería un problema si no fuera porque más de dos tercios del olivar español es de secano (1.913.531 hectáreas frente a las 874.553 de regadío). De una crisis a la contraria. Es curioso porque, en los últimos años , la situación ha sido la contraria: pero el resultado es el mismo. Los olivareros de secano no tenían suficiente aceituna para compensar los gastos fijos -- aunque el precio estuviera por las nubes. Además, las distribuidoras no pudieron repercutir toda la subida en los precios finales (Deoleo, la mayor aceitera del mundo, propietaria de marcas como Hojiblanca o Carbonell, se dejó 34,3 millones de euros en 2023). ¿No es un poco raro? Lo cierto es que no. En los últimos años, hemos visto exactamente el mismo problema con los limones, las almendras o los plátanos. El olivar ha estado relativamente protegido porque se trata de un producto con una competencia internacional limitada: de lo que no estaba protegido es del cambio climático. De hecho, los que sí lo han estado (los de regadío que no han sufrido recortes) no han tenido este problema. El regadío ha sido el gran beneficiado (o el menos perjudicado) de estas sucesivas crisis: tenían más aceitunas cuando los precios eran caros y tienen menos costos ahora que los precios son bajos. ¿Se puede salvar el olivar? Esa es la gran pregunta. Si la industria sigue enganchando años financieramente complicados, los problemas pueden ser cada vez mayores. Por eso, la tendencia del olivar ha sido "ir pasándose" al regadío (o a modelos ultraintensivos). No hay agua para todos. "Lo difícil es disponer de agua porque ya la cuenca del Guadalquivir es deficitaria, así que no se dan nuevas concesiones", explicaba en DAP Diego Barranco, Catedrático de la Universidad de Córdoba. Esas concesiones sí las tienen "parcelas históricas de otros cultivos que siempre fueron regadío o los olivares que surgieron" directamente como "de regadío". No obstante, transformar 1.901.529 hectáreas de olivar antes de que sea tarde parece uno de los desafíos agrícolas más importantes del siglo. Y no está claro que podamos hacerlo. Imagen | Kostas Morfiris | Visual Karsa En Xataka | España afronta el problema contrario al de hace un año: un aceite de oliva tan barato que ya no es rentable para los agricultores - La noticia España va a pasar de una crisis del aceite de oliva a la contraria en menos de un año. La industria empieza a verle las orejas al lobo fue publicada originalmente en Xataka por Javier Jiménez .
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Dos semanas. Dos semanas de caídas consecutivas en el precio del aceite de oliva en origen han bastando para poner a todo el sector en alerta roja. Pero... ¿por qué? ¿No se suponía que los altos precios estaban asfixiando también a la industria provocándole pérdidas millonarias? ¿Que bajen también es un problema?
Vayamos por partes... ¿Cuánto ha bajado el precio del aceite? Según informaba agroinformación, a 31 de enero, el precio medio en el aceite de oliva virgen extra era de 4.275 euros/tonelada, en el aceite virgen de 3.701 euros/tonelada y en el lampante de 3.452 euros/tonelada.
Eso supone una caída de 3,20%, 6,80% y 2,80% respectivamente con respecto a la semana pasada y una caída del 50,55%, el 52,55% y el 56,55% con respecto al año pasado.
¿Y por qué esto es un problema? Porque, como explicábamos hace unas semanas, el límite histórico de rentabilidad para el olivo tradicional de secano está en torno a los cuatro euros. Si el precio baja de esa cifra, los agricultores (de secano) no van a conseguir cubrir los costes fijos.
Y esto no sería un problema si no fuera porque más de dos tercios del olivar español es de secano (1.913.531 hectáreas frente a las 874.553 de regadío).
De una crisis a la contraria. Es curioso porque, en los últimos años , la situación ha sido la contraria: pero el resultado es el mismo. Los olivareros de secano no tenían suficiente aceituna para compensar los gastos fijos -- aunque el precio estuviera por las nubes.
Además, las distribuidoras no pudieron repercutir toda la subida en los precios finales (Deoleo, la mayor aceitera del mundo, propietaria de marcas como Hojiblanca o Carbonell, se dejó 34,3 millones de euros en 2023).
¿No es un poco raro? Lo cierto es que no. En los últimos años, hemos visto exactamente el mismo problema con los limones, las almendras o los plátanos. El olivar ha estado relativamente protegido porque se trata de un producto con una competencia internacional limitada: de lo que no estaba protegido es del cambio climático.
De hecho, los que sí lo han estado (los de regadío que no han sufrido recortes) no han tenido este problema. El regadío ha sido el gran beneficiado (o el menos perjudicado) de estas sucesivas crisis: tenían más aceitunas cuando los precios eran caros y tienen menos costos ahora que los precios son bajos.
¿Se puede salvar el olivar? Esa es la gran pregunta. Si la industria sigue enganchando años financieramente complicados, los problemas pueden ser cada vez mayores. Por eso, la tendencia del olivar ha sido "ir pasándose" al regadío (o a modelos ultraintensivos).
No hay agua para todos. "Lo difícil es disponer de agua porque ya la cuenca del Guadalquivir es deficitaria, así que no se dan nuevas concesiones", explicaba en DAP Diego Barranco, Catedrático de la Universidad de Córdoba.
Esas concesiones sí las tienen "parcelas históricas de otros cultivos que siempre fueron regadío o los olivares que surgieron" directamente como "de regadío". No obstante, transformar 1.901.529 hectáreas de olivar antes de que sea tarde parece uno de los desafíos agrícolas más importantes del siglo. Y no está claro que podamos hacerlo.
Imagen | Kostas Morfiris | Visual Karsa
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La noticia
España va a pasar de una crisis del aceite de oliva a la contraria en menos de un año. La industria empieza a verle las orejas al lobo
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Javier Jiménez
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