Empresas auxiliares: una cadena de valor local para apoyar los grandes proyectos energéticos
Los grandes proyectos industriales asociados a las energías renovables, como las plantas de hidrógeno y sus derivados (metanol y amoníaco verde), necesitan forjar una nueva cadena de valor capaz de desarrollar nuevos equipos y componentes. Uno de los desafíos de la transición hacia este modelo es lograr que exista un grupo de proveedores locales capaces de acompañar estas inversiones y crecer en el mercado internacional. Firmas como la cordobesa Keiter (fabricante de equipos de climatización), Aciturri (especializada en componentes para aeronaves), Hiperbaric (equipos de alta presión) y Ariema (compañía onubense de electrolizadores) son un claro ejemplo de este esfuerzo por adaptarse a este nuevo mercado. El gran objetivo es producir equipos capaces de generar hidrógeno y participar en el complejo proceso de logística y almacenamiento, como se puso de manifiesto en el Congreso Nacional del Hidrógeno Verde. El primer paso es producir este gas renovable a partir de energía solar o eólica. En el caso de Ariema , ha invertido más de 20 millones de euros para desarrollar electrolizadores en Huelva (con gran apoyo público), que entrarán próximamente en fase de comercialización. Su fundador inició los primeros proyectos de hidrógeno verde en España en el centro del INTA en El Arenosillo. «Tenemos más de treinta profesionales de alta cualificación en Huelva», remarcó Rafael Luque , fundador de la compañía. La firma onubense inició su plan de ensayos en 2024 y desarrolla máquinas completas de hasta 1 MW, los mayores electrolizadores alcalinos de tecnología española. Una vez producido, el hidrógeno debe comprimirse. Hiperbaric, especialista en equipos industriales de alta presión, ha desarrollado sistemas para comprimirlo y almacenarlo en tanques e hidrogeneras. Estos componentes ya funcionan en las estaciones de abastecimiento de los autobuses municipales de Madrid. «El hidrógeno representa el 7% de nuestra cifra de negocio global —que asciende a 85 millones—, pero estamos convencidos de que alcanzará el 30% en los próximos años», apuntó Andrés Hernando Saiz , consejero delegado de la compañía burgalesa. El almacenamiento también requiere nuevos productos. Aciturri , especializada en el desarrollo de piezas en fibra de carbono para aeronaves, ha capitalizado su experiencia en este material para diseñar sistemas de almacenamiento de hidrógeno comprimido. El proyecto H2Elios, por ejemplo, consiste en la fabricación de un tanque integral de almacenamiento de hidrógeno líquido para aviones, con posibilidad de adaptación a otros tipos de vehículos, como trenes y automóviles. «Hemos decidido lanzar un tanque recubierto en fibra de carbono, de bajo peso, alta calidad y competitivo en costes» , sostuvo Agustín García Laja, directivo de Aciturri. La firma ha creado una nueva línea de negocio para la comercialización de estos sistemas de hidrógeno enfocados en camiones y autobuses y trabaja actualmente en iniciativas de mayor envergadura. El hidrógeno también requiere fórmulas viables para su dispensación. En este ámbito, C etil está desarrollando soluciones para la carga y descarga de hidrógeno comprimido que permitan el abastecimiento eficiente de vehículos, trenes y embarcaciones. «Tenemos una cartera de pedidos de 30 dispensadores de hidrógeno para hidrogeneras; ocho de ellos ya operan diariamente en Barcelona y Madrid, y el 70% de nuestras ventas se realizan en el mercado internacional, por lo que el potencial de crecimiento es alto», apuntó Francisco Cabrera Gómez, director de New Energies. El proceso de producción de hidrógeno requiere también rebajar la temperatura del agua. Keiter Intarcon Genaq, con una facturación anual de 115 millones de euros, forma parte del clúster de la climatización de Lucena. Su negocio asociado al hidrógeno ya supera el millón de euros, con equipos de refrigeración que forman parte de proyectos como la planta de hidrógeno de Iberdrola en Puertollano. «Estudiamos toda la cadena de valor y vimos que hay necesidades de refrigeración en la producción y almacenamiento, por lo que hay potencial», apuntó José María Raya, CEO de la firma cordobesa. Keiter colabora en el diseño de los proyectos , especificando los requerimientos para mantener temperaturas adecuadas en los procesos y ofreciendo apoyo en el diseño y la ingeniería.
Los grandes proyectos industriales asociados a las energías renovables, como las plantas de hidrógeno y sus derivados (metanol y amoníaco verde), necesitan forjar una nueva cadena de valor capaz de desarrollar nuevos equipos y componentes. Uno de los desafíos de la transición hacia este modelo es lograr que exista un grupo de proveedores locales capaces de acompañar estas inversiones y crecer en el mercado internacional. Firmas como la cordobesa Keiter (fabricante de equipos de climatización), Aciturri (especializada en componentes para aeronaves), Hiperbaric (equipos de alta presión) y Ariema (compañía onubense de electrolizadores) son un claro ejemplo de este esfuerzo por adaptarse a este nuevo mercado. El gran objetivo es producir equipos capaces de generar hidrógeno y participar en el complejo proceso de logística y almacenamiento, como se puso de manifiesto en el Congreso Nacional del Hidrógeno Verde. El primer paso es producir este gas renovable a partir de energía solar o eólica. En el caso de Ariema , ha invertido más de 20 millones de euros para desarrollar electrolizadores en Huelva (con gran apoyo público), que entrarán próximamente en fase de comercialización. Su fundador inició los primeros proyectos de hidrógeno verde en España en el centro del INTA en El Arenosillo. «Tenemos más de treinta profesionales de alta cualificación en Huelva», remarcó Rafael Luque , fundador de la compañía. La firma onubense inició su plan de ensayos en 2024 y desarrolla máquinas completas de hasta 1 MW, los mayores electrolizadores alcalinos de tecnología española. Una vez producido, el hidrógeno debe comprimirse. Hiperbaric, especialista en equipos industriales de alta presión, ha desarrollado sistemas para comprimirlo y almacenarlo en tanques e hidrogeneras. Estos componentes ya funcionan en las estaciones de abastecimiento de los autobuses municipales de Madrid. «El hidrógeno representa el 7% de nuestra cifra de negocio global —que asciende a 85 millones—, pero estamos convencidos de que alcanzará el 30% en los próximos años», apuntó Andrés Hernando Saiz , consejero delegado de la compañía burgalesa. El almacenamiento también requiere nuevos productos. Aciturri , especializada en el desarrollo de piezas en fibra de carbono para aeronaves, ha capitalizado su experiencia en este material para diseñar sistemas de almacenamiento de hidrógeno comprimido. El proyecto H2Elios, por ejemplo, consiste en la fabricación de un tanque integral de almacenamiento de hidrógeno líquido para aviones, con posibilidad de adaptación a otros tipos de vehículos, como trenes y automóviles. «Hemos decidido lanzar un tanque recubierto en fibra de carbono, de bajo peso, alta calidad y competitivo en costes» , sostuvo Agustín García Laja, directivo de Aciturri. La firma ha creado una nueva línea de negocio para la comercialización de estos sistemas de hidrógeno enfocados en camiones y autobuses y trabaja actualmente en iniciativas de mayor envergadura. El hidrógeno también requiere fórmulas viables para su dispensación. En este ámbito, C etil está desarrollando soluciones para la carga y descarga de hidrógeno comprimido que permitan el abastecimiento eficiente de vehículos, trenes y embarcaciones. «Tenemos una cartera de pedidos de 30 dispensadores de hidrógeno para hidrogeneras; ocho de ellos ya operan diariamente en Barcelona y Madrid, y el 70% de nuestras ventas se realizan en el mercado internacional, por lo que el potencial de crecimiento es alto», apuntó Francisco Cabrera Gómez, director de New Energies. El proceso de producción de hidrógeno requiere también rebajar la temperatura del agua. Keiter Intarcon Genaq, con una facturación anual de 115 millones de euros, forma parte del clúster de la climatización de Lucena. Su negocio asociado al hidrógeno ya supera el millón de euros, con equipos de refrigeración que forman parte de proyectos como la planta de hidrógeno de Iberdrola en Puertollano. «Estudiamos toda la cadena de valor y vimos que hay necesidades de refrigeración en la producción y almacenamiento, por lo que hay potencial», apuntó José María Raya, CEO de la firma cordobesa. Keiter colabora en el diseño de los proyectos , especificando los requerimientos para mantener temperaturas adecuadas en los procesos y ofreciendo apoyo en el diseño y la ingeniería.
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