Crítica a Presence: La mirada del fantasma en el cine de Steven Soderbergh
Steven Soderbergh reinventa el cine de terror con Presence, un thriller visto desde los ojos de un fantasma. ¿Obra maestra o experimento fallido? Esta noticia ha sido publicada por Cinemascomics.com
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Steven Soderbergh regresa con Presence, una película que reinventa el cine de terror desde una perspectiva radical: la del propio fantasma. Con un guion de David Koepp (Jurassic Park, Panic Room), este thriller sobrenatural nos sumerge en una experiencia cinematográfica inmersiva, en la que la cámara actúa como un ente omnipresente dentro de una casa marcada por el drama familiar y el misterio.
Un fantasma en primera persona
Desde el primer fotograma, Presence deja claro su innovador enfoque. La película está completamente filmada desde la perspectiva del espíritu que habita la casa, observando sin intervenir directamente en los eventos… al menos al principio. A medida que avanza la trama, se percibe una ambigüedad en la naturaleza del ente: ¿es una presencia benévola o algo mucho más oscuro?
Este estilo de filmación no es nuevo en el cine de terror, pero Soderbergh lo lleva a otro nivel al hacer que toda la narrativa gire en torno a esta perspectiva. La comparación con clásicos como Los Otros de Alejandro Amenábar o A Ghost Story de David Lowery es inevitable, aunque Presence opta por un tono más frío y observacional, acercándose más a una experiencia voyeurista que a un terror convencional.
Una familia al borde del colapso
El peso dramático de la historia recae en la familia que se muda a la casa: Rebekah (Lucy Liu), una madre autoritaria obsesionada con el éxito de su hijo Tyler (Eddy Maday); Chris (Chris Sullivan), un padre cariñoso pero distante que intenta conectar con su hija Chloe (Callina Liang), quien aún lidia con la pérdida de su mejor amiga. La tensión entre ellos es palpable desde el inicio, y el espectro parece alimentarse de ese malestar latente.
La relación entre Chloe y el fantasma es uno de los elementos más fascinantes del film. Mientras que su madre la ignora y su hermano la menosprecia, el ente parece ser el único que la acompaña en su dolor. Pero, a medida que avanza la película, surge la duda: ¿está este fantasma protegiéndola o manipulándola para un propósito desconocido?
Terror psicológico con una puesta en escena minimalista
Soderbergh, quien también se encarga de la cinematografía bajo su alias Peter Andrews, mantiene un estilo visual sobrio y elegante. La cámara se desliza por la casa con movimientos suaves y etéreos, otorgando una sensación de vigilancia constante. La ausencia de música en varias escenas, junto con cortes abruptos a pantalla negra, refuerza la sensación de inquietud y hace que cada plano se sienta cargado de significado.
Sin embargo, Presence no es un film de terror convencional. No hay abuso de jumpscares ni efectos digitales estridentes. En su lugar, Soderbergh confía en la atmósfera y la tensión dramática para mantener al espectador en vilo. Es un ejercicio de estilo que recuerda a Paranormal Activity, pero con una ejecución mucho más refinada.
¿Horror o metáfora del dolor?
Uno de los aspectos más interesantes de Presence es su lectura metafórica. Más allá del aspecto sobrenatural, la película también puede interpretarse como una exploración de la soledad, la depresión y la fragilidad de los lazos familiares. ¿Es el fantasma real o simplemente una manifestación del dolor reprimido de Chloe? Esta ambigüedad es lo que eleva Presence por encima de muchas películas de terror contemporáneas.
Al igual que en A Ghost Story, donde el espectro representaba el peso del tiempo y la memoria, aquí el ente parece encarnar los traumas no resueltos de sus habitantes. Esta dualidad entre lo paranormal y lo psicológico es lo que hace que la película resuene con tanta fuerza.
Soderbergh en su mejor forma
Aunque Presence no está exenta de defectos (algunas decisiones narrativas pueden resultar frustrantes para los amantes del terror más convencional), es sin duda una de las propuestas más intrigantes del género en los últimos años. Soderbergh demuestra una vez más su capacidad para reinventar el cine de género con una visión única y arriesgada.
No es solo una película de terror, es una reflexión sobre la soledad, el duelo y la percepción de la realidad. Presence es cine de autor disfrazado de película de fantasmas y, sin duda, una de las experiencias cinematográficas más fascinantes del año.
¿Qué te pareció Presence? ¿Te atrapó su innovador enfoque o crees que le faltó más impacto? Comparte tu opinión en los comentarios y debatamos sobre esta arriesgada apuesta de Soderbergh.
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