Actualización de las normas de Menéame, violencia de género y libertad de expresión
Debido a una actualización parcial de las normas de Menéame realizada ayer, se ha abierto un debate acerca del siguiente párrafo que paso a transcribir (podéis consultar el original aquí) blog.meneame.net/2025/02/03/normas-de-meneame-conversacion-sana-discur :“Sí, pero también hay mujeres que denuncian de forma falsa a sus parejas” → Penalizable, generalización basada en un dato estadísticamente pequeño, lo que supone una negación indirecta de la condición de víctimaEl párrafo en cuestión parece llevar lustros allí, y a mi juicio debería ser eliminado ahora que estamos en pleno proceso de reforma de la web. Los motivos son varios, desde que restringe arbitrariamente la libertad de expresión a que es contraproducente para generar conciencia ciudadana contra esa lacra. A continuación os doy mis razones.Las denuncias falsas existen. Son muy muy poquitas, pero existen. Según la fiscalía, son el 0.01% www.icpm.es/actualidad_noticias.asp?id=2382 Sólo con ese dato, quien afirma que hay denuncias falsas no miente. Y sólo por ello el comentario no es penalizable, pues representa un legítimo ejercicio de los derechos fundamentales a la libertad de expresión e información (defender una tesis no contraria a los Derechos Humanos con base en datos verídicos). Diría más: también tiene derecho a sostener argumentadamente que puede haber más denuncias falsas de las que aprecia la fiscalía. Normalmente los jueces son estrictos a la hora de imputar a quien denuncia a otro sabiendo que los hechos imputados son falsos (cosa que se desprende de contradicciones flagrantes en el testimonio o cualquier otra prueba evidente acerca de la falsedad de lo denunciado). Pero no es descartable que un juez y un fiscal, por sobrecarga de trabajo, se limiten a desestimar una denuncia y no abrir diligencias por falso testimonio.Desde mi punto de vista y con base en mi experiencia, los casos por denuncias falsas no investigados, si los hay, también deben de ser absolutamente residuales, ya que los jueces suelen cabrearse mucho cuando les obligan a trabajar con base en mentiras. Pero puede haberlos y los usuarios de Menéame tienen derecho a plantear y defender con razones esa hipótesis. Otra cosa es que suelten un bulo del tipo "afirmo que el 40% de las denuncias por violencia de género son falsas". Eso implicaría mentir para dañar a un colectivo vulnerable y sí debería sancionarse.Por otro lado, censurar a quien haya escrito la frase en cuestión es socialmente nocivo para todos, empezando por las víctimas de violencia de género. Si os pregunto si aceptaríais un sistema jurídico donde se permitiese a una persona destrozar la vida de otra con base en su exclusiva voluntad y sin más factores en juego, todos me responderíais que ese sistema es monstruoso. Pues consagrar como dogma la máxima de "todas las denuncias por violencia de género son verdaderas" implica exactamente eso. Seamos realistas: aunque haya mucha gente decente, absolutamente todos los sectores, colectivos y agrupaciones humanas tienen gentuza sin escrúpulos entre sus integrantes. Las mujeres también.Y si asumimos como verdad incuestionable que toda denuncia por violencia de género es verídica, el 0.001% de las mujeres tendrán carta blanca para chantajear, machacar y hundir a aquellos hombres que tengan la mala fortuna de topar con ellas. Y aunque sean estadísticamente muy pocos, tienen derecho a ser protegidos por el Estado. Los Derechos Humanos y la presunción de inocencia son universales precisamente por eso, porque son de todos y su negación a una sola persona constituye un crimen atroz.Por otro lado, desde una perspectiva estratégica, esta clase de censura representa un caldo de cultivo perfecto para la extrema derecha ¿Conocéis su estrategia respecto de las ocupaciones? Cogen un problema absolutamente residual y hacen creer a todo el mundo que su casa va a ser ocupada en cualquier momento. Una vez generalizado el miedo, se presentan como nuestros salvadores para que les votemos. Pues con las denuncias falsas pasa exactamente lo mismo. Si desde el Estado (o a pequeña escala desde Menéame) se difunde el mensaje de que no hay denuncias falsas y está prohibido cuestionarlas, cada vez más hombres creerán que pueden acabar en la cárcel y arruinados porque sus omnipotentes parejas pueden hundirles la vida chasqueando los dedos. Y votarán a Vox o SALF.Y ojo, que quien escribe estas líneas apoya la Ley de Violencia de Género, y siente un asco infinito hacia los ultras que pretenden eliminar las medidas cautelares de protección hacia las víctimas, afirmando que si una mujer denuncia que su pareja le ha pegado un puñetazo, hay que devolverla a su casa sin orden de alejamiento porque "destruyen la presunción de inocencia". No creo que haya alguien tan animal como para no entender que sin esas medidas de protección ninguna mujer se atrevería a denunciar a su verdugo, porque la paliza brutal o incluso mortal sería la consecuencia automática de la denuncia. Por eso les imputo mala fe cuando
Debido a una actualización parcial de las normas de Menéame realizada ayer, se ha abierto un debate acerca del siguiente párrafo que paso a transcribir (podéis consultar el original aquí) blog.meneame.net/2025/02/03/normas-de-meneame-conversacion-sana-discur :
- “Sí, pero también hay mujeres que denuncian de forma falsa a sus parejas” → Penalizable, generalización basada en un dato estadísticamente pequeño, lo que supone una negación indirecta de la condición de víctima
El párrafo en cuestión parece llevar lustros allí, y a mi juicio debería ser eliminado ahora que estamos en pleno proceso de reforma de la web. Los motivos son varios, desde que restringe arbitrariamente la libertad de expresión a que es contraproducente para generar conciencia ciudadana contra esa lacra. A continuación os doy mis razones.
Las denuncias falsas existen. Son muy muy poquitas, pero existen. Según la fiscalía, son el 0.01% www.icpm.es/actualidad_noticias.asp?id=2382 Sólo con ese dato, quien afirma que hay denuncias falsas no miente. Y sólo por ello el comentario no es penalizable, pues representa un legítimo ejercicio de los derechos fundamentales a la libertad de expresión e información (defender una tesis no contraria a los Derechos Humanos con base en datos verídicos). Diría más: también tiene derecho a sostener argumentadamente que puede haber más denuncias falsas de las que aprecia la fiscalía. Normalmente los jueces son estrictos a la hora de imputar a quien denuncia a otro sabiendo que los hechos imputados son falsos (cosa que se desprende de contradicciones flagrantes en el testimonio o cualquier otra prueba evidente acerca de la falsedad de lo denunciado). Pero no es descartable que un juez y un fiscal, por sobrecarga de trabajo, se limiten a desestimar una denuncia y no abrir diligencias por falso testimonio.
Desde mi punto de vista y con base en mi experiencia, los casos por denuncias falsas no investigados, si los hay, también deben de ser absolutamente residuales, ya que los jueces suelen cabrearse mucho cuando les obligan a trabajar con base en mentiras. Pero puede haberlos y los usuarios de Menéame tienen derecho a plantear y defender con razones esa hipótesis. Otra cosa es que suelten un bulo del tipo "afirmo que el 40% de las denuncias por violencia de género son falsas". Eso implicaría mentir para dañar a un colectivo vulnerable y sí debería sancionarse.
Por otro lado, censurar a quien haya escrito la frase en cuestión es socialmente nocivo para todos, empezando por las víctimas de violencia de género. Si os pregunto si aceptaríais un sistema jurídico donde se permitiese a una persona destrozar la vida de otra con base en su exclusiva voluntad y sin más factores en juego, todos me responderíais que ese sistema es monstruoso. Pues consagrar como dogma la máxima de "todas las denuncias por violencia de género son verdaderas" implica exactamente eso. Seamos realistas: aunque haya mucha gente decente, absolutamente todos los sectores, colectivos y agrupaciones humanas tienen gentuza sin escrúpulos entre sus integrantes. Las mujeres también.
Y si asumimos como verdad incuestionable que toda denuncia por violencia de género es verídica, el 0.001% de las mujeres tendrán carta blanca para chantajear, machacar y hundir a aquellos hombres que tengan la mala fortuna de topar con ellas. Y aunque sean estadísticamente muy pocos, tienen derecho a ser protegidos por el Estado. Los Derechos Humanos y la presunción de inocencia son universales precisamente por eso, porque son de todos y su negación a una sola persona constituye un crimen atroz.
Por otro lado, desde una perspectiva estratégica, esta clase de censura representa un caldo de cultivo perfecto para la extrema derecha ¿Conocéis su estrategia respecto de las ocupaciones? Cogen un problema absolutamente residual y hacen creer a todo el mundo que su casa va a ser ocupada en cualquier momento. Una vez generalizado el miedo, se presentan como nuestros salvadores para que les votemos. Pues con las denuncias falsas pasa exactamente lo mismo. Si desde el Estado (o a pequeña escala desde Menéame) se difunde el mensaje de que no hay denuncias falsas y está prohibido cuestionarlas, cada vez más hombres creerán que pueden acabar en la cárcel y arruinados porque sus omnipotentes parejas pueden hundirles la vida chasqueando los dedos. Y votarán a Vox o SALF.
Y ojo, que quien escribe estas líneas apoya la Ley de Violencia de Género, y siente un asco infinito hacia los ultras que pretenden eliminar las medidas cautelares de protección hacia las víctimas, afirmando que si una mujer denuncia que su pareja le ha pegado un puñetazo, hay que devolverla a su casa sin orden de alejamiento porque "destruyen la presunción de inocencia". No creo que haya alguien tan animal como para no entender que sin esas medidas de protección ninguna mujer se atrevería a denunciar a su verdugo, porque la paliza brutal o incluso mortal sería la consecuencia automática de la denuncia. Por eso les imputo mala fe cuando defienden sus tesis. Pero prohibir cualquier cuestionamiento sobre las denuncias falsas sólo les refuerza.
Si queremos ser prácticos y proteger de verdad a las víctimas, reforcemos las raquíticas dotaciones policiales encargadas de garantizar la seguridad de las denunciantes. Así evitaremos las muertes de víctimas con orden de alejamiento y animaremos a muchas mujeres a denunciar (mujeres que, cuando ven en las noticias que una víctima con orden de alejamiento ha sido asesinada, ven multiplicado su miedo). También podemos darles medidas de autoprotección como pistolas taser y perros de autodefensa. Y también es esencial que eduquemos en derechos, desde primaria, a hombres y mujeres, enseñándoles su igual dignidad y su condición de personas libres, y destruyendo roles de dominación. Esas medidas cambian la realidad. La censura absurda y la instauración de dogmas de fe sólo la empeoran.
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