Acaba con la cuenta embargada tras cinco años pagando los gastos de una inquiokupa en su piso de La Coruña: «Es inhumano»
La okupación lleva años convertida en uno de los grandes problemas en España. Las dificultades para acceder a una vivienda hacen que muchos, con situación de vulnerabilidad o no, opten por esta opción a la que la legislación actual no le pone grandes trabas. Es más, cada vez existen más voces que lamentan que los propietarios no están protegidos ante estas amenazas. Por desgracia se conocen casos nuevos a diario . Esta misma semana, por ejemplo, ha trascendido la historia de Pilar , una vecina de La Coruña que lleva cinco años de impotencia total por ver como su piso del centro de la ciudad está okupado por la inquilina que le dejó de pagar. Por ello, ha explicado su difícil situación y cómo está costándole revertir la situación en una entrevista en COPE. Su piso estaba en muy buen estado: recién reformado, contaba con tres habitaciones y en 2019 lo alquiló a una mujer, de nacionalidad marroquí, para que viviera allí con su hija de 11 años. El alquiler que les puso era de tan solo 370 euros al mes porque a Pilar y a su familia les dio pena la difícil situación en la que estaban. Ella se comprometió «a no dejar de pagar nunca y nos fiamos » porque «nunca esperas que la gente te falle», apunta. La situación cambió un año después, en 2020, cuando se murió el marido de Pilar y al poco tiempo la inquilina dejó de pagarlo. «Jamás me ha vuelto a pagar ni un solo euro», lamenta. La impotencia es doble porque además Pilar está pagando los gastos de la vivienda de su inquiokupa desde hace cinco años, como la comunidad, el IBI, el seguro de vivienda o el suministro de agua. La desesperación le llevó a decidir dejar de pagarle este último recibo. «Me cansé porque ya me parece que es una burla , es reírse de un propietario», explica ella. Para sorpresa de ella, tras ese paso el pasado diciembre le llegó un embargo de su cuenta, por importe de 88 euros, por impacto del recibo del agua del Ayuntamiento. Este mes se ha repetido la historia, con otro de 201 euros. «No lo veo justo porque esto es inhumano . Esto es insufrible ya, cinco años», se queja a COPE. De hecho, ella confiesa estar « indignadísima, muy cabreada » ante las situaciones actuales y al ver que se está «protegiendo a un puñado de jetas». Pilar incide, además, que por culpa de ellos muchos inquilinos honrados también están viendo dificultades para alquilar, y esto irá a más. Por todo ello, ella recomienda a otros que miren bien a quien se alquila cuando se alquila. En su caso, cree que hay «ninguna» opción para resolver el conflicto, que denunció hace tiempo: desde 2021 tiene una orden de desahucio pero la inquiokupa se declara vulnerable y está amparada por el decreto. «Ella se declara vulnerable porque se saben todos la misma canción. Esta canción se la tienen todos aprendida de memoria y dejan de pagar», lamenta la gallega.
La okupación lleva años convertida en uno de los grandes problemas en España. Las dificultades para acceder a una vivienda hacen que muchos, con situación de vulnerabilidad o no, opten por esta opción a la que la legislación actual no le pone grandes trabas. Es más, cada vez existen más voces que lamentan que los propietarios no están protegidos ante estas amenazas. Por desgracia se conocen casos nuevos a diario . Esta misma semana, por ejemplo, ha trascendido la historia de Pilar , una vecina de La Coruña que lleva cinco años de impotencia total por ver como su piso del centro de la ciudad está okupado por la inquilina que le dejó de pagar. Por ello, ha explicado su difícil situación y cómo está costándole revertir la situación en una entrevista en COPE. Su piso estaba en muy buen estado: recién reformado, contaba con tres habitaciones y en 2019 lo alquiló a una mujer, de nacionalidad marroquí, para que viviera allí con su hija de 11 años. El alquiler que les puso era de tan solo 370 euros al mes porque a Pilar y a su familia les dio pena la difícil situación en la que estaban. Ella se comprometió «a no dejar de pagar nunca y nos fiamos » porque «nunca esperas que la gente te falle», apunta. La situación cambió un año después, en 2020, cuando se murió el marido de Pilar y al poco tiempo la inquilina dejó de pagarlo. «Jamás me ha vuelto a pagar ni un solo euro», lamenta. La impotencia es doble porque además Pilar está pagando los gastos de la vivienda de su inquiokupa desde hace cinco años, como la comunidad, el IBI, el seguro de vivienda o el suministro de agua. La desesperación le llevó a decidir dejar de pagarle este último recibo. «Me cansé porque ya me parece que es una burla , es reírse de un propietario», explica ella. Para sorpresa de ella, tras ese paso el pasado diciembre le llegó un embargo de su cuenta, por importe de 88 euros, por impacto del recibo del agua del Ayuntamiento. Este mes se ha repetido la historia, con otro de 201 euros. «No lo veo justo porque esto es inhumano . Esto es insufrible ya, cinco años», se queja a COPE. De hecho, ella confiesa estar « indignadísima, muy cabreada » ante las situaciones actuales y al ver que se está «protegiendo a un puñado de jetas». Pilar incide, además, que por culpa de ellos muchos inquilinos honrados también están viendo dificultades para alquilar, y esto irá a más. Por todo ello, ella recomienda a otros que miren bien a quien se alquila cuando se alquila. En su caso, cree que hay «ninguna» opción para resolver el conflicto, que denunció hace tiempo: desde 2021 tiene una orden de desahucio pero la inquiokupa se declara vulnerable y está amparada por el decreto. «Ella se declara vulnerable porque se saben todos la misma canción. Esta canción se la tienen todos aprendida de memoria y dejan de pagar», lamenta la gallega.
