6 errores comunes que hay detrás de las puntas secas de las hojas de las plantas de interior

Decorar los interiores de la casa con plantas se puso de moda hace algunos años y sigue siendo tendencia, ya que son una excelente manera de llenar el hogar con vida, frescura y color. Eso sí, si te vuelves amante de la jardinería y de las plantas, debes comprometerte, ya que necesitan ser cuidadas con mimo y atención para estar siempre saludables y con buen aspecto.

Por ejemplo, un problema muy común que suele ocurrir en las plantas de interior, y que afecta tanto a su estética como a su salud si no se corrige con tiempo, es que las puntas de sus hojas se secan y empiezan a tornarse en un color entre amarillo y marrón. En la mayoría de los casos, es un problema fácil de solucionar con unos pequeños ajustes en sus cuidados diarios, como por ejemplo, evitando estos 6 errores.

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Errores que producen que las puntas de las hojas de las plantas se sequen

Las causas del secado de las puntas de las hojas de las plantas de interior pueden ser muchas, pero, principalmente, se deben a factores ambientales y a una serie de errores que se cometen durante sus cuidados. Para intentar que las puntas de las hojas de tus plantas no se sequen, te aconsejamos que dejes de hacer estas 6 cosas:

1. Proporcionarles un riego inadecuado

A las plantas les afecta tanto el exceso como la falta de agua, lo que quiere decir que, si no les proporcionas un riego adecuado, sus hojas podrían deshidratarse. Para que lo entiendas mejor: si riegas poco, la planta no tendrá suficiente agua para distribuirla por todas sus partes. En cambio, si riegas demasiado, las raíces pueden pudrirse y perder la capacidad de absorber los nutrientes esenciales.

2. Exposición a corrientes de aire y temperaturas extremas

Las plantas de interior son sensibles a los cambios bruscos de temperatura y a las corrientes de aire. Si están cerca de un radiador, un aire acondicionado o una ventana con corrientes de aire, es probable que sus hojas sufran deshidratación.

3. Raíces muy apretadas

Si sus raíces están muy apretadas, también puede ocasionar el secado de las puntas de las hojas de la planta. Esto quiere decir que has usado un macetero con unas medidas incorrectas para tu planta y sus raíces están muy compactadas. Por eso, además de elegir un macetero con las medidas adecuadas, también debes realizar trasplantes regulares y podar sus raíces para sanear su base.

4. Deficiencia de nutrientes

Cuando el sustrato es pobre en nutrientes, la planta no puede mantener un crecimiento saludable. La falta de elementos como el potasio y el magnesio puede reflejarse en hojas secas y debilitadas. 

5. Acumulación de sales y minerales en el sustrato

El agua del grifo suele contener cal y otras sales minerales que se acumulan en la tierra con el tiempo, condición que provoca que las raíces se saturen y no puedan absorber bien el agua. 

6. Falta de humedad ambiental

Por último, hay muchas plantas de interior, como el potos, la monstera o el ficus, que necesitan tener un nivel de humedad superior al 50%. Por eso, cuando el ambiente es demasiado seco, sus hojas pierden agua provocando el secado en sus bordes.

Cómo recuperar una planta con las puntas de las hojas secas

En cuanto detectes que las hojas de algunas de tus plantas de interior presentan puntitas marrones o, en el peor de los casos, ya están completamente marrones, no te preocupes: aún estás a tiempo de ayudarlas a recuperarse. Dándole algunos cuidados específicos, como los siguientes, notarás cómo, en pocas semanas, la planta mejora su apariencia y empieza a desarrollar nuevas hojas sanas:

1. Recorta las partes secas

Aunque las hojas con puntas secas no se regenerarán, sí que puedes cortar la parte afectada para mejorar la apariencia de la planta. Para ello, usa unas tijeras limpias y bien afiladas y haz un corte siguiendo la forma natural de la hoja, sin eliminar más de lo necesario. Si la hoja está completamente seca, lo mejor es que la retires por completo.

2. Ajusta el riego

Si la planta sufre sequedad en las hojas, también debes revisar su patrón de riego. Si la tierra está demasiado seca, comienza a regarla con más frecuencia, pero sin encharcar. Por el contrario, si la has estado regando en exceso, reduce la cantidad de agua que le echas y deja que el sustrato se seque un poco antes del siguiente riego.

3. Aumenta la humedad ambiental

Si la falta de humedad es la causa del problema, coloca un humidificador cerca de la planta o agrúpala con otras para crear un microclima más húmedo. También puedes usar el método del plato con agua y piedras debajo de la maceta para que el agua se evapore de forma natural.

4. Riega con agua de mejor calidad

Este punto es importante, especialmente si el agua de tu grifo es muy dura o tiene mucha cal. Siempre es mejor regar las plantas con agua filtrada, agua de lluvia o agua reposada.

5. Revisa la ubicación de la planta

Evita que la planta esté expuesta a corrientes de aire, calefactores o aire acondicionado. Un lugar con luz natural indirecta y temperaturas estables favorecerá su recuperación poco a poco. 

6. Aplica fertilizantes suaves

Un sustrato pobre en nutrientes puede hacer que la planta tenga hojas débiles. Por eso, intenta mejor aplicar un fertilizante líquido suave o humus de lombriz para fortalecerla y estimular su crecimiento.