3 poemas de Ernesto Cardenal

La obra del nicaragüense Ernesto Cardenal es de una importancia capital para entender las distintas encrucijadas históricas y estéticas por las que ha pasado la literatura en los últimos setenta años. Espasa celebra el centenario de su nacimiento publicando su Poesía completa. En Zenda reproducimos tres piezas de Poesía completa (Espasa), de Ernesto Cardenal. ***... Leer más La entrada 3 poemas de Ernesto Cardenal aparece primero en Zenda.

Feb 3, 2025 - 09:27
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3 poemas de Ernesto Cardenal

La obra del nicaragüense Ernesto Cardenal es de una importancia capital para entender las distintas encrucijadas históricas y estéticas por las que ha pasado la literatura en los últimos setenta años. Espasa celebra el centenario de su nacimiento publicando su Poesía completa.

En Zenda reproducimos tres piezas de Poesía completa (Espasa), de Ernesto Cardenal.

***

Ayer te vi en la calle, Myriam, y
te vi tan bella, Myriam, que
(¡cómo te explico qué bella te vi!)
ni tú, Myriam, te puedes ver tan bella ni
imaginar que puedas ser tan bella para mí.
Y tan bella te vi que me parece que
ninguna mujer es más bella que tú
ni ningún enamorado ve ninguna mujer
tan bella, Myriam, como yo te veo a ti
y ni tú misma, Myriam, eres quizás tan bella
¡porque no puede ser real tanta belleza!
como yo te vi de bella ayer en la calle,
o como hoy me parece, Myriam, que te vi.

(De Epigramas)

***

Detrás del monasterio, junto al camino,
existe un cementerio de cosas gastadas,
en donde yacen el hierro sarroso, pedazos
de loza, tubos quebrados, alambres retorcidos,
cajetillas de cigarrillos vacías, aserrín
y cinc, plástico envejecido, llantas rotas
esperando como nosotros la resurrección.

(De GETHSEMANI, KY)

*** 

Oración por Marilyn Monroe

Señor
recibe a esta muchacha conocida en toda la tierra con el nombre de
Marilyn Monroe
aunque ese no era su verdadero nombre
(pero Tú conoces su verdadero nombre, el de la huerfanita violada a
los 9 años
y la empleadita de tienda que a los 16 se había querido matar)
y que ahora se presenta ante Ti sin ningún maquillaje
sin su Agente de Prensa
sin fotógrafos y sin firmar autógrafos
sola como un astronauta frente a la noche espacial.
Ella soñó cuando niña que estaba desnuda en una iglesia
(segun cuenta el Time)
ante una multitud postrada, con las cabezas en el suelo
y tenía que caminar en puntillas para no pisar las cabezas.
Tú conoces nuestros sueños mejor que los psiquiatras.
Iglesia, casa, cueva, son la seguridad del seno materno
pero también algo más que eso…
Las cabezas son los admiradores, es claro
(la masa de cabezas en la oscuridad bajo el chorro de luz).
Pero el templo no son los estudios de la 20th Century-Fox.
El templo —de mármol y oro— es el templo de su cuerpo
en el que está el Hijo del Hombre con un látigo en la mano
expulsando a los mercaderes de la 20th Century-Fox
que hicieron de Tu casa de oración una cueva de ladrones.
Señor
en este mundo contaminado de pecados y radioactividad
Tú no culparás tan solo a una empleadita de tienda.
Que como toda empleadita de tienda soñó ser estrella de cine.
Y su sueño fue realidad (pero como la realidad del tecnicolor).
Ella no hizo sino actuar según el script que le dimos.
—El de nuestras propias vidas—. Y era un script absurdo.
Perdónala Señor y perdónanos a nosotros
por nuestra 20th Century
por esta Colosal Super-Producción en la que todos hemos trabajado.
Ella tenía hambre de amor y le ofrecimos tranquilizantes.
Para la tristeza de no ser santos
se le recomendó el Psicoanálisis.
Recuerda Señor su creciente pavor a la cámara
y el odio al maquillaje —insistiendo en maquillarse en cada escena—
y cómo se fue haciendo mayor el horror
y mayor la impuntualidad a los estudios.
Como toda empleadita de tienda
soñó ser estrella de cine.
Y su vida fue irreal como un sueño que un psiquiatra interpreta y
archiva.
Sus romances fueron un beso con los ojos cerrados
que cuando se abren los ojos
se descubre que fue bajo reflectores
¡y apagan los reflectores!
y desmontan las dos paredes del aposento (era un set
cinematográfico)
mientras el director se aleja con su libreta
porque la escena ya fue tomada.
O como un viaje en yate, un beso en Singapur, un baile en Río,
la recepción en la mansión del duque y la duquesa de Windsor
vistos en la salita del apartamento miserable.
La película terminó sin el beso final.
La hallaron muerta en su cama con la mano en el teléfono.
Y los detectives no supieron a quien iba a llamar.
Fue
como alguien que ha marcado el número de la única voz amiga
y oye tan solo la voz de un disco que le dice: WRONG NUMBER.
O como alguien que herido por los gángsters
alarga la mano a un teléfono desconectado.
Señor:
quienquiera que haya sido el que ella iba a llamar
y no llamó (y tal vez no era nadie
o era Alguien cuyo número no está en el Directorio de Los Ángeles)
¡contesta Tú el teléfono!

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Autor: Ernesto Cardenal. Título: Poesía completa. Editorial: Espasa. Venta: Todos tus libros.

BIO

Ernesto Cardenal (Granada, 1925 – Managua, 2020) fue poeta, sacerdote, escultor, teólogo y escritor, así como también ejerció de ministro de Cultura en Nicaragua entre 1979 y 1988; además fue miembro correspondiente de la Academia Mexicana de la Lengua (2010) y doctor Honoris Causa por la Universidad de Valencia (1987), la Universidad de Huelva (2013) y la Universidad de Valparaíso (2014). Asimismo, fue distinguido con los siguientes premios, entre otros: Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda (2009), Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (2012), Premio Internacional Pedro Henríquez Ureña (2014), Orden de la Independencia Cultural Rubén Darío —máxima distinción de su país— y el Premio Mario Benedetti (2018). Ha publicado, entre otros libros Hora 0 (1960), Gethsemani, Ky. y Salmos (1964), Oración por Marilyn Monroe y otros poemas (1965), El Estrecho Dudoso (1966), Homenaje a los indios americanos (1969), Vida en el amor (1970), Canto cósmico (1989) o Telescopio en la noche oscura (1993). También tres volúmenes dedicados a sus memorias: Vida perdida (1999), Las ínsulas extrañas (2002) y La revolución perdida.

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