Una antropóloga explica por qué los humanos no podemos evitar perder el tiempo en Internet
Vivimos pegados a nuestras pantallas. Es una realidad innegable, pero aplicar un pensamiento reduccionista y hacernos creer que este fenómeno solo se trata de una simple falta de autocontrol sería un error. Y es que detrás de nuestra dificultad para desconectar de las redes sociales hay un diseño intencionado que nos mantiene atrapados. La antropóloga y autora Natasha Schüll ha analizado este fenómeno y ha explicado en el podcast "Terms of Service" de CNN por qué es tan complicado dejar de deslizar y hacer clic. Aunque plataformas como X, Instagram o TikTok se autodenominan "redes sociales", esta etiqueta puede resultar engañosa. Según Schüll, el acto de navegar en estas aplicaciones es mayoritariamente solitario. La mirada está fija en la pantalla, se interactúa con una máquina, no con una persona. A diferencia de las conversaciones cara a cara, donde existen señales sociales que indican cuándo hacer una pausa o terminar la interacción, en el mundo digital estos límites desaparecen. De redes sociales a casinos: mecanismos muy similares El desplazamiento infinito refuerza esta falta de interrupciones. No hay un punto natural para detenerse, cada acción lleva a otra en una cadena continua. Esta dinámica está diseñada para maximizar el tiempo de permanencia en la aplicación, de forma similar a lo que ocurre en los casinos. Schüll, especialista en adicciones, ha estudiado durante años los salones de juego y sus mecanismos de retención. Para ella, las estrategias de los casinos y las redes sociales son sorprendentemente similares. Ambos espacios están diseñados para que los usuarios permanezcan el mayor tiempo posible, explotando debilidades psicológicas mediante pequeñas manipulaciones. En Genbeta Los bots en redes sociales ya no son el enemigo a batir: Meta quiere llenar Facebook de IA. "¿Para compensar la pérdida de usuarios"? Un ejemplo llamativo en los casinos es la ausencia de ángulos rectos en las alfombras, lo que evita que los jugadores perciban una división clara en el espacio y tomen la decisión de marcharse. En las redes sociales, el principio es el mismo: todo es fluido, no hay cortes, se desliza y se explora sin un fin definido. Sin embargo, el término "adicción" sigue siendo debatido en este contexto. Schüll prefiere hablar de un espectro de dependencia. No todos los usuarios sufren una adicción clínica, pero muchos sienten la imposibilidad de dejar de navegar a pesar de querer hacerlo. La gran diferencia con otras adicciones es su invisibilidad. Mientras que el abuso del alcohol es evidente para el entorno, el desplazamiento sin fin en una pantalla puede pasar desapercibido incluso para la propia persona. Romper este ciclo es posible, pero requiere esfuerzo y estrategias que interrumpan la automática tendencia a abrir una aplicación. Una técnica efectiva es la introducción de "fricciones", es decir, pequeños obstáculos que obliguen a la persona a ser consciente de su uso. Algunas opciones incluyen alejar las aplicaciones de la pantalla principal del móvil o guardarlas en carpetas poco accesibles. Otra estrategia es establecer temporizadores antes de abrir una aplicación para limitar el tiempo de uso. También existen aplicaciones que introducen pausas, como mostrar una ventana emergente antes de acceder a redes sociales o retrasar la apertura de la app unos segundos. A pesar de la utilidad de estas técnicas, el problema fundamental radica en la estructura misma de las plataformas. En el sector del juego existen regulaciones que buscan limitar las pérdidas económicas de los jugadores, pero en el mundo digital las normativas para alejar a los usuarios de un consumo excesivo de redes pueden parecer insuficientes para algunos. Imagen de portada | Eddy Billard Vía | JeuxVideo En Genbeta | La Generación Z tiene un problema real: necesita muchísimo más dinero que sus padres y que los millenials para vivir bien - La noticia Una antropóloga explica por qué los humanos no podemos evitar perder el tiempo en Internet fue publicada originalmente en Genbeta por Antonio Vallejo .
Vivimos pegados a nuestras pantallas. Es una realidad innegable, pero aplicar un pensamiento reduccionista y hacernos creer que este fenómeno solo se trata de una simple falta de autocontrol sería un error. Y es que detrás de nuestra dificultad para desconectar de las redes sociales hay un diseño intencionado que nos mantiene atrapados. La antropóloga y autora Natasha Schüll ha analizado este fenómeno y ha explicado en el podcast "Terms of Service" de CNN por qué es tan complicado dejar de deslizar y hacer clic.
Aunque plataformas como X, Instagram o TikTok se autodenominan "redes sociales", esta etiqueta puede resultar engañosa. Según Schüll, el acto de navegar en estas aplicaciones es mayoritariamente solitario. La mirada está fija en la pantalla, se interactúa con una máquina, no con una persona. A diferencia de las conversaciones cara a cara, donde existen señales sociales que indican cuándo hacer una pausa o terminar la interacción, en el mundo digital estos límites desaparecen.
De redes sociales a casinos: mecanismos muy similares
El desplazamiento infinito refuerza esta falta de interrupciones. No hay un punto natural para detenerse, cada acción lleva a otra en una cadena continua. Esta dinámica está diseñada para maximizar el tiempo de permanencia en la aplicación, de forma similar a lo que ocurre en los casinos.
Schüll, especialista en adicciones, ha estudiado durante años los salones de juego y sus mecanismos de retención. Para ella, las estrategias de los casinos y las redes sociales son sorprendentemente similares. Ambos espacios están diseñados para que los usuarios permanezcan el mayor tiempo posible, explotando debilidades psicológicas mediante pequeñas manipulaciones.
Un ejemplo llamativo en los casinos es la ausencia de ángulos rectos en las alfombras, lo que evita que los jugadores perciban una división clara en el espacio y tomen la decisión de marcharse. En las redes sociales, el principio es el mismo: todo es fluido, no hay cortes, se desliza y se explora sin un fin definido.
Sin embargo, el término "adicción" sigue siendo debatido en este contexto. Schüll prefiere hablar de un espectro de dependencia. No todos los usuarios sufren una adicción clínica, pero muchos sienten la imposibilidad de dejar de navegar a pesar de querer hacerlo. La gran diferencia con otras adicciones es su invisibilidad. Mientras que el abuso del alcohol es evidente para el entorno, el desplazamiento sin fin en una pantalla puede pasar desapercibido incluso para la propia persona.
Romper este ciclo es posible, pero requiere esfuerzo y estrategias que interrumpan la automática tendencia a abrir una aplicación. Una técnica efectiva es la introducción de "fricciones", es decir, pequeños obstáculos que obliguen a la persona a ser consciente de su uso. Algunas opciones incluyen alejar las aplicaciones de la pantalla principal del móvil o guardarlas en carpetas poco accesibles. Otra estrategia es establecer temporizadores antes de abrir una aplicación para limitar el tiempo de uso. También existen aplicaciones que introducen pausas, como mostrar una ventana emergente antes de acceder a redes sociales o retrasar la apertura de la app unos segundos.
A pesar de la utilidad de estas técnicas, el problema fundamental radica en la estructura misma de las plataformas. En el sector del juego existen regulaciones que buscan limitar las pérdidas económicas de los jugadores, pero en el mundo digital las normativas para alejar a los usuarios de un consumo excesivo de redes pueden parecer insuficientes para algunos.
Imagen de portada | Eddy Billard
Vía | JeuxVideo
-
La noticia
Una antropóloga explica por qué los humanos no podemos evitar perder el tiempo en Internet
fue publicada originalmente en
Genbeta
por
Antonio Vallejo
.