Un bosque milenario y un laberinto de roca y dólmenes en esta ruta de senderismo por el País Vasco

La Ruta del Laberinto del Arno, en la Sierra de Entzia, ofrece un paisaje en el que la naturaleza más salvaje y nuestro pasado se dan de la manoDos paraísos en uno: Peñíscola y el Parque Natural de la Sierra de Irta Si por algo destaca el norte de España, y en este caso el País Vasco, es por su naturaleza salvaje y sus paisajes, repletos de rincones donde perdernos y disfrutar de actividades al aire libre en cualquier época del año. En la provincia de Álava, la más occidental del País Vasco y alejada de la costa, encontramos parajes espectaculares, como la Ruta del Laberinto del Arno, en la Sierra de Entzia. Una ruta que transcurre entre bosques milenarios repletos de hayas, rocas que conforman laberintos y antiguos dólmenes esculpidos a lo largo de cientos de años. Si eres de los que disfrutan haciendo senderismo, no te puedes perder una aventura que te teletransporta directamente a un pasado prehistórico, uniendo naturaleza e historia en un mismo escenario. La Ruta del Laberinto del Arno es una ruta bastante sencilla, que se puede hacer en familia, aunque si prefieres complicarte un poco más o se te queda corta la versión más básica también hay otras variantes. El sendero tiene unos 6 kilómetros de distancia contando ida y vuelta y unos 80 metros de desnivel. El Puerto de Opakua es el punto de origen y la distancia total se puede hacer en unas dos o tres horas, según el ritmo que le imprimas al paseo. Desde el Puerto de Opakua todavía podemos seguir en coche unos 2,5 kilómetros hasta el Parking de los Alemanes, que se llama así por un grupo de ingenieros de esa nacionalidad que intentó encontrar petróleo en la zona (sin éxito) en los años 60. Desde la explanada del aparcamiento hay una entrada que lleva a la Charca de Iturbatz (situada a unos 300 metros) a través de una pista forestal. Desde la charca el sendero se ensancha y es fácil encontrar caballos pastando libremente. Desde el embalse -punto de encuentro de ganado, animales salvajes y aves migratorias- cogeremos un sendero que nos dirigirá hasta el Laberinto del Arno, atravensando un puente y la Fuente de Iturbatz. Es a partir de este punto en el que el bosque de pinos deja paso al de hayas y al paisaje kárstico. Vamos a ir caminando de forma paralela al río. El Laberinto del Arno se encuentra a 1,5 kilómetros. Para evitar desorientarnos no debemos abandonar el sendero. Muy cerca está el Arco de Zalamportillo, pero tendrás que fijarte bien para no perdértelo porque está mimetizado con el entorno. Como punto de referencia, puedes tomar un antiguo refugio de pastores. El laberinto se encuentra a unos 50 metros de la edificación. Desde el arco volveremos al punto de partida por el mismo recorrido. Caballos pastando libremente en la zona Si no has tenido la oportunidad de visitar hasta ahora un paisaje kárstico, esta zona de la Sierra de Entzia no te dejará indiferente. Los paisajes kársticos se caracterizan por sus formaciones rocosas de calizas y dolomías, formadas por minerales solubles al agua, y que el paso del tiempo y la acción del viento y el agua se ha encargado de esculpir con un sinfín de formas, pasadizos, grietas y callejones, que en este caso dan lugar al Laberinto del Arno. Un paisaje de cuento El Laberinto del Arno, junto al Arco de Zalamportillo, hacen que estos paisajes parezcan sacados directamente de un cuento de otro tiempo. Además, a lo largo del recorrido, dan fe de la presencia de pobladores prehistóricos los dólmenes y crómlech, monumentos megalíticos, que vamos encontrando por el camino: construcciones de piedras verticales o en forma de círculos que utilizaban como enterramientos. El más conocido es el Crómlech de Mendiluze, que descubrió en las campas de Legaire, en el año 1983, Isidro S. de Urturi. “Se trata de un círculo de piedras pequeñas en las que sobresalen cuatro grandes menhires, en él encontraron una estructura

Jan 23, 2025 - 13:24
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Un bosque milenario y un laberinto de roca y dólmenes en esta ruta de senderismo por el País Vasco

Un bosque milenario y un laberinto de roca y dólmenes en esta ruta de senderismo por el País Vasco

La Ruta del Laberinto del Arno, en la Sierra de Entzia, ofrece un paisaje en el que la naturaleza más salvaje y nuestro pasado se dan de la mano

Dos paraísos en uno: Peñíscola y el Parque Natural de la Sierra de Irta

Si por algo destaca el norte de España, y en este caso el País Vasco, es por su naturaleza salvaje y sus paisajes, repletos de rincones donde perdernos y disfrutar de actividades al aire libre en cualquier época del año. En la provincia de Álava, la más occidental del País Vasco y alejada de la costa, encontramos parajes espectaculares, como la Ruta del Laberinto del Arno, en la Sierra de Entzia.

Una ruta que transcurre entre bosques milenarios repletos de hayas, rocas que conforman laberintos y antiguos dólmenes esculpidos a lo largo de cientos de años. Si eres de los que disfrutan haciendo senderismo, no te puedes perder una aventura que te teletransporta directamente a un pasado prehistórico, uniendo naturaleza e historia en un mismo escenario.

La Ruta del Laberinto del Arno es una ruta bastante sencilla, que se puede hacer en familia, aunque si prefieres complicarte un poco más o se te queda corta la versión más básica también hay otras variantes. El sendero tiene unos 6 kilómetros de distancia contando ida y vuelta y unos 80 metros de desnivel. El Puerto de Opakua es el punto de origen y la distancia total se puede hacer en unas dos o tres horas, según el ritmo que le imprimas al paseo.

Desde el Puerto de Opakua todavía podemos seguir en coche unos 2,5 kilómetros hasta el Parking de los Alemanes, que se llama así por un grupo de ingenieros de esa nacionalidad que intentó encontrar petróleo en la zona (sin éxito) en los años 60.

Desde la explanada del aparcamiento hay una entrada que lleva a la Charca de Iturbatz (situada a unos 300 metros) a través de una pista forestal. Desde la charca el sendero se ensancha y es fácil encontrar caballos pastando libremente. Desde el embalse -punto de encuentro de ganado, animales salvajes y aves migratorias- cogeremos un sendero que nos dirigirá hasta el Laberinto del Arno, atravensando un puente y la Fuente de Iturbatz. Es a partir de este punto en el que el bosque de pinos deja paso al de hayas y al paisaje kárstico. Vamos a ir caminando de forma paralela al río.

El Laberinto del Arno se encuentra a 1,5 kilómetros. Para evitar desorientarnos no debemos abandonar el sendero. Muy cerca está el Arco de Zalamportillo, pero tendrás que fijarte bien para no perdértelo porque está mimetizado con el entorno. Como punto de referencia, puedes tomar un antiguo refugio de pastores. El laberinto se encuentra a unos 50 metros de la edificación. Desde el arco volveremos al punto de partida por el mismo recorrido.

Caballos pastando libremente en la zona

Si no has tenido la oportunidad de visitar hasta ahora un paisaje kárstico, esta zona de la Sierra de Entzia no te dejará indiferente. Los paisajes kársticos se caracterizan por sus formaciones rocosas de calizas y dolomías, formadas por minerales solubles al agua, y que el paso del tiempo y la acción del viento y el agua se ha encargado de esculpir con un sinfín de formas, pasadizos, grietas y callejones, que en este caso dan lugar al Laberinto del Arno.

Un paisaje de cuento

El Laberinto del Arno, junto al Arco de Zalamportillo, hacen que estos paisajes parezcan sacados directamente de un cuento de otro tiempo. Además, a lo largo del recorrido, dan fe de la presencia de pobladores prehistóricos los dólmenes y crómlech, monumentos megalíticos, que vamos encontrando por el camino: construcciones de piedras verticales o en forma de círculos que utilizaban como enterramientos.

El más conocido es el Crómlech de Mendiluze, que descubrió en las campas de Legaire, en el año 1983, Isidro S. de Urturi. “Se trata de un círculo de piedras pequeñas en las que sobresalen cuatro grandes menhires, en él encontraron una estructura interna a la manera de cista rectangular que contenía restos de huesos y carbones”, explican desde la web de la Cuadrilla de la Llanada Alavesa.

Crómlech de Mendiluze

Data de la Edad de Bronce y la Edad de Hierro (aprox. 1000 años a.C.), por lo que tiene cerca de 2.700 años y se cree que pertenecen a los pastores que conducían su ganado por esos montes.

A lo largo de la ruta vamos a atravesar también un bosque de hayas centenarias. Estos árboles alcanzan hasta 40 metros de altura y nos proveen de una sombra muy agradable durante los meses más calurosos, mientras que en otoño ofrecen una imagen espectacular con sus hojas formando un manto dorado y rojizo que cubre por completo el suelo.

La Sierra de Entzia cuenta con casi 5.000 hectáreas en la parte nororiental de la provincia de Álava. Destacan entre sus crestas calcáreas las cimas de Legunbe (1.127 m), Ballo (1.197 m) y Arrigorrista (1.143 m). Desde el Puerto de Opakua -desde el que empezamos la ruta- podemos visitar un mirador y también las poblaciones de Róitegui y Onraita, que son las que están más elevadas de toda la provincia.

Muy cerca podemos hacer una parada también en el barranco de Igoroin, en el arroyo Musitu, rodeado de bosque y en el que todavía “se pueden observar los restos del antiguo poblado de Igoroin, una de las aldeas desaparecidas del real valle de Laminoria”, informan en la página web del Gobierno Vasco.

Si te gusta el turismo activo, esta zona es ideal para practicar muchas actividades como el barranquismo, la escalada, el rappel, o el puenting, hacer rutas en bicicleta de montaña o paseos en avioneta, espeleología, parapente biplaza o piragüismo.

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