Spotify es rentable por primera vez en 16 años mientras vive su mayor crisis con los artistas. Y le van a crecer más los enanos

Spotify ha conseguido que 2024 se haya convertido en el primer año que cierra con beneficios desde la fundación de la plataforma en 2006. 477 millones de euros en ganancias operativas y un margen bruto récord del 32,2%. Esto ha sido posible no solo por los cambios en su política de regalías, sino también por su diversificación en nuevos formatos de contenido. Y lo ha logrado dejando de ser una mera plataforma de música: su ecosistema ahora incluye 6,5 millones de pódcasts, 330.000 videopódcasts y 350.000 audiolibros. Más de 270 millones de usuarios consumen contenido en video dentro de la plataforma, reduciendo la dependencia de la empresa en el pago de regalías musicales. Además, los cambios en su estrategia de monetización han resultado clave para su rentabilidad... pero también llevan meses generando polémicas, y no parece que vayan a extinguirse a corto plazo. Aunque para valorar dicha estrategia, hay que tener en cuenta que se compone de tres modelos completamente distintos, según el tipo de contenido... 1. Monetizando música En el campo de la música, Spotify opera bajo una combinación de suscripción y publicidad. Los usuarios pueden optar por una suscripción mensual que les permite acceder a un servicio sin anuncios y con mayor calidad de audio. De estos ingresos, Spotify distribuye un porcentaje a los titulares de derecho. En el caso de los usuarios que no pagan la suscripción, Spotify también financia la reproducción de música mediante anuncios: cada vez que se reproduce una canción, se genera un pequeño ingreso por publicidad, que también se reparte entre los titulares de los derechos. Sin embargo, este porcentaje es menor en comparación con el procedente de los usuarios premium. Un golpe a los artistas emergentes En un movimiento sin precedentes, Spotify implementa desde el 1 de abril de 2024 un nuevo modelo de monetización en el que la plataforma exige que una canción alcance al menos 1.000 reproducciones anuales para generar regalías, un cambio que ha generado un intenso debate entre artistas, sellos discográficos y expertos del sector. Spotify justificó esta decisión argumentando que busca redistribuir mejor los ingresos generados por el streaming y combatir prácticas fraudulentas. Según la empresa, más de 40 millones de dólares anuales se perdían en microtransacciones de pocos céntimos, que ni siquiera llegaban a los artistas debido a los mínimos de retiro establecidos por las distribuidoras y las tarifas bancarias. Sin embargo, esta medida ha sido criticada por artistas independientes y pequeños creadores que argumentan que se les está privando de ingresos que, aunque mínimos, podrían representar una fuente de motivación y reconocimiento. En Genbeta Lavar dinero negro usando Spotify: así es el entramado de las bandas criminales suecas que está saliendo a la luz Denis Ladegaillerie, CEO de Believe (empresa matriz de TuneCore), cuestionó la decisión: "¿Qué mensaje enviamos a los nuevos artistas si no reciben ninguna compensación hasta superar un umbral de reproducciones?". El gran interrogante es si esta política se mantendrá en 1.000 reproducciones o si en el futuro optará incluso por elevar ese umbral, como especulan algunos críticos. De ser así, el acceso a ingresos por streaming podría volverse aún más restrictivo. La batalla contra el fraude y la saturación del catálogo Otra de las razones tras este cambio es la lucha contra el fraude en el streaming. Spotify ha detectado que muchos "actores maliciosos" suben enormes cantidades de pistas de ruido blanco, efectos de sonido o audios cortos con el único objetivo de acumular millones de pequeñas reproducciones y generar ingresos sin aportar valor artístico real. Con el nuevo umbral de reproducciones y la decisión de valorar los streams de ruido a una fracción del valor de las canciones, Spotify busca frenar estas prácticas. Además, la plataforma ahora impone una duración mínima de dos minutos para las pistas de ruido, reduciendo así las oportunidades de explotar el sistema con audios breves reproducidos en bucle. Según explican desde Spotify, "El objetivo es garantizar que los ingresos se dirijan a artistas que realmente dependen del streaming para su sustento". 2. Monetizando pódcasts El negocio de los pódcast en Spotify tiene una estructura distinta. En primer lugar, la plataforma no comparte con los creadores de pódcast una parte de los ingresos provenientes de suscriptores premium, lo que genera críticas dentro de la industria: muchos podcasters consideran que deberían recibir una fracción de estos ingresos, al igual que los músicos. Spotify ha roto el modelo abierto tradicional del ecosistema pódcast para promover otro más cerrado, pagando además millones a grandes podcasters para mantener su exclusividad Los usuarios también tienen quejas Además, los usuarios premium, que pagan para evitar

Feb 7, 2025 - 22:15
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Spotify es rentable por primera vez en 16 años mientras vive su mayor crisis con los artistas. Y le van a crecer más los enanos

Spotify es rentable por primera vez en 16 años mientras vive su mayor crisis con los artistas. Y le van a crecer más los enanos

Spotify ha conseguido que 2024 se haya convertido en el primer año que cierra con beneficios desde la fundación de la plataforma en 2006. 477 millones de euros en ganancias operativas y un margen bruto récord del 32,2%. Esto ha sido posible no solo por los cambios en su política de regalías, sino también por su diversificación en nuevos formatos de contenido.

Y lo ha logrado dejando de ser una mera plataforma de música: su ecosistema ahora incluye 6,5 millones de pódcasts, 330.000 videopódcasts y 350.000 audiolibros. Más de 270 millones de usuarios consumen contenido en video dentro de la plataforma, reduciendo la dependencia de la empresa en el pago de regalías musicales.

Además, los cambios en su estrategia de monetización han resultado clave para su rentabilidad... pero también llevan meses generando polémicas, y no parece que vayan a extinguirse a corto plazo.

Spotify Datos

Aunque para valorar dicha estrategia, hay que tener en cuenta que se compone de tres modelos completamente distintos, según el tipo de contenido...

1. Monetizando música

En el campo de la música, Spotify opera bajo una combinación de suscripción y publicidad. Los usuarios pueden optar por una suscripción mensual que les permite acceder a un servicio sin anuncios y con mayor calidad de audio. De estos ingresos, Spotify distribuye un porcentaje a los titulares de derecho.

En el caso de los usuarios que no pagan la suscripción, Spotify también financia la reproducción de música mediante anuncios: cada vez que se reproduce una canción, se genera un pequeño ingreso por publicidad, que también se reparte entre los titulares de los derechos. Sin embargo, este porcentaje es menor en comparación con el procedente de los usuarios premium.

Un golpe a los artistas emergentes

En un movimiento sin precedentes, Spotify implementa desde el 1 de abril de 2024 un nuevo modelo de monetización en el que la plataforma exige que una canción alcance al menos 1.000 reproducciones anuales para generar regalías, un cambio que ha generado un intenso debate entre artistas, sellos discográficos y expertos del sector.

Spotify justificó esta decisión argumentando que busca redistribuir mejor los ingresos generados por el streaming y combatir prácticas fraudulentas. Según la empresa, más de 40 millones de dólares anuales se perdían en microtransacciones de pocos céntimos, que ni siquiera llegaban a los artistas debido a los mínimos de retiro establecidos por las distribuidoras y las tarifas bancarias.

Sin embargo, esta medida ha sido criticada por artistas independientes y pequeños creadores que argumentan que se les está privando de ingresos que, aunque mínimos, podrían representar una fuente de motivación y reconocimiento.

Denis Ladegaillerie, CEO de Believe (empresa matriz de TuneCore), cuestionó la decisión:

"¿Qué mensaje enviamos a los nuevos artistas si no reciben ninguna compensación hasta superar un umbral de reproducciones?".

El gran interrogante es si esta política se mantendrá en 1.000 reproducciones o si en el futuro optará incluso por elevar ese umbral, como especulan algunos críticos. De ser así, el acceso a ingresos por streaming podría volverse aún más restrictivo.

La batalla contra el fraude y la saturación del catálogo

Otra de las razones tras este cambio es la lucha contra el fraude en el streaming. Spotify ha detectado que muchos "actores maliciosos" suben enormes cantidades de pistas de ruido blanco, efectos de sonido o audios cortos con el único objetivo de acumular millones de pequeñas reproducciones y generar ingresos sin aportar valor artístico real. Con el nuevo umbral de reproducciones y la decisión de valorar los streams de ruido a una fracción del valor de las canciones, Spotify busca frenar estas prácticas.

Además, la plataforma ahora impone una duración mínima de dos minutos para las pistas de ruido, reduciendo así las oportunidades de explotar el sistema con audios breves reproducidos en bucle. Según explican desde Spotify,

"El objetivo es garantizar que los ingresos se dirijan a artistas que realmente dependen del streaming para su sustento".

2. Monetizando pódcasts

El negocio de los pódcast en Spotify tiene una estructura distinta. En primer lugar, la plataforma no comparte con los creadores de pódcast una parte de los ingresos provenientes de suscriptores premium, lo que genera críticas dentro de la industria: muchos podcasters consideran que deberían recibir una fracción de estos ingresos, al igual que los músicos.

Spotify ha roto el modelo abierto tradicional del ecosistema pódcast para promover otro más cerrado, pagando además millones a grandes podcasters para mantener su exclusividad

Los usuarios también tienen quejas

Además, los usuarios premium, que pagan para evitar anuncios en la música, se sorprenden al encontrar publicidad en los pódcast. Esto se debe a que, en muchos casos, estos anuncios son insertados directamente por los creadores en los archivos de audio, ya sea como menciones nativas o como anuncios dinámicos que se agregan en el momento de servir el contenido. Spotify no controla ni obtiene ingresos de estos anuncios, lo que genera confusión entre los usuarios.

Otro problema para los podcasters

Otro aspecto que complica la relación entre Spotify y los creadores de pódcast es la manera en que la plataforma aloja los episodios. Tradicionalmente, los pódcast se distribuyen a través de feeds RSS, lo que permite a los creadores alojar sus archivos en sus propios servidores y actualizar anuncios de manera dinámica.

Sin embargo, Spotify descarga y aloja el contenido en sus propios servidores, lo que impide a los podcasters modificar los anuncios o personalizar la experiencia según la ubicación del oyente. Esto supone una desventaja con respecto a otras plataformas de pódcast tradicionales, donde cada reproducción puede incluir anuncios geolocalizados o específicos para cada audiencia.

3. Monetizando libros

Spotify monetiza los audiolibros principalmente a través de su servicio de suscripción Premium. En ciertos planes Premium, como Individual, Familiar (solo para el titular del plan) y Duo (solo para el titular del plan), se incluyen horas mensuales de reproducción de audiolibros sin costo adicional. Si los usuarios agotan este tiempo, tienen la opción de comprar horas adicionales o adquirir audiolibros de forma individual.

Caos: cada editorial es un mundo

Luego, Spotify compensa a los autores y propietarios de audiolibros en función de los acuerdos de licencia establecidos con las editoriales. Generalmente, la remuneración es proporcional a la cantidad de tiempo que los usuarios dedican a escuchar cada título, pero en otros casos, los autores reciben la regalía completa solo si los usuarios terminan el libro.

Pero cada acuerdo es un mundo: en el establecido con la editorial Macmillan, se acumula el tiempo de escucha de varios usuarios hasta completar la duración total del libro, momento en el cual se realiza el pago completo al autor.

Este modelo de compensación ha generado preocupaciones entre los autores y organizaciones como la Sociedad de Autores del Reino Unido, que argumentan que la falta de claridad dificulta evaluar el impacto real en los ingresos de los autores y se preguntan si este modelo podría reducir sus ganancias en comparación con las ventas tradicionales de audiolibros.

¿Qué depara el futuro de Spotify para los artistas y la industria?

Mientras tanto, Spotify sigue apostando por un modelo más amplio y diversificado, buscando consolidarse como un ecosistema de creadores de contenido, al estilo de YouTube. Con una competencia feroz de plataformas como TikTok, Apple Music y YouTube en el terreno del audio, la empresa sueca parece haber encontrado una vía para sostener su crecimiento sin depender exclusivamente de la música.

Imagen | Marcos Merino mediante IA

En Genbeta | Spotify tiene un problema: hay miles de álbumes falsos cada mes, y los artistas reales no pueden eliminarlos de sus perfiles

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La noticia Spotify es rentable por primera vez en 16 años mientras vive su mayor crisis con los artistas. Y le van a crecer más los enanos fue publicada originalmente en Genbeta por Marcos Merino .