Los Nuevos Titanes 5: La boda de Donna Troy

¡Volvemos a contaros las aventuras de los Titanes! Ante la falta de novedades deceítas (guiño guiño), volvamos a disfrutar de los clásicos de hoy y siempre de la mano del mejor supergrupo del mundo

Feb 4, 2025 - 01:03
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Los Nuevos Titanes 5: La boda de Donna Troy

Edición original: Tales of the Teen Titans Annual núm. 3, Tales of The New Teen Titans núms. 45-56 USA
Edición nacional/España: ECC Ediciones
Guion:Marv Wolfman
Dibujo:George Pérez, Carmine Infantino, Mike DeCarlo, Rich Buckler, Steve Rude, Chuck Patton
Color:Adrienne Roy
Traducción:Felip Tobar Pastor, Francisco San Rafael Simó, Miguel Plaza
Formato: 360 páginas. A color. Cartoné.
Precio:37.50 €

Boda, funeral y juicio

«Estamos aquí reunidos…»

Tras una larga pausa de Titanes, por fin volvemos para contaros las aventuras del mejor supergrupo de los 80 (muchos rabiarán con esta frase, lo sé, desde vengativos a patrulleros, desde legionarios a las tropas de Jan, pero es lo que hay). Aunque debo admitir que el presente volumen es el del bajonazo. Recordemos que en el tomo anterior la serie llegó a uno de sus puntos álgidos con el Contrato de Judas, palabras mayores.

Bueno, tampoco tan álgido porque la difunta ECC tuvo la feliz idea de dejarnos sin el final (que no sin la portada de éste), correspondiente al tercer anual de la colección. Un colofón a la altura pero que sin embargo peca de cierto infantilismo respecto al resto de la saga. Habíamos pasado por revelaciones epatantes, episodios contados a estilo thriller y hasta un paseo por el pasado para, precisamente, darle más enjundia al episodio final.

Y éste desde luego es trepidante y tiene sus buenas dosis de drama, pero sus costuras empiezan por un George Pérez algo quemado después de sus increíbles do de pecho precedentes (hay alguna splash-page de lujo, pero sin la armoniosa composición que gozaron las de los primeros episodios) y un Marv Wolfman que usa el necesario pero descarado “no mato a los héroes porque tal y así puedo explicar mi plan final” del enemigo.

Con todo y con eso, la incursión secreta de Nightwing y Jericho (por cierto, que no comentamos la última vez lo horterísima que era Pérez diseñando trajes masculinos), el encontronazo de este último con su padre Deathstroke y, por supuesto, la trágica e inevitable (y algo deus ex machina) muerte de Terra hacen de este especial justo merecedor de cerrar esta saga de lujo ochentero.

A partir de ahí hacía falta una cierta pausa o ligereza argumental de camino a la boda que ya anuncia la portada del tomo, aunque Wolfman decide que ha abusado de organización maléfica en la sombra (la cual llevaba dando tumbos ¡desde el número 2 de la colección!) y pisa el acelerador para rematarla. Sin embargo, Pérez sí que renuncia a seguir dándolo todo y, aunque realiza el abocetado, los acabados son obra de un competente y detallista (pero menos grácil) Mike DeCarlo.

¿He dicho renuncia? ¡Aquí está la liosa “trampa” Baxter! Ese mismo mes de agosto de 1984 se iniciaba la estrategia comercial de DC para aprovechar el éxito de sus series más punteras, el papel de lujo llamado Baxter para venderlas en el “Mercado Directo” (a tienda especializada sin aceptar devoluciones). Por lo que tanto Titanes como la Legión de Superhéroes obtuvieron segunda serie que, para no competir con su propia serie madre, se adelantaba 6 meses en el futuro (cuando las series de quiosco en papel normal alcanzaron a las Baxter, reeditaron el material de éstas, para que los compradores habituales de ese tipo de tienda no se quedaran sin su serie favorita). Otras colecciones más adultas como Omega Men o Vigilante también se harían con el Baxter, pero sin añadir nueva serie ni cambiar numeración, y además se aprovecharía para reediciones de clásicos.

Esto se traduce en que el dúo maravilla estaba lanzando otra serie a la vez, el volumen 2 de los Nuevos Titanes, lo que podría ser un dolor de cabeza para Wolfman, pero seguro era un ritmo demencial para Pérez. Ese nuevo comienzo para dentro de 6 meses (el cual veremos en el siguiente tomo, a partir de donde Tales of the New Titans serían todo reprints) se trata de la impresionante vuelta de Trigón, con lo que el “descanso” de Pérez en la serie madre está más que merecido.

En todo caso, volviendo al “presente” (TotNT 45), el dibujante nos deja una de sus portadacas de quitar el hipo, que además sirve de primera viñeta del cómic. En ella parecen Aqualad y Aquagirl, curiosamente el primero recibe al fin nombre propio, Garth, cortesía de un Wolfman empeñado en añadir cierta cotidianeidad a un cómic de fantásticas aventuras. Y no lo digo por decir, ya que en esta saga veremos un claro ejemplo de esta modernidad (por entonces) con el rol reservado a la lideresa de los maléficos H.I.V.E.

Que cachondeo papa

Disfrutamos de otros tejemanejes interesantes, como la despedida de soltero de Terry, el viaje a la oscuridad de Raven (que desembocará dentro de 6 meses), el reencuentro de Victor con sus peculiares abuelos o las dudas existenciales de Gar tras la traición y pérdida de Terra. Pero el grueso de esta nueva saga es el golpe final a H.I.V.E., la cual pretende destruir Atlantis (tal como se intuía en el anual). Pero lo más curioso es, como decía, la pátina de realidad que por fin se le aporta a la organización con el nombre más rebuscado del mundo (por hacer coincidir las siglas parece sacado de la mente de Ibañez).

Algunos secundarios que por falta de nivel dentro de la organización se sienten capaces de traicionarla ya nos dan una pista, o darle nombre propio, y viejuno, a otros (profesor Torgo), pero la palma se la lleva la jefa. Ésta se comporta de manera ridícula, cruel y cínica, y comete errores como cualquier ser humano, admitiendo que nunca debería haber terminado con su marido, el líder precedente. Me da pena que para ello se aproveche el hecho de que sea una mujer, por el claro tufo machista que conlleva (estos números en general tienen escenas sonrojantes a rabiar con la excusa de la boda), pero hay que admitir que provoca un tono sin precedentes para este tipo de organizaciones implacables.

Después del finiquito de H.I.V.E. (que confirman, por cierto, Lyla y el Monitor, y que sería prácticamente definitivo hasta que la resucitaran Grayson y Buckingham es sus deliciosos Titanes) Pérez se queda sólo para las portadas. Pero si el substituto para el TotNT 48 es un joven Steve Rude, tampoco pasa nada. El co-creador de Nexus, aunque verde, nos regala sus expresivos rostros, sus suaves volúmenes de sombreado característico, sus viñetas sobrecargadas de detalles… (si, lo adoro). Mientras que Wolfman para ese mismo número se dedica a homenajear con un falso cruce a los DNAgents de Evanier y Meugniot que publicaba Eclipse.

El siguiente episodio también tendría invitado especial, nada menos que Carmine Infantino. Como siempre experimentando y creando tantos odios como amores, suerte que yo me encuentro entre los segundos. Una historia de relax previa al bodorrio a cargo del miembro más despegado del grupo, Kid Flash, que es consciente de la enfermedad que le está matando. Como curiosidad, sale Flash, el cual se encuentra en mitad de su propio juicio por el asesinato del Dr Zoom.

Y por fin llegamos al especial del número 50 ¿Qué puede tener de especial una boda en un universo donde ya habían hecho lo propio (tomo aliento) Superman y Lois, Batman y Catwoman (ambas parejas de tierra 2), Aquaman y Mera, Saturn Girl y Relámpago, Reina proyecta y Karate Kid, Elasti Girl y Mento y Flash e Iris? (buffff) Pues que no pasa absolutamente NADA. Bueno, te la tragas de pe a pa y disfrutas como un enano, pero no hay enemigos en la sombra, ni locuras edadplatenses, es… una boda.

Una boda que ni siquiera peca de cursi, si no fuera por un George Pérez emocionado que resulta hasta rococó. Wolfman mide tiempos, mueve tramas, deja respirar los sentimientos y saca oro de la experiencia. Aprovecha incluso para calmar ánimos entre Bruce y Dick, que se reconcilian definitivamente. Un tema sobre el que volvería a dar vueltas en el Año Tres del Murciélago. Pero desde luego no es el único invitado de lujo.

Tenemos a los titanes actuales (Raven sale en el número, pero será la única en faltar al evento) con sus parejas (Frances, Jillian y Sarah), a los antiguos y costa oeste, contando a Speedy, Betty Kane (¡la primera Bat-Girl!), Águila Dorada, Halcón y Paloma, Arlequín (que revela no haber sido nunca la hija de Dos Caras), Aqualad y Aquagirl, BumbleBee y Guardian y Lilith (llorando la muerte, because yes, de Gnarrk), que por cierto se quedará. Es decir, absolutamente todos los que son o han sido Titanes. Habemus también al mencionado Batman, a Superman, como Clark Kent acompañado de Lana Lang, a Wonder Woman (una de las damas de honor) y Mento.

Wolfman asoma en la penúltima viñeta

Y Pérez es el de perfil, delante de Clark

Por tener, tenemos hasta las familias de ambos prometidos al completísimo (Reina Hipólita incluida) y amigas y compañeros de Donna, no os podéis imaginar a qué nivel de detalle. Por su puesto se cuelan Wolfman y Pérez y hasta la colorista Adrienne Roy como la decoradora del evento. Aparte de famosos como Sting, Michael Jackson… y yo diría que el guitarrista de The Waldos es Bryan May. Un auténtico bodorrio, vaya.

La resaca vendrá como un thriller en dos partes más que entretenido. Se centra en Adeline Wilson y Jericho (ex e hijo de Terminator), pues la primera conserva unos secretos de estado que quiere conseguir una nación extranjera por medio de una vieja conocida de la colección, Chesire. Para la historia se crean el ficticio país de Qurac y su presidente Marlo, un claro sosias de Iraq, ya que el presi era muy parecido físicamente a Saddam Hussein. Pero daría mucho juego tras las Crisis en las series The Adventures of Superman y Deathstroke the Terminator, del propio Wolfman y, especialmente, como fuente de enemigos y conflictos del Escuadron Suicida de Ostrander.

Pero la historia se sostiene bastante bien sola. No sólo se revela que Chesire ha tenido un hijo con un titán (aún no sabemos cuál), sino que la tensión está muy bien llevada entre las sospechas de Changeling para con Jericho, harto ya de traiciones, y toda la trama internacional de espionaje. El dibujo pasaría a Rich Buckler, que cumple sobradamente bien, como para no echar de menos a Pérez. DeCarlo se adapta mejor a sus delicadas líneas y su estilo es más realista sin que se resienta la narrativa.

Así que el dibujante sigue en los dos números siguientes dedicados nada menos que al juicio de Terminator, mezclado con la trama del misterioso ser alado encontrado por S.T.A.R. Labs. Éste, llamado posteriormente Azrael, quedará rodeado de un aire de misterio durante su finalmente larga estancia con los Titanes. Como su diseño, pues su primera aparición corresponde a Buckler, circula un boceto de Pérez, pero se atribuye oficialmente a Jose Luís García López.

El caso es que se enamora totalmente de Lilith y ella le corresponde, generando una ruptura con los Titanes por la falta de confianza de éstos en las decisiones de ella. La situación es más intensa de lo que parece, pero nada comparado con el juicio de Slade Wilson. Wolfman recurre al enmascaramiento tanto de Terminator como de los testigos Titanes con habilidad (el fiscal incluso alude al caso “Joker vs. Batman” de 1979), haciendo que el acusado salga relativamente de rositas.

Menos dramatismo y más escapismo!

Más interesante es incluso el epílogo de esta historia (TotNT 55), un relato que pierde un poco con el arte de un Ron Randall aún muy inexperto pese a encargarse por la época de Warlord (aunque la portadaca de Eduardo Barreto sí que mola). Pero el enfrentamiento y posterior reconciliación de Gar con Slade tiene un buen pulso dramático y un regusto satisfactorio. Cierto que le falta algo de aspereza, pero hay que tener en cuenta que Wolfman estaba sentando las bases de su futura serie Deathstroke the Terminator, y necesitaba ir suavizando el carácter de su antihéroe.

Vale, a la serie aún le quedaban 6 años para ser una realidad, pero si tenemos en cuenta que ni una potencial miniserie sobre Kid Flash (por nada menos que el escritor Harlan Ellison) ni otra algo posterior de los Vengadores Titanes de la Costa Oeste (esta sí a manos de Wolfman) llegaron a ver la luz, podemos afirmar que hizo bien.

El tomo podía haber cerrado aquí perfectamente, pero siguiendo la tónica termina con el inicio de una historia para dejarla inconclusa. Seamos buenos y pensemos que se hizo para generar el clásico continuará que merece un buen tebeo de supers. El relato en particular, para la que tenemos como nuevo dibujante al menos delicado pero cumplidor Chuck Patton, relata la vuelta de los 5 4? 6 Temibles y la supuesta “curación” de Victor. Lo veremos en el próximo y último volumen.

Raven, de mal en peor…

Cabe decir que el tomo incluye una introducción del mismo Wolfman sobre temas varios, pero especialmente sobre Raven, que como hemos visto va cambiando progresivamente durante este tomo preparándose para el siguiente, y una serie de portadas extras, las cuales se corresponden a los números de Tales… que reeditaron el material del próximo tomo, el cual incluirá las de The New Teen Titans vol 2 (Baxter).

En anteriores entregas:
Los Nuevos Titanes vol. 1 de 6: El albor de los Titanes
Los Nuevos Titanes vol. 2 de 6: ¡Reencuentro!
Los Nuevos Titanes vol. 3 de 6: El Hermano Sangre
El contrato de Judas: Los Nuevos Titanes vol. 4 de 6

Lo mejor

• La cotidianidad de los superhéroes

• La diversión constante

Lo peor

• Sigue siendo algo inocente

• La falta de Pérez