Los cuatro caminos que pueden tomar los Lakers

No es nada sencilla la encrucijada en la que se encuentran Los Angeles Lakers. Los angelinos ocupan la sexta posición de la Conferencia Oeste, pero son carne de primera ronda de playoffs si, como han señalado LeBron James y J.J. Redick, no hacen algún movimiento para mejorar la plantilla antes del cierre de mercado.

Así, ante la gerencia angelina se presentan cuatro caminos por los que transitar, con sus consiguientes ramificaciones: utilizar sus primeras rondas para protagonizar un significativo upgrade del roster, optar por nuevos complementos empleando picks de segunda ronda; no cerrar ningún movimiento o, por último, pulsar el botón rojo y desmantelar todo el proyecto traspasando a LeBron James y Anthony Davis.

Evidentemente, esta última opción no está sobre la mesa, pues la gerencia angelina ha insistido en su dúo estelar y no les dará salida salvo petición expresa de ambos. Los Lakers completaron uno de los tramos más sombríos de su historia antes de la llegada de LeBron y prefieren ser medianamente competitivos antes que hundirse en el pozo de la liga.

A partir de ahí se disparan las posibilidades. Según fuentes del periodista de The Athletic, Jovan Buha, la opción más probable es que los Lakers firmen un movimiento menor —similar al realizado por Dorian Finney-Smith—, en lugar de una gran sacudida.

¿Por qué? Por tres motivos. En primer lugar, porque varios movimientos menores permitirían abordar mejor las que son las tres necesidades más evidentes: un interior que proteja el aro, otro alero defensivo y un generador de juego. En segundo, porque la delicada situación salarial de los Lakers limita mucho las florituras. Y, por último, porque Rob Pelinka y su séquito dudan de que haya algún jugador en el mercado lo suficientemente diferencial como para sacrificar sus selecciones de primera ronda. Sin embargo, esta es la opción favorita de LeBron y Davis, quienes quieren competir por el anillo esta misma campaña.

Además, hay otros dos factores que están empujando a la gerencia a ser todavía más precavida. Por una parte, el notable rendimiento de Austin Reaves en el último mes podría convencer a la gerencia y al cuerpo técnico de que ya tienen a esa tercera pata que buscan. Por otro lado, y pese a las dudas que tienen al respecto, los Lakers quieren comprobar de lo que es capaz Jarred Vanderbilt, cuyo regreso es inminente. Si logra causar un impacto real en el equipo, los esfuerzos de la gerencia irían dirigidos a reforzar el juego interior y la generación de juego.

El periodista Jovan Buha tampoco descarta que el temor a hipotecar el futuro de la franquicia provoque que los Lakers no hagan nada hasta el 6 de febrero, pero la urgencia del momento y la necesidad de aprovechar los últimos años de LeBron invita a pensar que se encuentra entre las vías de actuación menos apetecibles.

(Fotografía de portada de Jayne Kamin-Oncea-Imagn Images)