Durante un rato nos trasladamos al pasado, a esa España bonita y crepuscular de la 'movida' en la que la política era apenas el pasatiempo tedioso de cuatro pringados sin chorba y la actualidad la marcaban la cultura y la elite intelectual, que es como la otra, pero sin bitcoins. Que Dios me perdone, pero en los premios Zenda, los premios fueron lo de menos. Entiéndanme, estuvieron bien, quizá algo faltos de guion y de ritmo de 'show', pero entiendo que Ricky Gervais estaba fuera de la ciudad. Los Zenda son los Goya , pero con menos gilipollas. Y en vez reconocer a la mejor actriz secundaria lo hacen al mejor ensayista, que suele hablar menos. Lo importante era otra...
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