El Prat introduce el primer restaurante sin humanos

Se llama Self y es propiedad del grupo Areas. Es el primer restaurante gestionado por Inteligencia Artificial en un aeropuerto, en El Prat de Barcelona. Está en la terminal y ocupa 137 metros cuadrados.

El gasto en nóminas será cero, porque no trabaja nadie tomando la comanda o sirviendo. Dice el promotor que “mejora la experiencia del cliente”.

En realidad, las cosas se pueden ver de muchas maneras: una de ellas es comprobar que en realidad el cliente es su propio camarero porque los productos ya preparados tienen que ser cogidos por el comprador.

En todo caso, es un asunto avanzado, resultado del trabajo de dos consultoras de robótica.

Como sucede en muchos otros restaurantes, el cliente hace la comanda y paga en una pantalla, que le expide un papel con un código QR. Con ese código ha de dirigirse a un robot, que le pide que escanee el código y le sirve lo comprado. El robot es capaz de procesar seis pedidos de seis clientes al mismo tiempo, como muchos camareros, pero sin equivocarse.

Por el momento aún hay personal por si el cliente, que no la máquina, se hace un lío.

A partir de ahí échenle todo el rollo de ecofriendy, human experience y otras cuestiones que dicen los promotores, que siempre olvidan decir que esto es menos empleo.