La alta cocina no escapa de modas. Las técnicas están ahí y copan las redes sociales. La industria que suministra al canal Horeca –hoteles, restaurantes y cafeterías– está al quite de todo ello. En los últimos tiempos una máquina –una suerte de plancha mecánica de presión regulable– ha elevado el concepto de 'chip' crujiente a una dimensión más estética y llamativa. Entre dos papeles parafinados –aunque también hay versiones teflonadas–, cualquier alimento de pequeño formato, se transforma en una lámina de menos de un milímetro. Así, una gamba, una sardina, frutas, hortalizas, pieles de pescados o de aves, partes cartilaginosas como la oreja o texturas gelatinosas como la del pulpo y otros cefalópodos quedan inmortalizados en una lámina muy fina...
Ver Más