Amenazas y huevos con pintura para un policía infiltrado en el independentismo: "No dormirás tranquilo"
La organización Arran ha vandalizado la comisaría de la Policía Nacional de Maó para denunciar la práctica de inserir policías en colectivos de lucha social: "Infiltración es tortura, os las devolveremos todas"Opinión - Infiltrados, ¿dónde está el límite? “Infiltración es tortura I.J.E.G, os las devolveremos todas”. Con esta pintada ha amanecido la comisaría de la Policía Nacional de Maó dirigida al agente menorquín infiltrado durante años en movimientos sociales e independentistas de Barcelona, como ha adelantado la televisión pública balear IB3 y ha podido confirmar elDiario.es. La acción de protesta, reclamada por el colectivo Arran, ha aparecido apenas días después del estreno del documental ‘Infiltrados’ en TV3, un trabajo de investigación periodística llevado a cabo por la revista catalana La Directa durante los últimos tres años y que ha destapado la infiltración de los cuatro policías, tres de ellos de Balears, en organizaciones independentistas. Uno de ellos es el mahonés de 29 años que se hizo pasar por mallorquín para su identidad falsa, en la que obedecía al alias Marc Hernàndez Pons. La organización juvenil de izquierdas también ha lanzado huevos con pintura morada a la fachada de las dependencias policiales de Maó, como ha informado la Policía Nacional de Menorca a elDiario.es, y ha lanzado una última amenaza al infiltrado desde su perfil en la red social X: “No dormirás tranquilo”. Huevos con pintura lanzados contra la comisaría de la Policía Nacional. Muchos de los habitantes de la ciudad menorquina ya sabían su condición de infiltrado desde hace dos o tres años, cuando el agente volvió a la isla después de su infiltración. El nombre ficticio de Marc Hernàndez Pons le fue dado a finales del año 2019 y tan solo unos meses después logró vincularse con el independentismo catalán, según La Directa, encargada de la investigación. El doble agente se convirtió en un miembro más del SEPC (Sindicat d’Estudiants dels Països Catalans), del Casal Popular Lina Òdena de l’Esquerra de l’Eixample y del movimiento por el derecho a la vivienda barcelonés ‘Resistim al Gòtic’. El policía ha sido señalado directamente con la pintada en la comisaría de la Policía Nacional de Maó a través de las iniciales de su nombre propio real. La acción, han confirmado desde Arran, se ha coordinado desde la organización nacional del grupo vinculado a la CUP. Aunque se desconoce, por el momento, si los activistas se han desplazado desde Mallorca o desde Barcelona para atacar la comisaría, ya que el movimiento no tiene presencia fija en Menorca. Tampoco ha habido coordinación de los activistas con la organización política Jovent Republicà, como ha confirmado el propio grupo dependiente d’Esquerra Republicana a este diario. “Evidentemente da mucha vergüenza que este chaval pueda ir campante por Maó y que haya vuelto desde Barcelona. Soy consciente de que ha tenido en estos dos o tres años, desde su vuelta, algunos rifirrafes con personas que lo han reconocido”, señalan las mismas fuentes de la organización izquierdista. Algunos militantes, de hecho, lo han “increpado” al coincidir con él por el tema y, según su versión, él se ha puesto agresivo. Mientras que su círculo cercano lo ha felicitado por su “gran trabajo” como policía infiltrado. La sexoafectividad: parte del ‘modus operandi’ A diferencia de otros agentes que han pasado años (se llegaron a matricular, incluso, en universidades públicas con el objetivo de introducirse en movimientos sociales) infiltrados, I.J.E.G no mantuvo, por lo menos que se haya hecho público, ninguna relación sexoafectiva con ninguno de los activistas con los que se rodeaba para cumplir la misión encomendada por sus superiores. De hecho, todos los agentes, durante sus actuaciones como infiltrados, han contado con la “cobertura” del Ministerio del Interior. Otros dos de los cuatro policías infiltrados y destapados en
La organización Arran ha vandalizado la comisaría de la Policía Nacional de Maó para denunciar la práctica de inserir policías en colectivos de lucha social: "Infiltración es tortura, os las devolveremos todas"
Opinión - Infiltrados, ¿dónde está el límite?
“Infiltración es tortura I.J.E.G, os las devolveremos todas”. Con esta pintada ha amanecido la comisaría de la Policía Nacional de Maó dirigida al agente menorquín infiltrado durante años en movimientos sociales e independentistas de Barcelona, como ha adelantado la televisión pública balear IB3 y ha podido confirmar elDiario.es.
La acción de protesta, reclamada por el colectivo Arran, ha aparecido apenas días después del estreno del documental ‘Infiltrados’ en TV3, un trabajo de investigación periodística llevado a cabo por la revista catalana La Directa durante los últimos tres años y que ha destapado la infiltración de los cuatro policías, tres de ellos de Balears, en organizaciones independentistas.
Uno de ellos es el mahonés de 29 años que se hizo pasar por mallorquín para su identidad falsa, en la que obedecía al alias Marc Hernàndez Pons. La organización juvenil de izquierdas también ha lanzado huevos con pintura morada a la fachada de las dependencias policiales de Maó, como ha informado la Policía Nacional de Menorca a elDiario.es, y ha lanzado una última amenaza al infiltrado desde su perfil en la red social X: “No dormirás tranquilo”.
Muchos de los habitantes de la ciudad menorquina ya sabían su condición de infiltrado desde hace dos o tres años, cuando el agente volvió a la isla después de su infiltración. El nombre ficticio de Marc Hernàndez Pons le fue dado a finales del año 2019 y tan solo unos meses después logró vincularse con el independentismo catalán, según La Directa, encargada de la investigación. El doble agente se convirtió en un miembro más del SEPC (Sindicat d’Estudiants dels Països Catalans), del Casal Popular Lina Òdena de l’Esquerra de l’Eixample y del movimiento por el derecho a la vivienda barcelonés ‘Resistim al Gòtic’.
El policía ha sido señalado directamente con la pintada en la comisaría de la Policía Nacional de Maó a través de las iniciales de su nombre propio real. La acción, han confirmado desde Arran, se ha coordinado desde la organización nacional del grupo vinculado a la CUP. Aunque se desconoce, por el momento, si los activistas se han desplazado desde Mallorca o desde Barcelona para atacar la comisaría, ya que el movimiento no tiene presencia fija en Menorca. Tampoco ha habido coordinación de los activistas con la organización política Jovent Republicà, como ha confirmado el propio grupo dependiente d’Esquerra Republicana a este diario.
“Evidentemente da mucha vergüenza que este chaval pueda ir campante por Maó y que haya vuelto desde Barcelona. Soy consciente de que ha tenido en estos dos o tres años, desde su vuelta, algunos rifirrafes con personas que lo han reconocido”, señalan las mismas fuentes de la organización izquierdista. Algunos militantes, de hecho, lo han “increpado” al coincidir con él por el tema y, según su versión, él se ha puesto agresivo. Mientras que su círculo cercano lo ha felicitado por su “gran trabajo” como policía infiltrado.
La sexoafectividad: parte del ‘modus operandi’
A diferencia de otros agentes que han pasado años (se llegaron a matricular, incluso, en universidades públicas con el objetivo de introducirse en movimientos sociales) infiltrados, I.J.E.G no mantuvo, por lo menos que se haya hecho público, ninguna relación sexoafectiva con ninguno de los activistas con los que se rodeaba para cumplir la misión encomendada por sus superiores. De hecho, todos los agentes, durante sus actuaciones como infiltrados, han contado con la “cobertura” del Ministerio del Interior. Otros dos de los cuatro policías infiltrados y destapados en el documental emitido por TV3 tras la investigación de La Directa sí mantenían relaciones estables con militantes de las organizaciones en las que también militaban de manera encubierta para recabar información.
En el caso del menorquín, aunque no se le atribuye ninguna de estas relaciones, fuentes cercanas al activismo señalan que “hubiera sido lo normal” teniendo en cuenta el entorno “joven y de fiesta”, especulan. Uno de los aspectos más criticados del espionaje de los funcionarios ha sido el ‘modus operandi’, en el que se incluían las relaciones sexoafectivas como una de las estrategias dentro de los movimientos y organizaciones a las que se adhirieron.
La práctica ha sido denunciada por cinco activistas de Barcelona que mantuvieron relaciones sexuales con policías infiltrados sin conocer su condición de agentes. Las cinco mujeres, representadas por la CGT y la entidad proderechos humanos Irídia, han presentado una querella ante un juzgado de Barcelona alegando haber sufrido abusos sexuales que el juez se niega a investigar. Por lo que las afectadas recurrirán la decisión del juez ante la Audiencia de Barcelona, como ya informó elDiario.es. Entre otras cosas, las actuaciones de los policías infiltrados, al contrario que la de los agentes encubiertos, no están sometidas al control judicial.
Para Irídia, las relaciones que el policía mantuvo con las denunciantes no fueron “casuales”, sino “estratégicas y deliberadas” por parte de un funcionario público, quien además contó con el apoyo del “sistema institucional”. La entidad también ha considerado que este tipo de infiltraciones solo pueden realizarse en el marco de investigaciones judiciales relativas a casos de terrorismo, crimen organizado, tráfico de estupefacientes, “circunstancias que no concurren” en la denuncia de las cinco mujeres.
Posible detención de los activistas
La Policía Nacional de Maó ha propuesto a sanción a varios sospechosos por los “daños causados” en la fachada de la comisaría menorquina como símbolo de protesta por la infiltración de funcionarios del cuerpo en movimientos catalanistas de izquierdas. El movimiento Arran actuó de madrugada arrojando objetos con pintura sobre el edificio. Agentes de Maó acudieron de inmediato para evitar que los activistas continuarán dañando la infraestructura, como han indicado fuentes de la Policía Nacional a elDiario.es.
Los miembros del grupo independentista echaron a correr a la carrera cuando llegaron los agentes, que los alcanzaron cerca de un vehículo aparcado en el que había otras personas. Justo en el momento en que se disponían a abandonar el lugar. La patrulla intervino a los presuntos autores del acto vandálico el material utilizado para realizar la pintada reivindicativa y les identificó para ponerles una denuncia por infracción administrativa a la Ley Organica 4/2015 de protección de la seguridad ciudadana. Esto quiere decir que los activistas podrían enfrentarse a una sanción superior a los 500 euros, informan fuentes policiales.
El cuerpo de seguridad continúa investigando los hechos y no se descarta que pueda haber detenciones por la comisión de los mismos. Asimismo, el sindicato judicial Jupol ha condenado el acto vandálico contra la comisaría: “Nuestra condena más rotunda a estos actos terroristas contra la Policía Nacional”, han señalado en un mensaje en la red social X este jueves