Servicio público
Cada vez que Broncano hace un buen programa alguien dice: servicio público. Ocurre también cuando lee el artículo 47 de la Constitución, o cuando el invitado sabe hacer raíces cuadradas sin calculadora o cuando ha leído más de tres libros en lo que va de década o cuando visibiliza algún dolor social. Esto, antes, se decía del telediario que hacía Franganillo, pero ahora Franganillo está en Telecinco y Belén Esteban coquetea con La 1, porque ya RTVE aspira a ser lo que era Mediaset, un espacio abierto y horizontal donde los astrólogos pueden ser estrellas y las patadas al diccionario se facturan a precio de espectáculo deportivo. En esta metamorfosis quizá se resuma algo más grande, el nuevo giro político... Ver Más
Cada vez que Broncano hace un buen programa alguien dice: servicio público. Ocurre también cuando lee el artículo 47 de la Constitución, o cuando el invitado sabe hacer raíces cuadradas sin calculadora o cuando ha leído más de tres libros en lo que va de década o cuando visibiliza algún dolor social. Esto, antes, se decía del telediario que hacía Franganillo, pero ahora Franganillo está en Telecinco y Belén Esteban coquetea con La 1, porque ya RTVE aspira a ser lo que era Mediaset, un espacio abierto y horizontal donde los astrólogos pueden ser estrellas y las patadas al diccionario se facturan a precio de espectáculo deportivo. En esta metamorfosis quizá se resuma algo más grande, el nuevo giro político... Ver Más
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