Reseña: La justiciera, de Patricia Suárez

La aparición de un cadáver en las vías del tren perturba la tranquilidad de Carmen de Patagones, el escenario elegido por Patricia Suárez para su novela policial La justiciera. Se trata de Celestino Villegas, un peón de campo asesinado de un disparo en la frente. Como este hombre golpeaba a su esposa, el caso queda bajo la jurisdicción de la Comisaría de la Mujer, a cargo de la comisaria Silvana Mangano, pero el comisario Juan Salvador Verner –el típico varón machista, que se dirige a sus colegas femeninas con términos sexistas (“querida”, “hermosa”, “mi linda”)– se niega a que lo dejen afuera de la investigación.Un segundo asesinato –el de Nicolás Contessa, gerente de un banco–, idéntico al primero y ejecutado con la misma arma (una pistola del siglo XIX), ahonda el misterio. Suárez introduce varios elementos en la trama que se entrelazan con las partes indagatorias. De Mangano, la protagonista principal, se proporcionan muchos detalles sobre su vida privada. Su padre también era policía y murió a manos de “dos delincuentes reincidentes que se la tenían jurada porque él los había metido entre rejas”. Ella vive con su hija Anita, que pronto cumplirá quince años. Está divorciada de Pedro, un librero que vive en Buenos Aires y que se volvió a casar. Más adelante inicia una relación con Etán Azulay, un psicólogo de la fuerza.Alejandra Simón, la amante de Contessa (un hombre casado), aporta más datos a la pesquisa. Entre los numerosos personajes que hay en la novela figuran Rut, la suegra de Silvana, que viene de Buenos Aires para ayudar a su nuera en la organización del cumpleaños de quince; las asistentes de la comisaria, que toman clases de zumba (“¡Perreo, perreo, perreo…! ¡Vamos, guerreras, perreen!”); Abel, un chico enamorado de Anita, y su abuela Augusta, que prepara viandas para los habitantes de Carmen de Patagones; Estela, la farmacéutica, otra víctima de la violencia de género; Dorita, personal civil de la Comisaría de la Mujer, una ex profesora de Lengua y Castellano que admira a Alfonsina Storni “con devoción, como otros adoran a la Difunta Correa”; el padre Vincenzo, “un conservador tan absoluto, que ya hasta parecía ingenuo”.A lo largo de la narración Suárez diseña una ambientación neocostumbrista en la cual predomina la ironía, abundan las situaciones cómicas y afloran los valores feministas enfrentados a los residuos del patriarcado. Aunque el tema de la fiesta de quince aparenta dejar en segundo plano la resolución de los dos homicidios, será en esa celebración que se producirá el adecuado desenlace de La justiciera, un policial que entretiene y mantiene la intriga hasta el final.La justicieraPatricia Suárez Aquilina270 páginas$ 19.900

Feb 8, 2025 - 06:12
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Reseña: La justiciera, de Patricia Suárez

La aparición de un cadáver en las vías del tren perturba la tranquilidad de Carmen de Patagones, el escenario elegido por Patricia Suárez para su novela policial La justiciera. Se trata de Celestino Villegas, un peón de campo asesinado de un disparo en la frente. Como este hombre golpeaba a su esposa, el caso queda bajo la jurisdicción de la Comisaría de la Mujer, a cargo de la comisaria Silvana Mangano, pero el comisario Juan Salvador Verner –el típico varón machista, que se dirige a sus colegas femeninas con términos sexistas (“querida”, “hermosa”, “mi linda”)– se niega a que lo dejen afuera de la investigación.

Un segundo asesinato –el de Nicolás Contessa, gerente de un banco–, idéntico al primero y ejecutado con la misma arma (una pistola del siglo XIX), ahonda el misterio. Suárez introduce varios elementos en la trama que se entrelazan con las partes indagatorias. De Mangano, la protagonista principal, se proporcionan muchos detalles sobre su vida privada. Su padre también era policía y murió a manos de “dos delincuentes reincidentes que se la tenían jurada porque él los había metido entre rejas”. Ella vive con su hija Anita, que pronto cumplirá quince años. Está divorciada de Pedro, un librero que vive en Buenos Aires y que se volvió a casar. Más adelante inicia una relación con Etán Azulay, un psicólogo de la fuerza.

Alejandra Simón, la amante de Contessa (un hombre casado), aporta más datos a la pesquisa. Entre los numerosos personajes que hay en la novela figuran Rut, la suegra de Silvana, que viene de Buenos Aires para ayudar a su nuera en la organización del cumpleaños de quince; las asistentes de la comisaria, que toman clases de zumba (“¡Perreo, perreo, perreo…! ¡Vamos, guerreras, perreen!”); Abel, un chico enamorado de Anita, y su abuela Augusta, que prepara viandas para los habitantes de Carmen de Patagones; Estela, la farmacéutica, otra víctima de la violencia de género; Dorita, personal civil de la Comisaría de la Mujer, una ex profesora de Lengua y Castellano que admira a Alfonsina Storni “con devoción, como otros adoran a la Difunta Correa”; el padre Vincenzo, “un conservador tan absoluto, que ya hasta parecía ingenuo”.

A lo largo de la narración Suárez diseña una ambientación neocostumbrista en la cual predomina la ironía, abundan las situaciones cómicas y afloran los valores feministas enfrentados a los residuos del patriarcado. Aunque el tema de la fiesta de quince aparenta dejar en segundo plano la resolución de los dos homicidios, será en esa celebración que se producirá el adecuado desenlace de La justiciera, un policial que entretiene y mantiene la intriga hasta el final.

La justiciera

Patricia Suárez

Aquilina

270 páginas

$ 19.900