Junichiro Tanizaki: Arenas movedizas
Idioma original: japonésTítulo original: Manji (卍)Traducción: Aiga Sakamoto y Miguel Martín OnrubiaAño de publicación: 1928Valoración: muy recomendable¡Pero qué dramón!Esta novela tiene todos los elementos (y futuros clichés) de lo que después sería reconocido como novela japonesa: esposas insatisfechas, maridos autoritarios pero pusilánimes, jóvenes seductoras, gigolós sin escrúpulos, deshonra familiar, suicidio por amor, etc. Sin embargo, se ve claramente por qué a Tanizaki se le considera un representante de la novela moderna en Japón. Hay rasgos propios de la novela romántica del siglo XIX, que Tanizaki mezcla muy bien con el estilo de la novela Meiji.En esta novela temprana de Tanizaki, se nos presenta la vida de una esposa aburrida e insatisfecha, con un historial de infidelidades (pasadas por alto por el marido, siempre guardardando las apariencias), quien se enamora de una joven de belleza fascinante, inocente y narcisista. En esta relación lésbica se interpondrán, por un lado, el marido de la protagonista y, por otro, el amante de la joven, formando un cuadrado (o manji) amoroso digno de una telenovela mexicana.La historia está narrada desde el punto de vista de la protagonista, quien relata sus desventuras a una suerte de psicólogo o consejero. Sin embargo, su narración se confunde con la voz de los demás personajes, lo cual nos permite conocer sus versiones de manera indirecta, la mayoría de las veces contradictorias, obligándonos a posicionarnos a favor de uno o de otro. Esto se logra gracias a lo bien definidas que están las personalidades de los protagonistas, sin llegar a caricaturizarlos.Resulta especialmente interesante cómo Tanizaki, a través de la voz de esta narradora poco fiable, juega con la percepción del lector y con la ambigüedad de los hechos. A lo largo de la novela, se ponen de manifiesto no solo las pasiones y frustraciones de cada personaje, sino también la forma en que la sociedad japonesa de la época condicionaba los roles y comportamientos de hombres y mujeres. Tal vez no sea la mejor obra de Tanizaki, pero sin duda es una historia interesante y entretenida, narrada con fluidez y no sin uno que otro cliffhanger (la novela fue publicada originalmente por entregas). A pesar de que para el año en que se publicó esta obra, Tanizaki ya era un autor reconocido, me parece que es aquí donde se nota que llegó a su madurez como escritor. Otras obras de Junichiro Tanizaki en ULAD: El elogio de la sombra, La madre del capitán Shigemoto, El demonio y otros cuentos, La llave
Título original: Manji (卍)
Traducción: Aiga Sakamoto y Miguel Martín Onrubia
Año de publicación: 1928
Valoración: muy recomendable
¡Pero qué dramón!
Esta novela tiene todos los elementos (y futuros clichés) de lo que después sería reconocido como novela japonesa: esposas insatisfechas, maridos autoritarios pero pusilánimes, jóvenes seductoras, gigolós sin escrúpulos, deshonra familiar, suicidio por amor, etc. Sin embargo, se ve claramente por qué a Tanizaki se le considera un representante de la novela moderna en Japón. Hay rasgos propios de la novela romántica del siglo XIX, que Tanizaki mezcla muy bien con el estilo de la novela Meiji.
En esta novela temprana de Tanizaki, se nos presenta la vida de una esposa aburrida e insatisfecha, con un historial de infidelidades (pasadas por alto por el marido, siempre guardardando las apariencias), quien se enamora de una joven de belleza fascinante, inocente y narcisista. En esta relación lésbica se interpondrán, por un lado, el marido de la protagonista y, por otro, el amante de la joven, formando un cuadrado (o manji) amoroso digno de una telenovela mexicana.
La historia está narrada desde el punto de vista de la protagonista, quien relata sus desventuras a una suerte de psicólogo o consejero. Sin embargo, su narración se confunde con la voz de los demás personajes, lo cual nos permite conocer sus versiones de manera indirecta, la mayoría de las veces contradictorias, obligándonos a posicionarnos a favor de uno o de otro. Esto se logra gracias a lo bien definidas que están las personalidades de los protagonistas, sin llegar a caricaturizarlos.
Resulta especialmente interesante cómo Tanizaki, a través de la voz de esta narradora poco fiable, juega con la percepción del lector y con la ambigüedad de los hechos. A lo largo de la novela, se ponen de manifiesto no solo las pasiones y frustraciones de cada personaje, sino también la forma en que la sociedad japonesa de la época condicionaba los roles y comportamientos de hombres y mujeres.
Tal vez no sea la mejor obra de Tanizaki, pero sin duda es una historia interesante y entretenida, narrada con fluidez y no sin uno que otro cliffhanger (la novela fue publicada originalmente por entregas). A pesar de que para el año en que se publicó esta obra, Tanizaki ya era un autor reconocido, me parece que es aquí donde se nota que llegó a su madurez como escritor.