Hernán González G.: Aprender a morir

Sea designado por el pueblo o por el mismísimo dedo de Dios, el aparato de justicia en el mundo siempre irá rezagado de la realidad que pretende sanear o al menos disminuir. Desde siempre, la filantropía del Estado ha sido sospechosa de una oportuna e inevitable complicidad con la delincuencia organizada, habida cuenta de que hay más dinero a repartir de los “malos” que de los “buenos”, a merced de diferentes mecanismos justicieros tan prometedores como ineficaces que periódicamente renuevan sus propósitos de cumplir con su deber, “caiga quien caiga” y otras frases históricas al uso.

Ene 27, 2025 - 15:35
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Hernán González G.: Aprender a morir
Sea designado por el pueblo o por el mismísimo dedo de Dios, el aparato de justicia en el mundo siempre irá rezagado de la realidad que pretende sanear o al menos disminuir. Desde siempre, la filantropía del Estado ha sido sospechosa de una oportuna e inevitable complicidad con la delincuencia organizada, habida cuenta de que hay más dinero a repartir de los “malos” que de los “buenos”, a merced de diferentes mecanismos justicieros tan prometedores como ineficaces que periódicamente renuevan sus propósitos de cumplir con su deber, “caiga quien caiga” y otras frases históricas al uso.