ADIScat afirma que la escalada de costes pone en riesgo a los distribuidores de hostelería

ADIScat, la Asociación de Distribuidores de Bebidas y Alimentos a la hostelería en Cataluña, afirma que el sector ha sufrido un aumento considerable de costes en los últimos 10 años de acuerdo con los datos e informes de los que dispone, lo que tiene consecuencias negativas para el sector y podría afectar al servicio a los más de 60 mil puntos de venta catalana.

ADIScat atribuye este incremento de costes a factores como un aumento del 21% en personal, debido a escasez de talento capacitado, requisitos normativos como el CAP, el incremento salarial y la posible reducción de la jornada laboral; un incremento del 15% en costes de renting y renovación anual del 10% de la flota por normativas de bajas emisiones; además de mayores inversiones en digitalización y ajustes logísticos por normativas urbanas que complican el reparto.

Este incesante incremento de costes está siendo soportado principalmente por las empresas distribuidoras, y supone un riesgo para la sostenibilidad económica de las más de 350 distribuidoras catalanas del sector, que ocupan a más de 7.000 trabajadores. Para Jordi Turmo, director general de ADIScat, el resumen de la situación actual es que “el servicio a HORECA desde las distribuidoras se ha vuelto mucho más complejo en los últimos 10 años, ya sea por las restricciones en el reparto, la falta de personal, las acciones de recuperación de residuos, la digitalización de las empresas, etc., lo que encarece de forma exponencial los costes de toda la cadena de suministro”.

ADIScat también resalta que algunos cambios normativos están implicando un aumento directo en costes. Es importante, por lo tanto, que las administraciones legislen con una mayor sensibilidad, y de acuerdo con la realidad de un sector que tiene un valor indispensable para proteger el futuro de otros sectores tales como la restauración y el turismo. La asociación considera que una solución sería la revalorización de todos sus márgenes, ya que neutralizaría el incremento de costes persiguiendo garantizar la mejor calidad del servicio y que su propia prestación no se vea afectada.

En este sentido, el presidente de ADIScat, Jordi Pujol, invita a todas las partes implicadas en la cadena de valor a reflexionar y preguntarse: “¿Cuán de imprescindible es el distribuidor dentro de esta cadena de suministro entre el fabricante y el consumidor final que acude a los bares, restaurantes y distintos comercios de hostelería? ¿Quién está más especializado que el distribuidor, desde hace más de 100 años, en comercializar, transportar y repartir los productos necesarios para el canal?”.

Aspectos que vienen incidiendo en el aumento de costes.

Costes de personal

Las distribuidoras sufren una escasez de personal capacitado. Cada vez hay menos personas en posesión de los requisitos a los que las normas legislativas y certificaciones obligan respecto a los repartidores del sector. Un ejemplo es el Certificado de Aptitud Profesional (CAP), que tan solo aprueba el 30% de los aspirantes, y que no es obligatorio para otros sectores que realizan labores análogas, como la paquetería y la entrega del e-commerce, que solo requieren del carnet B. En palabras de Jordi Turmo, “no somos conductores de camiones de larga distancia, nuestro radio de acción es cercano a nuestros centros logísticos, y nuestra labor es imprescindible para garantizar el abastecimiento a los establecimientos de hostelería”.

Además, la exigencia de la labor que realizan los distribuidores y las normativas de movilidad urbana (DUM) implican mayores esfuerzos y compensaciones salariales para retener talento. Estos aspectos, junto con el incremento salarial en el sector, han supuesto un aumento del 21% en los costes de personal soportados por las empresas distribuidoras.

Según los cálculos, la posible implantación en un futuro inmediato de las 37,5 horas laborales a la semana supondrá un aumento de 7 puntos porcentuales como mínimo en todas las categorías profesionales de las empresas de distribución. Esto no solo afectaría a los costes laborales, sino también a los logísticos ya que se necesitarían más vehículos para repartir la misma mercancía.

Costes de flota asumidos íntegramente por los distribuidores

La aparición de zonas de bajas emisiones en nuestras ciudades ha obligado a renovar las flotas, optando por vehículos ecológicos o eléctricos, que doblan el coste de los vehículos actuales. Por otra parte, la demanda de vehículos de segunda mano ha disparado sus precios, y se han aumentado los costes del renting por encima del 15% desde la pandemia.

Según datos de ADISCAT, además de soportar otros costes como los suministros generales, la electricidad o el precio del gasoil, las empresas del sector de la distribución, comprometidas con la sostenibilidad, están haciendo un esfuerzo de renovación anual del 10% de su flota. Para Jordi Turmo, “lo fácil sería utilizar furgonetas, pero ni es viable a nivel de logística de rutas, ni queremos ser corresponsables del aumento del tráfico urbano”.

Costes de digitalización

Las empresas distribuidoras han asumido el coste de las herramientas digitales que han incorporado como mejora en sus procesos, para garantizar la eficiencia en el servicio. No sólo se trata de una inversión para ahorrar costes, sino también para dar un mejor servicio al cliente, anticipándose a las demandas concretas de producto de cada establecimiento, o controlando y mejorando el retorno de los envases utilizados.

Costes por normativas DUM. Las empresas distribuidoras han tenido que adaptarse a las nuevas ordenanzas urbanas que complican la logística de reparto. Esto ha incrementado el número de vehículos, su tipología y el tiempo de cada trayecto. Las restricciones de acceso a determinadas zonas han impuesto mayores costes operativos y organizativos.

Sobre el sector de la distribución y su papel fundamental como motor económico:

En su mayoría, las empresas de distribución del canal HORECA cuentan con una larga historia de generaciones y son un claro ejemplo de evolución y adaptabilidad, tanto en la adaptación a los marcos legales, como siendo referentes en modernidad, sostenibilidad medioambiental y adaptación tecnológica. Su actividad principal es abastecer a todo el canal de consumo de bebidas y alimentos fuera del hogar, con bares y restaurantes como principales clientes, pero también otros establecimientos donde se produce ese consumo. Fundamentalmente, hospitales, colegios, residencias de personas mayores, ocio nocturno, las tiendas de impulso, etc. Para ello, cuentan con centros logísticos situados cerca de sus respectivos territorios de actuación, donde almacenan los productos que compran hasta que son vendidos.

Una parte importante de su estrategia de negociación es la rotación del producto, para lo que cuentan con equipos comerciales que cada día se dirigen al canal ofreciendo todos los productos que éste requiere. Así, tan solo 24 horas después de la acción comercial, las empresas de distribución abastecen los más de 60.000 puntos de venta existentes en Cataluña.

Además, el papel que juega la distribución es fundamental para la sostenibilidad, realizando todas las empresas un gran esfuerzo adicional por medio de la logística inversa y la entrega y recogida diaria de los envases retornables. Esto permite que 4000 toneladas diarias de envases y otros residuos no se generen. Es decir, 1,5 millones de toneladas al año de envases de un solo uso. Gracias a esta labor, se calcula que se reaprovechan 13 millones diarios de envases. Las empresas de distribución también le aportan un importantísimo valor extra a la sociedad, evitando la generación de toneladas de residuos mediante la logística inversa de los envases reutilizables de vidrio y los barriles de cervezas, refrescos y aguas.

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